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August 26, 2023Por Cindy Wooden, Catholic News Service
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) -- A los ojos del mundo parecería una estrategia "absurda" comenzar a ayudar a los pobres y luchar por la justicia pasando tiempo en adoración antes de la Eucaristía, dijo el Papa Francisco, pero eso es precisamente lo que una orden religiosa con sede en Italia ha estado haciendo durante 100 años.
"Ante las inmensas necesidades y casi sin recursos a su disposición, ¿Qué sentido podía tener decir a las hermanas que se pusieran de rodillas para 'adorar y reparar'?", dijo el Papa el 25 de agosto al unirse a la celebración del centenario de las Hermanas Discípulas de Jesús Eucarístico.
Pero la práctica funcionó, dijo el Papa Francisco a las hermanas y sus colaboradores en la reunión en la sala de audiencias del Vaticano.
Las oraciones y la adoración de los primeros miembros de la congregación "generó una fuerza contagiosa, que pronto las llevó a emprender y promover obras de rescate material, cultural y espiritual muy superiores a todas las expectativas", dijo.
En medio de la extrema pobreza de Tricarico, en la región meridional italiana de Basilicata, tras la Primera Guerra Mundial y durante una gran epidemia de gripe, las hermanas "despertaron la fe y el compromiso de las comunidades parroquiales y de las familias", fundaron escuelas y ayudaron a devolver la dignidad a personas "demasiado a menudo y durante demasiado tiempo oprimidas por condiciones de vida inhumanas y por el desprecio y la indiferencia del mundo circundante, que no veía en ellas más que descartes de la sociedad".
"Ellas desencadenaron una 'guerra' distinta: la que se libra contra la pobreza y la injusticia; y propagaron una epidemia diferente: la del amor", dijo el Papa Francisco.
"El Señor sigue llamándolas ustedes a ir, donde ellas fueron", dijo a las hermanas, que ahora ejercen su ministerio en toda Italia y en México, Brasil, Ruanda, Mozambique, Filipinas, Indonesia, Timor Oriental y Vietnam.
Esos ministerios, dijo, no carecen de desafíos, por lo que es esencial que continúen comenzando por "estar ante Jesús en la Eucaristía, el pan partido y el maestro que lava los pies de los discípulos".
El Papa Francisco pidió a las hermanas que pasen tiempo de rodillas ante el sagrario y que, como Jesús, tengan los "brazos siempre abiertos hacia sus hermanos y hermanas".