INDIANÁPOLIS (OSV News) -- Son pocos los católicos en el país, e incluso en el mundo, que no hayan oído hablar del Padre Mike Schmitz. El capellán de la pastoral universitaria de la Diócesis de Duluth, Minnesota, y orador principal en la sesión de avivamiento del Congreso Eucarístico Nacional del 18 de julio en Indianápolis, es conocido internacionalmente por sus podcasts "Bible in a Year" y "Catechism in a Year", de la editorial católica Ascension, que han encabezado las listas de podcasts en los últimos años.
Unas horas antes de su charla en Indianápolis, el padre Schmitz se reunió con la prensa y compartió su conocimiento sobre diversos temas, especialmente la evangelización y la importancia de la Eucaristía. A partir de esa conversación, presentamos cinco consejos basados en la experiencia del padre Schmitz para ayudar a los católicos a ser mejores evangelizadores.
1. Primero conoce tu propia historia.
Según el padre Schmitz, para que los católicos se sientan cómodos hablando con personas que no son católicas, o incluso con católicos que se alejaron de su fe, sobre por qué deberían amar a la Iglesia, primero deben entender su propia historia.
"Muchas veces, nos descalificamos a nosotros mismos diciendo: 'No quiero imponer mi fe a nadie. No quiero meterla a la fuerza", dijo el padre Schmitz. "Pero ¿qué pasaría si alguien que conoces se acercara y te preguntara: '¿Podrías contarme sobre tu relación con Jesús? o '¿Qué es lo que más te gusta de la Iglesia Católica?'"
Si eso ocurriera, ¿sabrían los católicos cómo responder?
"¿Lo sabes? ¿Conoces tu historia?", preguntó. "¿Sabes por qué amas a la Iglesia Católica? Porque hasta que no hagamos ese trabajo de buscar en nuestro interior y pensar: '¿Qué diría yo?'... entonces, sólo estamos poniendo excusas para no hacerlo".
2. Fomenta y participa en encuentros con el Señor.
"Creo que la adoración puede ser un lugar donde Jesús conquista corazones", dijo el padre Schmitz, ofreciendo el ejemplo de un hombre que conocía, que no estaba bautizado y que fue con unos amigos a la adoración eucarística.
"No tenía idea de qué hacer", dijo el padre Schmitz. "Y contó: 'Miré hacia arriba, y miré a Jesús en la Eucaristía. Realmente no sabía bien qué era. Pero inmediatamente comenzó a llorar".
El hombre le contó al padre Schmitz: "Si bien no sabía de qué se trataba eso, sabía que era algo sagrado".
Llevar a las personas a Jesús y "dejar que Él haga lo suyo", quizá con un pequeño anticipo sobre lo que van a encontrar, "es algo muy movilizador", dijo.
El silencio de la adoración eucarística también nos ayuda a desconectarnos de las distracciones que enfrentamos en nuestra cultura actual, dijo.
"Es muy importante que podamos pasar tiempo en silencio", dijo el padre Schmitz. "Allí, ante el Señor, donde nos dice quiénes somos y nos revela su corazón".
"Hoy más que nunca, estamos inmersos en una cultura repleta de distracciones. Y esas distracciones no solo nos alejan de nosotros mismos y de la realidad, sino que también nos llevan a una zona de distorsión y comparación que no es real", agregó.
"Hay algo en la presencia real de nuestro Señor en la Eucaristía, que nos lleva a un lugar de paz, un lugar en el que no existen las comparaciones ni las distracciones, donde realmente nos centramos en lo que está sucediendo", explicó. "Y es en esos momentos cuando nos encontramos cara a cara con las cosas que necesitamos mejorar".
Cuando no sabemos qué decir o cómo evangelizar, pasar tiempo con el Señor nos da algo que ofrecer, añadió el padre Schmitz.
"El Señor nos ama a cada uno de nosotros", dijo. "Él los ama a todos ustedes. Poder pasar tiempo con Él en la Eucaristía es dejar que Él te ame. Y siempre tendrán algo que decir sobre Él. Siempre tendrán algo que ofrecer".
3. Trabaja con esmero para ganarte la confianza.
Al evangelizar, los católicos deben primero ganarse la confianza de las personas con las que hablan, explicó el padre Schmitz.
"Esto lo aprendí trabajando con estudiantes de secundaria, preparatoria y universitarios, donde a menudo no hay garantía de que quienes llegan a la Misa crean en todo esto", comentó. "Por eso trato de comunicarme de una manera que realmente conecte y se ajuste a sus experiencias. Creo que esto es sumamente importante".
4. Reconoce que hay cosas más importantes que ser una celebridad.
Cuando un seminarista le preguntó qué diría a otros que admiran a sacerdotes famosos como el padre Schmitz y el padre Josh Johnson (podcaster, autor y uno de los maestros de ceremonia del Congreso Eucarístico Nacional) y quieren ser como ellos, el padre Schmitz contó la historia de otro sacerdote de la Diócesis de Duluth, el padre Ben, a quien conoció cuando tenía 17 años.
El padre Ben era una persona llena de vida y entusiasmo evangelizador, y eventualmente fue ordenado sacerdote, compartió el padre Schmitz. Corría maratones y participaba en triatlones. Pero cuando tenía 31 años, sufrió un derrame cerebral después de uno de esos triatlones. Aunque se recuperó, luego tuvo otro. Ahora, con casi 40 años, el padre Ben ya no puede caminar ni celebrar Misa por sí mismo, explicó el padre Schmitz.
"La verdadera imagen del sacerdocio no somos el padre Josh ni yo", dijo el padre Schmitz. "La verdadera imagen del sacerdocio es el padre Ben. Porque Jesús como sacerdote es, en realidad, Jesús en la cruz. Él es la víctima. Él es el sacerdote. Así que, si vas a ser sacerdote, también tienes que estar dispuesto a ser la víctima que se ofrece a los demás".
"Los micrófonos están bien", añadió. "Pero (el padre Ben) vive su sacerdocio de una manera mucho más radical, tan radical como cualquiera está llamado a vivirlo".
El padre Schmitz también mencionó que trabajar con Ascension en sus podcasts "protege su corazón" porque no tiene que preocuparse por si a la gente le gusta o no lo que dice.
"Una de las ventajas de trabajar con Ascension es que puedo crear el contenido, publicarlo y luego olvidarme de él", afirmó.
5. Combate la indiferencia con arrepentimiento.
Dado que vivimos en una época en la que no podemos dar por sentado que la fe se transmitirá a la siguiente generación, el padre Schmitz dijo que "nunca debemos dejar de enseñar" sobre la fe.
Por otro lado, añadió, el problema no es solo la ignorancia, sino una amenaza aún mayor: la indiferencia.
"La indiferencia es el verdadero veneno de nuestra época", dijo. "Si la ignorancia debe ser reemplazada por conocimiento, entonces la indiferencia debe ser reemplazada por amor".
Y la única manera de lograr esto, explicó, es "a través del arrepentimiento".
"Creo que ese es otro gran mensaje de este avivamiento eucarístico: No puede haber avivamiento sin arrepentimiento".