Por la hermana Nancy Usselmann
De vez en cuando aparece una persona extraordinaria cuya vida de fe y amor toca miles de vidas para bien. "With This Light" ("Con Esta Luz"), un documental que se estrenará en cines el 11 de agosto en Los Ángeles, Chicago y Nueva York, y después en las plataformas de streaming, narra el dinamismo apostólico de la hermana María Rosa Leggol, una franciscana conocida como la "Madre Teresa" de Honduras. Murió en 2020, antes de que se completara la película.
Con solo una educación de cuarto grado, la hermana María Rosa creó una red de orfanatos, escuelas, clínicas médicas y programas juveniles que llevaron luz y esperanza a más de 87,000 niños durante su vida. Vio la pobreza y la violencia en la que vivían los niños hondureños, muchos de los cuales estaban en las calles. Animada por el llamado de Dios a hacer algo ante la desesperada situación humana que tenía ante sí, puso en marcha proyectos sin pedir permiso. De personalidad vivaz y fuerte, Sor María Rosa dice: "Para trabajar con Dios uno tiene que ser medio travieso, medio loco".
"With This Light" surgió a través de la acción emprendedora de la productora ejecutiva y filántropa Jessica Sarowitz de Los Ángeles, quien emigró con su familia de Honduras a Chicago cuando tenía 8 años. Su familia viajaba periódicamente a Honduras para viajes misioneros. En uno de esos viajes, vio a la religiosa dando órdenes a todos. Cuando la hermana vio a Sarowitz, se acercó y le dio un gran abrazo, uno que Sarowitz dice que nunca olvidará.
"Me sentí tan amada en ese momento", recuerda Sarowitz. Cuando Sarowitz regresó a Honduras como adulta, le pidió a la hermana (llamada Sor por varias personas en la película) que la pusiera a trabajar. Sarowitz sabía que necesitaba contarles a otros sobre la hermana María Rosa y su misión transformadora.
Al comenzar la película, la hermana María Rosa les dice a los jóvenes que escriban en un papel todo lo que les preocupa, luego arrojen el papel a la hoguera, para quemar el pasado, olvidar y "empezar a vivir una nueva vida, una vida llena de luz". La película procede a mostrarnos la vida, obra y espiritualidad de la hermana María Rosa en sus propias palabras y en las vidas de aquellos a quienes ella tocó.
Centrada en dos adolescentes que crecieron en situaciones de pobreza y abuso, la película ofrece una perspectiva sobre los efectos del trabajo de la hermana en sus vidas. Sus historias desgarradoras revelan las complejidades de la vida cuando la pobreza y la violencia envuelven sus pueblos. Ambas jóvenes luchan por salir del ciclo de sufrimiento para encontrar nuevas esperanzas y oportunidades.
"Aunque todas las cosas estén mal", dijo sor María Rosa, "tenemos que darles un poquito de esperanza, un poco de confianza. Tenemos que luchar para que puedan encontrar ese reino perdido. Eso es de lo que tengo que preocuparme todos los días".
Constantemente cantando y besando un gran crucifijo que nunca deja sus manos, la hermana María Rosa va compartiendo amor con todos los que encuentra. Ella dice: "Mi vida se trata de cómo brindar alivio a los demás para que puedan mejorar su situación". Humildemente ve su vida como un conducto de la gracia de Dios cuando dice: "Mi camino es abrir caminos para que otros puedan caminar. Simplemente no puedo parar. Yo sigo avanzando y ellos vienen por ese camino".
Sarowitz le pidió a la hermana tres veces que contara su historia; la enérgica monja cedió solo cuando Sarowitz le dijo que esto ayudaría en su trabajo.
La productora y codirectora Nicole Bernardi-Reis (con Laura Bermúdez) comparte que la hermana María Rosa es un ejemplo de "fe en acción". Al ver este proyecto como una forma de reconectarse con su propia educación católica, Bernardi-Reis dice que "ver a una mujer de 90 años tan comprometida con su fe en Dios que trabajó hasta el día de su muerte, sorprende a todos por las barreras que a veces nos ponemos delante para hacer algo bueno en el mundo".
Cuando la hermana no está visitando a la gente, se sienta en el convento salpicado de estatuas religiosas y ve un partido de fútbol mientras sostiene su rosario y anima a su equipo favorito. Si no está trabajando, está rezando por todos los que encuentra. Y sus oraciones se convierten en un bálsamo para el sufrimiento humano.
Sarowitz explica el mensaje central de la hermana como: "No somos del todo buenos ni del todo malos y, por lo tanto, no puedes rechazar a nadie. Tenemos que tener paciencia unos con otros y ella lo demuestra una y otra vez: cómo mostrarse humildemente para transformar a las personas".
Bernardi-Reis comparte cómo la película nos desafía a la acción: "¿Qué me impide hacer mi propia parte?" Se trata de "un simple acto de bondad y amor y estar abierto a todos donde sea que estén... porque podrías tocarlos de una manera que cambie sus vidas".
La película se mostró al Papa Francisco, quien disfrutó mucho de la tenacidad y la fe de la hermana María Rosa. Los productores preguntaron si podían comenzar la causa de la santidad de la hermana. El Papa Francisco contactó al cardenal prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos para promover su causa.
Oremos por todos los que están atrapados en la agonía de la pobreza, el tráfico de personas, la violencia y el sufrimiento por la intercesión de la hermana María Rosa Leggol, quien entendió el llamado de Jesús: "Cuanto lo hicieron con alguno de los más pequeños de estos mis hermanos, me lo hicieron a mí" (Mt 25,40).