Isabella Piro - Ciudad del Vaticano
Araceli Crespo tenía 9 años y vivía en Victoria, Brasil, cuando desapareció repentinamente el 18 de mayo de 1973.
Lamentablemente, su cuerpo fue hallado sin vida el 24 de mayo: su cuerpo destrozado por evidentes actos de abuso y quemado con ácido para cubrir las huellas de ese horrendo crimen. Un crimen aún no resuelto, pero que Brasil ha decidido no olvidar: en el año 2000, de hecho, con la ley 9.970, se estableció un "Día Nacional de la lucha contra el maltrato infantil", que se celebra cada año el 18 de mayo. Y ayer, por tanto, la Red Eclesial Panameña (REPAM) del país presentó, en una videoconferencia en Zoom, su plan de acción para la protección de los menores.
18/05/2021
"El documento - informa el sitio web de la Conferencia Episcopal de Brasil (CNBB) - quiere iniciar un sistema de protección de los derechos de los niños y adolescentes en todas las actividades directas o indirectas realizadas tanto por los miembros de la Red como por las altas entidades colaboradoras".
"La protección de los niños", expresan los redactores del plan de acción, "es un compromiso institucional que REPAM-Brasil asume" en primera persona, así como "una señal fuerte y clara de que no se puede tolerar la violación de los derechos de los niños".
En concreto, el documento establece para los miembros, colaboradores y voluntarios de la REPAM, así como para los socios externos; los procedimientos para prevenir los abusos y los malos tratos, así como las indicaciones para denunciar los casos sospechosos, a fin de permitir una investigación transparente por parte de un Comité especial de protección. "Se trata de una herramienta necesaria y coherente", continúan explicando los editores, "para una Red que tiene en su misión la llamada a la ética que converge con la llamada evangélica".
Los empleados de la REPAM también deberán firmar un Código de Conducta por el que se comprometen a "crear un entorno seguro para los niños y adolescentes".
"La violencia sexual -dijo por su parte Marie Henriqueta Ferreira Cavalcante, coordinadora de la Comisión de Justicia y Paz de la Región Norte 2 de la CNBB, al abrir la videoconferencia- es la peor violación de los derechos humanos", también porque, como demuestran las estadísticas del periodo de la pandemia, "los niños siguen siendo abusados en el ámbito familiar". Por ello, es importante actuar de forma compacta y continuada para poner fin a esta violencia y garantizar que los niños "puedan contar con la protección de sus derechos".