BUDAPEST, Hungría (CNS) -- El vestíbulo de la Iglesia de Santa Isabel de Hungría estaba decorado con dibujos de niños para el Papa Francisco -- muchos de ellos representándolo con una bandera ucraniana, rezando por la paz.
También había varios que mostraban al Papa con su zucchetto y una camiseta de fútbol con los colores de la bandera de Argentina, pero eso no venía al caso el 29 de abril, cuando el Papa Francisco se reunió en la iglesia de Budapest con gitanos romaníes, refugiados, pobres y los muchos católicos de toda Hungría que les ayudan.
Antes de llegar a la iglesia, visitó un instituto católico para niños con problemas de visión, movilidad y otras necesidades especiales.
La reunión en el Instituto del Beato László Batthyány-Strattmann consistió sobre todo en música y oración; no estaba previsto ningún discurso. Sin embargo, el director del instituto recitó la conocida "Oración de San Francisco", que incluye una serie de peticiones: "Donde haya odio, que yo siembre amor; donde haya injuria, perdón; donde haya duda, fe. ..."
Agradeciéndole la elección de esa oración, el Papa la describió como "puro Evangelio", porque mira la realidad, ve lo que falta y pide a Dios que dé al creyente la fuerza para cambiar las cosas.
Mientras el Papa estaba en el instituto, unas 600 personas le esperaban en el interior de la iglesia de Santa Isabel, que lleva el nombre de la princesa húngara del siglo XIII que empleó todo su dinero en construir un hospital donde ella misma atendía a enfermos y pobres.
Entre los que esperaban estaba Olesia Misiats, una enfermera ucraniana madre de tres hijos que huyó de Kiev hace 14 meses, cuando Rusia empezó a bombardear su país. Primero fue a Holanda, pero dijo que era demasiado caro, así que ahora está en Budapest.
Su hija mayor está ahora en Polonia con su marido, que es polaco. Mila nació hace seis meses en Budapest, y "mi hija Anna, de 6 años, estudia en kindergarten y ya habla húngaro", dijo Misiats. "Aquí nos sentimos seguros. Mucha gente nos ayuda".
Oleg Yakovlev le contó al Papa Francisco la ayuda que él y su esposa Lyudmila y sus cinco hijos -- Daniel, María, Alexandra, Iliya y Elizaveta -- recibieron cuando huyeron de la guerra en Ucrania. Y agradeció al Papa sus constantes oraciones por la paz en Ucrania y "por defender a las víctimas de la guerra."
La variedad de necesidades que tiene la gente y el modo en que los católicos de Hungría las atienden es un ejemplo de fe viva, dijo el Papa Francisco.
" Necesitamos una Iglesia que hable con fluidez el lenguaje de la caridad, idioma universal que todos escuchan y comprenden, incluso los más alejados, incluso los que no son creyentes", dijo el Papa.
Csaba Kovesi y su hija Napsugár, de 15 años, hablaban de una idea similar antes de la llegada del Papa. Este gitano romaní de 50 años lleva un crucifijo por Hungría y otras partes de Europa desde hace 20 años, rezando por la paz entre las comunidades roma y sus vecinos, dijo.
"Lo que me da es amor", dijo Napsugár cuando le preguntaron por el proyecto de su padre. "Intentamos dar amor a todo el mundo. Cuando crees en Dios, has encontrado el camino para ser feliz".
"No es suficiente dar el pan que alimenta el estómago, es necesario alimentar el corazón de las personas", dijo el Papa en su discurso. "La caridad no es una simple asistencia material y social, sino que se preocupa de toda la persona y desea volver a ponerla en pie con el amor de Jesús: un amor que ayuda a recuperar belleza y dignidad".
"Hacer caridad significa tener la valentía de mirar a los ojos. Tú no puedes ayudar a alguien mirando hacia otro lado. Para hacer caridad se necesita la valentía de tocar", dijo el Papa, partiendo de su texto preparado.
Construir una relación real con los pobres, añadió, "te hará entender cuán necesitado estás tú de la mirada y de la mano del Señor".
El tema de la mañana volvió a ser la paz cuando el Papa se dirigió al otro lado de la calle, a la Iglesia Católica oriental de la Protección de la Madre de Dios. Unas 500 personas reunidas allí entonaron una "ektenia" o letanía de paz para el Papa.
Y, de regreso a la nunciatura donde se aloja, el Papa Francisco pasó unos 20 minutos reunido con el metropolita ortodoxo ruso Hilarión de Budapest y Hungría, ex jefe de relaciones exteriores del Patriarcado de Moscú.
La oficina de prensa del Vaticano dijo que la reunión fue "cordial", pero no dio más detalles.