Xavier Sartre - Ciudad del Vaticano
"Hago un llamamiento a todas las Cáritas e Iglesias hermanas y a los hombres y mujeres de buena voluntad para que nos ayuden a salir de esta situación catastrófica que estamos viviendo. La pobreza es galopante y esta catástrofe no hace más que aumentar el drama", son las palabras del Cardenal Chibly Langlois, Obispo de Les Cayes, en el Sur de Haití, durante la reunión del martes organizada por Caritas Internationalis de manera online sobre el trabajo de Caritas y la Iglesia con la población haitiana tras el terremoto del 14 de agosto.
El terremoto de 7,2 grados de magnitud causó la muerte de 2.246 personas, más de 12.000 heridos y 329 desaparecidos. Desde el punto de vista material, también allí "el balance no es alentador", como señaló el padre Jean-Hervé François, director nacional de Cáritas Haití: 3.470 casas dañadas, 3.815 totalmente destruidas, 171 escuelas destruidas y 150 iglesias, capillas o estructuras eclesiásticas derrumbadas, incluido el obispado de Les Cayes.
Más de un mes después del desastre, la situación sigue siendo urgente debido a las numerosas dificultades. Y "la Iglesia está en primera línea", como dice el cardenal Langlois.
08/07/2021
En una región sin salida al mar, aislada, donde las instituciones estatales y las grandes ONG están ausentes, la Iglesia representa a menudo la única esperanza para la población angustiada. "Golpeados por la violencia de las bandas (que impiden a la gente circular con normalidad, que les retienen y bloquean el paso al Gran Sur) y sufriendo la pobreza durante mucho tiempo, las víctimas buscan a la Iglesia y depositan su confianza en ella", explica el obispo de Les Cayes.
Asimismo, "la Iglesia también está en primera línea como víctima", asegura el cardenal, cuyo obispado no pudo resistir los temblores. "Víctima ya que sacerdotes y religiosas murieron el 14 de agosto bajo los escombros y también víctima porque los miembros del clero están sometidos a la violencia de las bandas que no dudan en atacarlos".
"La tragedia de este último terremoto es que ha acentuado una situación de gran vulnerabilidad entre la población del Gran Sur", subraya el director de Cáritas Haití.
"100.000 familias no tienen casa y se ven obligadas a sobrevivir al aire libre, en las calles o en terrenos baldíos. Por el momento, no hay forma de reconstruir las viviendas. Y en general, las condiciones de vida de los supervivientes no son muy buenas: los sistemas de recogida de agua han sido destruidos o están dañados. Y el acceso a los servicios sociales es muy difícil, ya que muchas clínicas no pueden acoger a nadie".
Por el momento, Cáritas Haití ha definido cuatro prioridades: reconstruir a los haitianos traumatizados por estas catástrofes, dar un techo a las familias de la zona Sur, garantizar la escolarización de los niños y ayudar a las familias rurales a poder cubrir sus propias necesidades mediante infraestructuras agrícolas. Un proyecto enorme.
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