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November 4, 2022Por Carol Glatz, Catholic News Service
AWALI, Baréin (CNS) -- Un verdadero amor por el divino Creador significa actuar en nombre de sus hijos abandonados por los poderosos: los pobres, los no nacidos, los ancianos, los enfermos y los migrantes, dijo el papa Francisco a representantes de diferentes religiones y líderes internacionales.
Si los creyentes no escuchan y se ponen del lado de los que no tienen voz, ¿quién lo hará?, preguntó.
"Es nuestro deber alentar y ayudar a nuestra familia humana, interdependiente pero al mismo tiempo desconectada, a navegar juntos por el mar", dijo el 4 de noviembre al cerrar el Foro de Diálogo de Baréin de dos días: Oriente y Occidente por la Coexistencia Humana, patrocinado por el rey Hamad bin Isa Al Khalifa de Baréin.
El foro, celebrado en la plaza Al-Fida' del Palacio de Sakhir, muestra que a pesar de las divisiones y la destrucción que asola el mundo, hay personas que eligen unirse "porque todos tenemos la intención de navegar en las mismas aguas, eligiendo la ruta de encuentro y no el de la confrontación, el camino del diálogo", dijo.
El papa llegó en un compacto Fiat blanco con placas de la Ciudad del Vaticano, flanqueado por guardias reales a caballo. Sobrevolaron dos helicópteros: uno con la bandera de la Santa Sede y el otro con la bandera de Baréin. Luego se le invitó al papa a regar una palmera.
En su discurso, el papa dijo que el mundo elije: puede seguir fomentando los conflictos y las divisiones, imponer "visiones despóticas, imperialistas, nacionalistas y populistas" y cerrar los oídos a la gente común y a los pobres. O las personas pueden hacer un esfuerzo por entenderse y cooperar por el bien de todos.
Dios quiere que sus hijos sean "una sola familia: no islas, sino un gran archipiélago", como Baréin, con sus 33 islas a lo largo del Golfo Pérsico, dijo el papa. El mundo "sólo puede avanzar remando juntos; si navegamos solos, vamos a la deriva".
Todas las personas de fe, "como personas de paz", deben oponerse a la carrera armamentista, al "comercio de la guerra" y al "mercado de la muerte", dijo. Los verdaderos creyentes "no apoyan 'alianzas contra algunos', sino medios de encuentro con todos".
A partir de su texto preparado, el papa nuevamente, igual que el rey, pidió un paro a la guerra contra Ucrania y el inicio de "negociaciones serias".
El cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, dijo a los periodistas en el evento que debe haber apertura y disposición para las conversaciones, de lo contrario, la guerra nunca terminará. Además de los repetidos llamados a la paz por parte del papa durante sus audiencias generales y las oraciones del Ángelus, el Vaticano ha dejado claro que está listo "para ayudar de cualquier manera posible", dijo el cardenal.
El papa Francisco les dijo a los líderes religiosos en el foro que el Documento sobre la Fraternidad Humana de 2019 y la Declaración de Baréin de 2017, que hacen un llamado a la paz a través de la colaboración, continúan desafiándolos a hacer realidad sus principios compartidos.
Y, dijo, las declaraciones piden una verdadera libertad de religión, que es más que otorgar permisos para construir lugares de culto y reconocer la libertad de culto.
Toda comunidad y credo, dijo, debe preguntarse "si coacciona desde fuera a las criaturas de Dios o las libera desde dentro; si ayuda a rechazar la rigidez, la estrechez de miras y la violencia; si ayuda a los creyentes a crecer en la auténtica libertad, que no es hacer lo que queremos, sino dirigirnos al bien para el que fuimos creados".
Otro ingrediente clave para la paz es la educación, y entre sus prioridades se encuentran el reconocimiento de los derechos de las mujeres a la participación activa en la esfera pública, el derecho de los niños de ir a la escuela y la necesidad de una "educación para la ciudadanía" que rechace "el uso discriminatorio del término 'minorías', que genera sentimientos de aislamiento e inferioridad", dijo.
"Sigamos adelante en el camino", dijo el papa, mostrando al mundo que "un camino de encuentro es posible" y necesario, "ya que la fuerza, las armas y el dinero nunca pintarán un futuro de paz".
Los más de 1,000 participantes en el foro incluyeron: Sheikh Ahmad el-Tayeb, gran imán de la mezquita y universidad Al-Azhar de Egipto; altos representantes del Consejo Musulmán de Ancianos, un grupo internacional de eruditos y expertos islámicos; el cardenal iraquí Louis Sako, patriarca de la Iglesia católica caldea; el cardenal libanés Bechara Rai, patriarca maronita; el patriarca ecuménico Bartolomé de Constantinopla; el rabino David Rosen, director internacional de asuntos interreligiosos del Comité Judío Estadounidense; así como representantes de la fe hindú, el gobierno de Arabia Saudita y líderes que promueven la educación, los derechos humanos y la paz.