Isabella Piro-Ciudad del Vaticano
"El escenario que tenemos en nuestro país", dice el prelado, "es de total violación de los derechos de los pueblos indígenas y de violencia en diversas formas", tanto que se habla de siglos de "lucha contra el genocidio, el exterminio, las violaciones de los derechos y la violencia física, cultural y territorial" de dichas poblaciones. Estos actos se perpetran de forma ininterrumpida, reitera el obispo, y "de un gobierno a otro, siempre hay una forma de reducir o eliminar los derechos de las poblaciones nativas" que, en la actualidad, se enfrentan a "un escenario muy crítico".
De hecho, explica Monseñor Paloschi, son numerosos los ataques perpetrados contra "su integridad física, cultural y territorial", a veces incluso con el aval de las autoridades estatales que parecen promover la violación de los derechos de las comunidades tradicionales y, en general, de las personas más vulnerables. Todo ello, señala el prelado, tiene repercusiones dramáticas, hasta el punto de que "en Brasil existe una sociedad que promueve la intolerancia y la discriminación, sobre todo frente a las culturas homologadoras predominantes". Al mismo tiempo, el presidente del Cimi no duda en reconocer que también hay personas "conscientes y sensibles a la lucha de los pueblos indígenas, a su derecho a la vida, a la tierra, a la educación, a la salud".
Lo que cuenta, en todo caso, es no olvidar que "los pueblos originarios son los pueblos de la reciprocidad" y que "es necesario respetar sus derechos", ganados con tanto esfuerzo, después de años de "lucha y resistencia", también en favor de la salvaguarda de la Creación y la protección de la vida. De ahí el llamamiento del prelado a la solidaridad con estos pueblos que "fueron los primeros en habitar el continente americano". "La causa indígena es de todos", concluyó Monseñor Paloschi.
Establecido por las Naciones Unidas para celebrar la primera reunión en Ginebra, el 9 de agosto de 1982, del grupo de trabajo de la ONU dedicado a la protección de estos pueblos, el Día Internacional de los Pueblos Indígenas pretende contribuir a sensibilizar a la opinión pública sobre la necesidad de garantizar "unas condiciones de vida con un mínimo de dignidad para los pueblos indígenas de todo el planeta, especialmente en lo que respecta a sus derechos de autodeterminación".
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