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June 30, 2023Por Cindy Wooden, Catholic News Service
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) -- Al describir cómo funcionaría la asamblea de octubre del Sínodo de los Obispos, el obispo Daniel E. Flores de Brownsville, Texas, dijo a sus compañeros obispos de Estados Unidos: "Algunas cosas simplemente hay que empezar a hacerlas para aprender cómo se pueden hacer, y cómo se pueden hacer mejor".
El obispo, quien es miembro designado por el Papa del comité preparatorio del sínodo, estaba comunicándole a los obispos que el actual proceso sinodal, que ha sido innovador desde que comenzó con sesiones locales de escucha en todo el mundo en octubre de 2021, seguiría siendo diferente de todos los celebrados desde que San Pablo VI reinstituyó los sínodos en 1965.
La publicación del documento de trabajo para la asamblea sinodal del 4 al 29 de octubre en una conferencia de prensa en el Vaticano el 20 de junio dejó en claro cuán diferente será este sínodo, y no simplemente porque un pequeño número de mujeres y laicos serán miembros con derecho a voto por primera vez.
Con el Papa Francisco, los responsables del Sínodo intentaron establecer una práctica en la que los discursos se agruparan por temas y no por el orden en el que se inscribían los oradores. Y aunque continuó la práctica de tener una "discusión libre" en la sala cada noche, los sínodos seguían comenzando básicamente con una semana o 10 días de discursos seguidos de una semana o 10 días de trabajo en pequeños grupos.
El documento de trabajo para la asamblea de octubre dice que esta vez los delegados reunidos alternarán con más frecuencia las sesiones plenarias y el trabajo en pequeños grupos mientras debaten los temas en el orden en que se presentan en el texto.
Los miembros comenzarán debatiendo las características que consideran esenciales para construir una "Iglesia sinodal", partiendo de la experiencia de las personas que participaron en los procesos parroquiales, diocesanos, nacionales y continentales.
Y los miembros, que aún no han sido nombrados, tienen tarea por hacer.
El documento de trabajo en sí sólo tiene 24 páginas en inglés, pero las hojas de trabajo que se les pide que utilicen para preparar el sínodo ocupan otras 36 páginas. (La traducción al español, cuyo documento PDF tiene márgenes más estrechos que la versión en inglés, cuenta con 23 páginas. Las hojas de trabajo ocupan 37 páginas. Ambos documentos son de 64 páginas en total, incluyendo títulos y páginas en blanco*.)
Las hojas de trabajo comienzan con una breve reflexión basada en las aportaciones de las sesiones de escucha y van seguidas de una serie de preguntas sobre las que se pide a los obispos y otros miembros que recen antes de llegar a Roma.
El cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo, declaró a la prensa el 20 de junio que nadie puede afirmar que las sesiones de escucha de los últimos 18 meses hayan sido simplemente preparatorias, y que el Sínodo propiamente dicho tendrá lugar en octubre.
"La escucha era necesaria porque una iglesia sinodal es por definición una Iglesia que escucha", dijo. "Sé que muchos no entienden o subestiman" cómo los laicos, por su bautismo, participan en la misión profética de Jesús, pero "para mí esto es un grave insulto".
"Donde los obispos han iniciado y acompañado la consulta", dijo, "la contribución ha sido viva y profunda".
El cardenal Jean-Claude Hollerich, relator general del sínodo, dijo que los miembros no debatirán el documento de trabajo ni tratarán de moldearlo para convertirlo en un documento final. En su lugar, guiará la preparación de los miembros en el estudio y la oración y proporcionará el orden para las discusiones sinodales.
El texto "no pretende ser un tratado teológico sobre la sinodalidad", dijo el cardenal Hollerich. "El texto no da respuestas, sino que se limita a plantear preguntas. Los obispos, como las personas llamadas a perfeccionar el discernimiento iniciado en el proceso sinodal mundial, tienen que cumplir su misión episcopal e intentar dar algunas respuestas".
Pero la diferencia clave con el pasado, dijo el padre jesuita Giacomo Costa, consultor del secretariado sinodal, es el modelo del sínodo como "conversación en el Espíritu".
La reunión estará precedida por un servicio ecuménico de oración en la Plaza de San Pedro el 30 de septiembre y por tres días de retiro fuera de Roma para todos los miembros del sínodo.
Esa oración debe continuar durante todo el sínodo, que será una "conversación en el Espíritu", un proceso que el documento de trabajo describe como "una oración compartida con vistas al discernimiento comunitario para el que los participantes se preparan mediante la reflexión y la meditación personales".
Si los miembros se preparan como se les pide, sus discursos serán "una palabra meditada y alimentada por la oración, no una opinión improvisada en el momento", dice el documento.
Después de más silencio y oración, se invita a cada uno a hablar de nuevo "para expresar lo que de su escucha le ha tocado más profundamente y aquello por lo que se siente interpelado con más fuerza", dice el documento de trabajo. "El tercer paso, de nuevo en un clima de oración y bajo la guía del Espíritu Santo, es identificar los puntos clave que han surgido y construir un consenso sobre los frutos del trabajo conjunto".
La hermana Nadia Coppa, superiora de las Adoratrices de la Sangre de Cristo y presidenta de la Unión Internacional de Superioras Generales, dijo a los periodistas que el método garantiza que "la experiencia de la sinodalidad sea ante todo una experiencia del Espíritu; es un camino abierto, no trazado de antemano, que se teje a través del encuentro, el diálogo y el compartir que llega a ampliar y cambiar la visión de todos".
Vivir y actuar en la sinodalidad, dijo, "es una danza en comunidad en la que todos, pastores y fieles, gracias a un diálogo vivo y compartido en confianza, se mueven en relación unos con otros, en escucha mutua y común de la música del Espíritu".
Esa "danza" -- y el hecho de que el número de obispos y otros miembros presentes será mayor que nunca -- significa que el sínodo se celebrará en la sala de audiencias del Vaticano y no en el aula sinodal, dijo el padre Costa. El Vaticano espera la presencia de 370 sinodales, el 79% de ellos obispos, además de decenas de expertos asesores. Se sentarán en la sala de audiencias en mesas redondas de 10 ó 12 personas.
El cardenal Grech dijo a los periodistas: "No se trata de que en octubre de 2023 y 2024", cuando se celebrará la segunda asamblea sinodal, "tengamos que encontrar respuestas a todas las preguntas que todo el mundo se hace", sino que la idea es "ayudarnos mutuamente a escuchar lo que el Espíritu dice hoy a la Iglesia".