CIUDAD DEL VATICANO (CNS) -- Los empresarios de la cultura actual, plagada de individualismo, deben mirar más allá del dinero y el éxito para trabajar por el bien común, dijo el Papa Francisco.
Al reunirse el 17 de febrero con un grupo de empresarios mexicanos, el papa les instó a prestar especial atención a su relación con Dios para que puedan ser signos de la presencia de Dios en el mundo de las finanzas.
"El capital más importante que podemos tener es el capital espiritual", les dijo. "Cuando el Señor toca nuestros corazones, ampliamos nuestra mirada y somos capaces de ver a los necesitados, de cuidar la creación".
Las consecuencias de "nuestras conciencias adormecidas por la comodidad" son visibles en la guerra y en la pobreza y hacen que se olvide a los que sufren, dijo el papa. Por eso pidió a los empresarios que sean artesanos de la paz y construyan una comunidad en la que "todos, sin excepción, se sientan bien recibidos y amados por Dios".
Desafortunadamente, dijo el papa, "estamos perdiendo el sentido de ser una familia, de respetarnos y tolerarnos aún con nuestras diferencias y dificultades".
El Papa Francisco también dijo que la gente necesita buenos sacerdotes que les ayuden en su relación con Dios, y añadió que "es un derecho de los fieles tener sacerdotes bien formados". Pidió a los empresarios que recen por sus sacerdotes y estén cerca de ellos en su ministerio pastoral.
Al dar la bienvenida al grupo, el papa utilizó la frase mexicana "Mi casa es tu casa", y dijo que el Vaticano es un lugar donde "los hijos de la Iglesia pueden encontrarse y alabar a Dios en familia".
El Papa Francisco también pidió a los empresarios fomentar la relación con la Virgen de Guadalupe, patrona de México, y no dejar que nadie la involucre en ideologías, sino apreciarla tal como es: sencilla y morena.
Añadió que la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe en Ciudad de México -- el santuario católico más visitado del mundo -- debería representar a toda la Iglesia, ya que acoge a todos los hijos de Dios para que lleven a María su dolor y su esperanza.