ULÁN BATOR, Mongolia (CNS) -- El Papa Francisco, de 86 años, y otros líderes religiosos se reunieron en un teatro con forma de ger para hablar de la tierra y lo divino, la armonía y la belleza, la paz y la familia humana.
En Mongolia, donde toda religión fue brutalmente reprimida durante siete décadas bajo el régimen comunista, el Papa Francisco rindió homenaje el 3 de septiembre especialmente a los budistas de Mongolia, el mayor grupo religioso del país; a partir de finales de la década de 1930, miles de monjes budistas fueron condenados a muerte y cientos de templos budistas fueron destruidos.
El Papa rezó para que la memoria de los sufrimientos padecidos en el pasado diera a todos los mongoles "la fuerza para transformar las heridas sombrías en fuentes de luz, la ignorancia de la violencia en sabiduría de vida, el mal que arruina en bien que construye".
Los líderes de las comunidades budista, chamanista, musulmana, evangélica, adventista del séptimo día, de los Santos de los Últimos Días, hindú, sintoísta, bahaí y ortodoxa rusa de Mongolia también intervinieron en el acto celebrado en el Teatro Hun de Ulán Bator.
Al igual que el Papa, los líderes religiosos utilizaron continuamente la palabra "armonía".
"Esta se refiere a la relación particular que se crea entre realidades diferentes, sin superponerlas ni homologarlas, sino respetando las diferencias y en beneficio de la convivencia", dijo el Papa Francisco. "Me pregunto: ¿Quién, con más razón que los creyentes, está llamado a trabajar por la armonía entre todos?"
La cerrazón y el fundamentalismo "arruinan la fraternidad, alimentan tensiones y ponen en peligro la paz", dijo, pero la belleza nace de la armonía, que "se acrecienta con la amabilidad, la escucha y la humildad".
La armonía no proviene de fingir que no hay diferencias ni de disculparse por las creencias profundamente arraigadas, dijo. "La Iglesia ofrece hoy a cada persona y cultura el tesoro que ha recibido, permaneciendo en actitud de apertura y escucha de cuanto las otras tradiciones religiosas tienen para ofrecer".
"El diálogo, en efecto, no es antitético al anuncio", insistió el Papa. "Porque no elimina las diferencias, sino que ayuda a comprenderlas, las preserva en su originalidad y las hace capaces de confrontarse en pos de un enriquecimiento franco y recíproco".
"Tenemos un origen común, que confiere la misma dignidad a todos, y tenemos un camino compartido, que sólo podemos recorrer juntos, viviendo bajo el mismo cielo que nos cobija y nos ilumina".
La fe en un único creador de toda la familia humana significa que nunca debe mezclarse o suscitar confusión entre "credo y violencia, entre sacralidad e imposición, entre camino religioso y sectarismo", afirmó el Papa.
Gabju Demberel Choijamts, abad del monasterio budista tibetano de Gandantegchinlen, en Ulán Bator, dijo a los asistentes que, aunque las religiones tienen filosofías y visiones del mundo diferentes, promueven valores esenciales para el bienestar humano, "importantes valores internos como la bondad amorosa, la compasión, la moral, la tolerancia y el perdón y el karma".
Aunque la guerra de Rusia contra Ucrania no dejó de llamar la atención durante la visita del Papa a Mongolia, país fronterizo con Rusia y China, el padre Anthony Gusev, rector de la iglesia ortodoxa rusa de la Santísima Trinidad de Ulán Bator, no mencionó la guerra. En su lugar, hizo un recorrido por la historia de la presencia ortodoxa rusa en Mongolia desde el siglo XII.
Yair Jacob Porat, representante de la comunidad judía de Mongolia, habló de la próxima celebración de Rosh Hashaná, que comenzará al atardecer del 15 de septiembre.
La celebración "invita a individuos de todos los orígenes a contemplar sus acciones, buscar el perdón y esforzarse por mejorar personal y colectivamente en el año que comienza", dijo. "El mundo y la humanidad lo necesitan con todos los desafíos a los que nos enfrentamos en todo el mundo".
El Papa Francisco dijo a los líderes que el hecho de que todos hayan decidido reunirse en el ger y hablar ya es una señal para el mundo.
"Si quien tiene la responsabilidad de las naciones eligiera el camino del encuentro y del diálogo con los demás, contribuiría sin duda de manera determinante a poner fin a los conflictos que siguen causando sufrimiento a tantos pueblos", afirmó.