CIUDAD DEL VATICANO (CNS) -- Dos cardenales llegaron a dos diferentes lugares en una misión que les encomendó el papa Francisco: llevar alivio, esperanza y aliento a los ucranianos que sufren.
El cardenal polaco Konrad Krajewski, limosnero papal, llegó a la ciudad ucraniana occidental de Lviv el 8 de marzo y se reunió con el arzobispo Sviatoslav Shevchuk de Kyiv-Halych, jefe de la Iglesia católica ucraniana, y el arzobispo Mieczyslaw Mokrzycki, jefe de la archidiócesis de rito latino de Lviv.
El padre Andriy Soletskyy, portavoz del arzobispo Shevchuk, dijo a Catholic News Service el 9 de marzo que el arzobispo Shevchuk viajó de Kyiv a Lviv el día anterior específicamente para reunirse con el cardenal Krajewski y ayudarle a cumplir la misión que el papa Francisco le había encomendado. Eso puede incluir ayudar al cardenal a llegar a Kyiv "si es posible", dijo el padre Soletskyy.
Sin embargo, dijo, por la seguridad tanto del cardenal como del arzobispo Shevchuk, la iglesia no compartirá detalles sobre cómo o cuándo viajarán.
Lviv no ha sido bombardeada, "gracias a Dios", dijo el padre Soletskyy, pero la ciudad en el oeste de Ucrania está siendo abrumada por personas desplazadas que se reúnen allí para tratar de encontrar transporte, trenes o autobuses a Polonia, Hungría o Rumania. La gente está durmiendo en fila en la estación de tren y cada iglesia ha abierto como refugio.
Pero como la población de Lviv se duplicó en las últimas dos semanas, dijo, la capacidad de albergar y alimentar a todos se está volviendo crítica.
Según la Iglesia católica ucraniana, el cardenal Krajewski visitará una variedad de centros de servicios sociales y participará el 10 de marzo en un servicio de oración conjunto con "representantes del Consejo de Iglesias de Ucrania y organizaciones religiosas".
Antes de su llegada a Ucrania, el cardenal Krajewski se reunió con voluntarios de Cáritas que ayudan a los refugiados en varias ciudades polacas cercanas a la frontera con Ucrania.
Según el semanario católico polaco Gosc Niedzielny, los periodistas le preguntaron al cardenal polaco si tenía miedo de entrar en una zona de guerra.
"Tengo miedo, como todo el mundo tiene miedo, pero me confesé antes de irme, no tengo deudas, hice testamento", dijo. "Voy libremente a llevar el Evangelio. Quiero estar con esta gente".
El cardenal canadiense Michael Czerny, presidente interino del Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral, llegó a Budapest, Hungría, el 8 de marzo y visitó la estación de tren de Keleti donde se reunió con los voluntarios de Cáritas y les agradeció su trabajo.
También se reunió con refugiados que huyeron de la violencia en Ucrania, entre ellos dos estudiantes de medicina de Nigeria, así como varios de China y Vietnam. A pesar de los informes de discriminación contra los residentes africanos y asiáticos en Ucrania que intentaron huir del país, Vatican News dijo que el grupo no experimentó dificultades para cruzar la frontera.
Según Vatican News, uno de los estudiantes nigerianos, Joyce, le dijo al cardenal Czerny: "Solo quiero irme a casa". El cardenal Czerny le dio la mano y respondió: "Buena suerte. Dios está contigo y el papa está cerca de ti".
El cardenal se reunió el 9 de marzo con Zsolt Semjén, viceprimer ministro de Hungría, quien le aseguró que Hungría daría la bienvenida a todos los refugiados de Ucrania "sin límites".
Vatican News dijo que el cardenal le pidió a Semjén que hiciera de esa actitud de bienvenida una parte permanente de la política del gobierno húngaro y que ampliara la bienvenida del país a las personas que buscan refugio. El gobierno del primer ministro Viktor Orban ha estado impulsando una política de inmigración extremadamente restrictiva para el país.