HOUSTON (CNS) -- Cuando las principales preocupaciones son pagar el alquiler, mantenerse saludable, y proporcionar alimentos a la familia, es probable que participar en el censo del 2020 no sea una prioridad para algunos católicos de Texas, pero funcionarios de la iglesia dicen que están trabajando arduamente para alentar su participación.
Chris Rubio, director de servicios sociales de la Parroquia de Santa Maria Magdalena en Humble, Texas, y otros voluntarios que han ayudado a organizar distribuciones semanales de alimentos durante los últimos meses de la pandemia, ahora también están ayudando, junto con la Oficina del Censo de Estados Unidos, a contactar a miles de personas que podrían no haber sido contadas.
La Organización Metropolitana, un grupo comunitario sin fines de lucro, ha trabajado con pastores locales y otros ministros para capacitar a las personas en la participación del censo. Esta actividad, que cuenta la población de Estados Unidos cada 10 años, tiene un impacto de $800 mil millones en fondos, incluyendo el Programa de Seguro Médico para Niños, Medicaid y Medicare, subvenciones escolares, y muchos otros programas.
María López, feligresa de la Iglesia Católica de la Asunción en Houston, recibió capacitación sobre el censo para asegurarles a sus compañeros feligreses que el censo no preguntará sobre ciudadanía.
El fin de semana en que la mayoría de las iglesias iban a participar en el censo coincidió con un momento en el cual muchas iglesias no atendían servicios, esto debido al coronavirus, comentó María.
"Así que he estado tratando de llamar a otros feligreses para ayudarlos por teléfono", expuso López.
Pero incluso con una voz amigable por teléfono, que muchos feligreses conocen por su trabajo en el bazar de la iglesia y otros ministerios durante 15 años, no hace esta una labor fácil, agregó.
"La gente todavía tiene mucho miedo, especialmente los indocumentados", dijo López. "La única forma en que harán el censo es uno a uno con alguien en quien confíen".
Debido a la pandemia por el coronavirus, el plazo para responder el censo se ha extendido hasta el 31 de octubre.
Cuando trabajadores de la Oficina del Censo visitan hogares que todavía no han respondido al censo en agosto, no hay respuesta, "los residentes simplemente no abren la puerta", explicó López.
En general, en Texas, las respuestas se mantienen detrás del promedio nacional, ocupando el puesto 41 entre los estados por su tasa de respuesta, según datos de Texas Demographic Center. El estado, con una tasa de respuesta del 55.5 por ciento, está ahora más de cinco puntos porcentuales por detrás del promedio nacional de 60.8 por ciento, informó el centro.
De las 10 ciudades más grandes del país, Houston ocupó el séptimo lugar con una tasa de respuesta individual de 47.3 por ciento. Dentro del estado, esta ciudad tuvo la tasa de respuesta individual más baja en comparación con otras ciudades grandes. Dallas ocupó el sexto lugar con un 48.6 por ciento, según el informe. San Antonio quedó en cuarto lugar por un margen bastante significativo, con un 53 por ciento reportado.
Los directores de ministerios de la Arquidiócesis de Galveston-Houston se han reunido con representantes del censo para ayudar con las tasas de respuesta.
"Hemos utilizado las redes sociales, el correo electrónico y otras formas para alentar a las personas a registrarse y participar en el censo", explicó Lázaro Contreras, director de la Oficina del Ministerio Hispano.
A medida que la gente regresa lentamente a la iglesia, los pastores también están anunciando la importancia del censo en las misas, añadió.
El padre Somasco Italo Dell'Oro, director arquidiocesano de formación del clero, pidió a los feligreses en un video en español participar en el censo. "¡Asegurémonos de que todos contamos!" expresó.