CIUDAD DEL VATICANO (CNS) – Asegurándoles a los sacerdotes de Roma su gratitud y oraciones, el Papa Francisco les pidió que usen parte de su descanso de verano para reflexionar sobre las formas de fortalecer la unidad de la Iglesia y promover una mayor colaboración con los laicos.
"Pienso en vosotros, en este momento en el que puede haber, junto las actividades de verano, también un poco de descanso después de las fatigas pastorales de los meses pasados", escribió el Papa en la carta fechada "Lisboa, 5 de agosto", indicando que fue firmado mientras estaba en Portugal para la Jornada Mundial de la Juventud. El Vaticano lo publicó dos días después.
Como obispo de Roma, el Papa Francisco usó "nuestro/a" al referirse en la carta a la iglesia local y a los ministerios y responsabilidades de los sacerdotes en la diócesis mientras aseguraba a los sacerdotes de su cercanía en "las alegrías y en los sufrimientos, en los proyectos y en las fatigas, en las amarguras y en las consolaciones pastorales".
"Sobre todo", dijo, quería que los sacerdotes supieran que "comparto con vosotros el deseo de comunión, afectiva y efectiva, mientras ofrezco mi oración cotidiana para que nuestra madre Iglesia de Roma, llamada a presidir en la caridad, cultive el precioso don de la comunión sobre todo en sí misma, haciéndolo brotar en las diferentes realidades y sensibilidades que la componen".
"Que la iglesia de Roma sea para todos ejemplo de compasión y de esperanza, con sus pastores siempre, realmente siempre, preparados y disponibles para prodigar el perdón de Dios, como canales de misericordia que sacian la sed del hombre de hoy".
No importa las limitaciones de sus ministros o la aparente falta de éxito de sus proyectos, dijo el Papa, deben recordar, como había escrito el jesuita francés Henri de Lubac, ningún error o incluso infidelidad por parte de los ministros puede impedir que la iglesia sea la Iglesia de Dios.
"Hermanos, esta es la esperanza que sostiene nuestros pasos, aligera nuestros pesos, da de nuevo impulso a nuestro ministerio. Remanguémonos y doblemos las rodillas (¡vosotros que podéis!)" agregó el Papa, quien no puede arrodillarse debido a problemas continuos en la rodilla.
Al decir que sabe que lo menciona a menudo, el Papa Francisco repitió su llamado a los sacerdotes a tener cuidado con la "mundanidad espiritual" y el clericalismo.
"La mundanidad espiritual , de hecho, es peligrosa porque es una forma de vivir que reduce la espiritualidad a apariencia" y "nos lleva a ser ' artesanos del espíritu', hombres revestidos de formas sagradas que, en realidad, siguen pensando y actuando según las modas del mundo", dijo.
Con demasiada frecuencia, dijo, cuando un sacerdote es demasiado rígido con respecto a lo que cree que es la doctrina o la liturgia adecuada, está buscando su propia gloria y poder, no la del Señor.
El clericalismo es una manifestación de mundanidad espiritual, dijo el Papa Francisco.
"Yo, como anciano y desde el corazón, quiero deciros que me preocupa cuando caemos en las formas del clericalismo; cuando, quizá sin darnos cuenta, demostramos a la gente ser superiores, privilegiados, colocados 'en alto' y por tanto separados del resto del Pueblo santo de Dios".
El antídoto contra la mundanidad espiritual y el clericalismo, dijo el Papa, es mantener la mirada fija en el crucifijo, sabiendo que Jesús murió por los pecados de todos, incluidos los del sacerdote, y que ministrar en su nombre significa vaciarse como él lo hizo.
"Recemos al Espíritu los unos por los otros", dijo el Papa Francisco a los sacerdotes de la diócesis. "Pidámosle que nos ayude a no caer, en la vida personal o la acción pastoral, en esa apariencia religiosa llena de tantas cosas, pero vacía de Dios, para no ser funcionarios de lo sagrado, sino apasionados anunciadores del Evangelio, no 'clérigos de estado', sino pastores del pueblo".