"La muerte de cualquier hombre me disminuye", escribió el poeta del siglo XVII John Donne, "porque estoy ligado a la humanidad".
Cuando miro la foto de la pequeña Jaclyn, esta cita cobra sentido. Su muerte nos disminuye.
Ella llegó a mí sólo como una imagen en una estampita, entregada durante un servicio de oración por los niños que mueren en nuestra frontera con México. Fue durante una de esas épocas en las que un gran número de menores estaban siendo cruelmente separados por nuestro gobierno de sus padres en la frontera.
Pero esta niña había muerto en el mismo cruce, ahogada. Guardé la tarjeta, sintiendo que debía recordarla por la dignidad de esta niña de ojos tristes.
El podcast Jesuit Border (Frontera Jesuita), que se graba en la Diócesis de Brownsville, Texas, fue concebido por dos jóvenes sacerdotes jesuitas que fueron destinados a una misión en la frontera en 2021. Rápidamente se dieron cuenta de que había muchas historias que contar, y sus podcasts destacan el trabajo que la Iglesia Católica y otros están haciendo por los migrantes a lo largo de la frontera entre EE.UU. y México.
Es un podcast parlanchín y personal. Te gustarán estos chicos, sus primeros (y a veces torpes) intentos de ayudar, lo que han aprendido, la gente buena que han conocido y las personas interesantes que han entrevistado.
Uno de mis entrevistados favoritos: el obispo de Brownsville Daniel Flores. No sabía mucho sobre el obispo Flores, excepto que el Papa Francisco lo eligió como uno de los siete miembros --y el único estadounidense -- de la comisión preparatoria de la asamblea general del Sínodo de los Obispos, que tuvo lugar en Roma en octubre. Eso es un gran respaldo.
El obispo Flores señala que la doctrina social católica hace hincapié en que todo ser humano ha sido creado a imagen de Dios, y que en el corazón de nuestra doctrina social está la necesidad de ser adaptables a las diferentes situaciones.
No podemos controlar las circunstancias de Guatemala ni de otros países acosados por el cambio climático y el caos interno. Por mucho que lo intentemos, ni siquiera podemos mover a nuestro propio Congreso para que tome acción para lograr una reforma migratoria.
Pero sí podemos, dijo el obispo Flores, "atender a las personas que tenemos delante. Lo que te pasa a ti me importa a mí", haciéndose eco de los pensamientos del poeta Dunne. "La conectividad forma parte del ethos católico".
La Encarnación prueba nuestra conexión con los pobres y entre nosotros. Cristo nació y vivió entre los pobres, fue rechazado por los poderosos de su tiempo y, en última instancia, ejecutado por el Estado.
En los Estadios Unidos de hoy, dijo el obispo Flores, "ha habido una ruptura en el sentido comunitario de pertenencia de unos a otros".
El obispo Flores subraya una verdad básica de ser católico: nuestro compromiso con el bien común. Después de la masacre en la escuela de Uvalde, Texas, donde murieron 21 personas, la mayoría niños pequeños, el obispo Flores escribió un poderoso mensaje en Twitter.
"Las armas son más fáciles de conseguir que las aspirinas", dijo, y añadió: "Sacralizamos los instrumentos de la muerte y luego nos sorprendemos de que la muerte los utilice".
Son palabras fuertes y es estupendo ver a un obispo estadounidense dispuesto a pronunciarlas.
El obispo Mark Seitz de El Paso, también en la frontera, también es valiente al tomar partido por los vulnerables. Habla en favor de los no nacidos, pero dijo a The Jesuit Podcast que, como católicos, los vulnerables deben incluir también a los inmigrantes y a las personas que son víctimas de prejuicios raciales.
El obispo Seitz ha oficiado Misas en la frontera con el altar a ambos lados, una poderosa muestra de la unidad que aporta la Eucaristía.
Obispos como estos, y los jóvenes jesuitas que trabajan en nuestra frontera, me recuerdan por qué soy católico y estoy orgulloso de serlo.