CIUDAD DEL VATICANO (CNS) -- Los cristianos mayores están llamados a dar testimonio de la fuerza que viene de Dios, especialmente cuando los momentos de fragilidad y debilidad los hacen dependientes de los demás, expresó el papa Francisco.
"Nuestra dependencia crece con la enfermedad, con la vejez, y ya no somos autosuficientes como antes. Crece nuestra dependencia a los demás e incluso nuestra fe madura; incluso allí, Jesús está con nosotros, incluso allí, esa riqueza de una fe bien vivida en el camino de la vida fluye", indicó el papa durante su audiencia general semanal el 22 de junio.
Al llegar a la Plaza de San Pedro en el papamóvil, el Santo Padre se detuvo brevemente y dio la bienvenida a bordo a varios niños ucranianos. Según la oficina de prensa del Vaticano, los niños eran refugiados que huyeron de la guerra y estudian en una escuela primaria en Roma.
Antes de concluir la audiencia, el papa instó a los fieles "no olvidarse de Ucrania".
"No olvidemos el sufrimiento de ese pueblo mártir", acotó.
El Sumo Pontífice también lamentó el asesinato de dos jesuitas y un laico en el norte de México el 20 de junio. Según los jesuitas, hombres armados irrumpieron en la iglesia parroquial de la comunidad de Cerocahui en las Barrancas del Cobre del estado de Chihuahua mientras perseguían al laico, que trabajaba como guía turístico.
Los sacerdotes salieron después de que los hombres armados mataron al hombre y posteriormente les dispararon.
"¡Cuántos asesinatos en México!" lamentó el papa. "Estoy cerca, en afecto y oración, de la comunidad católica afectada por esta tragedia. Una vez más, repito que la violencia no resuelve los problemas, sino que aumenta el sufrimiento innecesario".
En su charla principal, el papa continuó su serie de catequesis sobre la vejez y reflexionó sobre el relato de San Juan sobre la advertencia de Jesús a Pedro de que "cuando seas viejo extenderás las manos, y otro te vestirá y te guiará donde no quieres ir".
Las palabras de Jesús a Pedro, explicó, revelan una relación abierta, franca, y directa que es "veraz". A menudo, los cristianos pueden tener la tentación de encerrar el testimonio del Evangelio en el "capullo de una revelación 'azucarada'" que "nos aleja del Jesús verdadero, e incluso se convierte en ocasión para un camino muy abstracto, muy autorreferencial, muy mundano de fe".
"Jesús es la Palabra de Dios hecha hombre, y actúa como hombre, nos habla como hombre, como Dios-hombre", dijo el papa. Jesús habla "con esta ternura, con esta amistad, con esta cercanía. Jesús no es como esa imagen azucarada de las estampitas, no. Jesús está ahí, está cerca de nosotros".
El papa dijo que la conversación de Jesús con Pedro es una lección valiosa para todos los creyentes, especialmente para los ancianos, que aún pueden dar testimonio del Evangelio, incluso con sus vidas "encomendadas a otros".
Sin embargo, en la vejez, a algunos hombres y mujeres mayores les puede resultar difícil aceptar la fragilidad o la inevitabilidad de la muerte y dudan en ceder su papel de "protagonista" a las generaciones más jóvenes.
"Nosotros, los ancianos, no debemos tener envidia de los jóvenes que hacen su propio camino, que toman nuestro lugar, que nos sobreviven", dijo el papa de 85 años. "Aprender a despedirnos: esta es la sabiduría de los mayores. Pero salir bien, con una sonrisa".
El papa Francisco dijo que la vida de una persona mayor es "una despedida lenta pero alegre" que les permite en sus últimos momentos reflexionar sobre la belleza de la vida que vivieron.
"Es hermoso cuando un anciano puede decir: 'He vivido la vida, esta es mi familia, he vivido la vida, he sido pecador, pero también he hecho el bien'. Y esta paz que viene, esta es la despedida del anciano", dijo el papa.