Amar bien para hablar bien: el desafío de Francisco para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales
Por la Hermana Hosea Rupprecht
Si nunca ha oído hablar de la Jornada Mundial de las Comunicaciones, no está solo. Cada domingo anterior a Pentecostés (que este año cae el 21 de mayo de 2023), la Iglesia celebra los medios de comunicación social como un don de Dios a la humanidad, con gran potencial para la evangelización. La Jornada Mundial de las Comunicaciones le recuerda a la Iglesia que adopte las tecnologías de los medios para la proclamación del Evangelio y la difusión de la bondad, y sirve para educar a sus hijos e hijas para que sean pensadores críticos cuando interactúan con los mensajes de los medios.
En el mensaje de este año, el Papa Francisco aborda "Hablar con el corazón". Jesús una vez advirtió a los fariseos que lo que hace que uno sea impuro viene del corazón. "Del corazón proceden las malas intenciones, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los robos, los falsos testimonios y las difamaciones" (Mt 15:19). Por supuesto, si nuestros corazones están llenos de alegría, compasión, amor, gratitud y perdón, esas mismas cualidades rebosarán en nuestras vidas y en la comunicación entre nosotros. Parafraseando a Lucas 6:44, todo árbol se conoce por sus frutos.
Para ser mejores comunicadores del amor de Dios, tanto en nuestras palabras como en nuestras vidas, el Papa Francisco nos presenta algunos desafíos en esta era digital.
Purifica el corazón. Si vamos a decir la verdad con caridad, debemos purificar nuestros corazones. Nuestros corazones nunca serán totalmente puros debido al pecado, pero nos esforzamos por crecer en virtud día tras día. El Santo Padre afirma: "Solo escuchando y hablando con un corazón puro podemos ver más allá de las apariencias y superar los ruidos confusos que, también en el campo de la información, no nos ayudan a discernir en la complejidad del mundo en que vivimos".
Pregúntese: ¿Qué necesita ser purificado en mi corazón para que mi comunicación eleve a los demás?
Comunicarse cordialmente. Esto parece una obviedad, pero recientemente vi un segmento de noticias sobre un pasajero de una aerolínea que se quejaba de manera irracional y en voz alta de un bebé que lloraba en el avión. Sus exabruptos hicieron que el vuelo se desviara y lo arrestaran. Su comunicación estaba lejos de ser cordial. El Papa Francisco se refiere a Jesús resucitado que habla a los discípulos angustiados en el camino a Emaús (Lc 24:13-35). Jesús les habla desde el corazón, respeta su sufrimiento y no se impone sobre ellos. Lo que hace es abrir amorosamente sus mentes al significado profundo de lo que ha sucedido. La comunicación cordial de Jesús hizo posible que sus corazones ardieran dentro de ellos.
Pregúntese: ¿Mi comunicación es cordial, exuda inspiración y compasión?
Sea auténtico. El Santo Padre presenta a San Francisco de Sales como modelo de comunicación que nace del amor. San Francisco estaba convencido de que "Basta amar bien para decir bien". Este santo del siglo XVII creía que "somos lo que comunicamos". La comunicación auténtica ha sufrido en una cultura marcada por un comportamiento escandaloso. Muchas personas presentan lo que les gustaría ser en las redes sociales en lugar de su verdadero yo. "Hablar desde el corazón" significa ser real en nuestras comunicaciones.
Pregúntese: ¿Estoy siendo auténtico en mis comunicaciones, especialmente en línea?
Hablar de acuerdo con el "estilo de Dios". Este desafío toca el proceso sinodal. Francisco dice: "En la Iglesia necesitamos urgentemente una comunicación que encienda los corazones, que sea bálsamo sobre las heridas e ilumine el camino de los hermanos y de las hermanas".
Este tipo de comunicación primero escucha al otro sin prejuicios y luego habla, alimentado por la cercanía, la compasión y la ternura. Si podemos modelar este tipo de comunicación en un mundo polarizado, qué regalo sería para nuestra cultura.
Pregúntese: ¿Modelo escuchar en mi comunicación o estoy demasiado ocupado tratando de ser escuchado?
Con estos desafíos, el Papa Francisco llama a todas las personas a crecer en una forma de comunicación que diga la verdad desde el corazón, "que es esencial para fomentar una cultura de paz". Solo cuando hablamos desde el corazón puede tener lugar el "milagro del encuentro", como lo llama el Papa.
El pontífice cierra su mensaje con una oración que podemos ofrecer por nosotros mismos y por nuestro mundo:
"Que el Señor Jesús, Palabra pura que surge del corazón del Padre, nos ayude a hacer nuestra comunicación libre, limpia y cordial.
"Que el Señor Jesús, Palabra que se hizo carne, nos ayude a escuchar el latido de los corazones, para redescubrirnos hermanos y hermanas, y desarmar la hostilidad que nos divide.
"Que el Señor Jesús, Palabra de verdad y de amor, nos ayude a decir la verdad en la caridad, para sentirnos custodios los unos de los otros".