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October 18, 2022Mensaje del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso con motivo de la fiesta hindú del Deepavali, que este año cae el 24 de octubre: el diálogo entre las religiones es una poderosa herramienta para arraigar el espíritu de fraternidad en un planeta sumido en la violencia
Alessandro De Carolis - Ciudad del Vaticano
La tierra arde por tensiones y conflictos generados por ideologías basadas en "supremacias religiosas, culturales, étnicas, raciales y lingüísticas", por lo que la capacidad de las distintas confesiones de dar testimonio de comprensión y sentido de fraternidad resulta vital. En particular, haciendo hincapié en los aspectos de la "convivialidad" y de la "corresponsabilidad ".
El arte de crear relaciones amistosas
En estos valores el Dicasterio para el Diálogo Interreligioso centra el mensaje firmado por el prefecto, el cardenal Ayuso Guixot, y por el secretario, monseñor Kodithuwakku Kankanamalage, enviado como es habitual cada año a las comunidades hindúes con motivo de la fiesta anual de Deepavali, la "fiesta de la luz", que en 2022 cae el 24 de octubre. El texto se abre con un examen de lo que está ocurriendo en el contexto internacional: las presiones conflictivas "populistas y expansionistas" y también "un uso descarado de los medios de comunicación social" son "motivo de preocupación para todos nosotros, porque", dice el mensaje, "afectan gravemente a la convivencia social fraterna y pacífica". La necesidad, por tanto, de contraponer fuerzas positivas es imperiosa, y entre ellas se identifica la convivialidad como "la cualidad de ser amigable y vivaz" en medio de "diversidades y diferencias en un espíritu de respeto, amor y confianza". Un "arte" de forjar relaciones amistosas y fraternales entre los seres humanos y entre éstos y la naturaleza.
Valores nobles
Promover la convivencia, prosigue el mensaje, implica también "responsabilizarse de los demás y de la creación". "Es necesario", afirma, "que responsabilicemos a las personas que nos rodean de la realización de la convivencia a través del respeto a la dignidad trascendental de toda persona humana y a sus legítimos derechos", sabiendo bien que ello implicará desafiar la indiferencia y el individualismo "dominantes en nuestra sociedad actual". Pero como creyentes "no debemos ceder al pesimismo, sino estar unidos y actuar como ejemplo para los demás". El mensaje destaca el ejemplo de los padres y los mayores de la familia precisamente por su papel de educadores de sus hijos en los "nobles valores de la convivencia y la corresponsabilidad".
Como cristianos e hindúes, concluye el mensaje, podemos "unir nuestros esfuerzos con las personas de todas las otras tradiciones religiosas y con aquellas de buena voluntad, para promover, individual y colectivamente, el espíritu de convivencia y de corresponsabilidad para transformar este mundo en un hogar seguro para cada uno donde vivir alegremente en paz".