NACIONES UNIDAS (OSV News) -- Varios grupos católicos han elogiado una resolución de las Naciones Unidas que pide a la Corte Internacional de Justicia que defina las obligaciones de los países para proteger el clima de la Tierra, y las consecuencias legales a las que se enfrentan si no las cumplen.
La resolución fue impulsada por jóvenes de las islas del Pacífico y por la pequeña nación insular de Vanuatu, cuyo futuro se ve amenazado por la subida del nivel del mar y los ciclones. La Asamblea General de la ONU adoptó la resolución por consenso el 29 de marzo.
El Movimiento Laudato Si', una red internacional de grupos católicos que trabajan para proteger el medio ambiente en línea con la encíclica de 2015 del Papa Francisco sobre la necesidad de cuidar la Tierra, recibió con satisfacción la resolución "dado que da pasos concretos y seguros en el camino para salir del estancamiento actual en términos de mitigación del cambio climático respaldada por la ciencia".
Un sacerdote carmelita que es parte del movimiento, el padre Eduardo Agosta Scarel, dijo a OSV News que la resolución "pide a la corte internacional que emita una opinión informada sobre la legalidad o no del actual incumplimiento por parte de los Estados del marco normativo existente para cuidar el clima de la tierra, y que destaque las incoherencias, incumplimientos y lagunas".
Los dictámenes de la CIJ no son vinculantes, pero tienen un gran peso moral y jurídico.
Los partidarios de la resolución de la ONU esperan que la próxima opinión consultiva del tribunal internacional sobre la protección del clima -- prevista para dentro de unos dos años -- inste a los gobiernos del mundo a acelerar su acción climática.
La Alianza Católica por el Clima (Catholic Climate Covenant), una organización con sede en Washington inspirada en la declaración de 2001 de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos sobre el cambio climático dijo a OSV News que apoyaba el "principio subyacente... de asegurar una mayor financiación internacional para el clima" de la resolución de la ONU.
"Animamos a un mayor fortalecimiento en Estados Unidos y en el mundo de soluciones diplomáticas de política climática que respondan a los gritos urgentes de nuestra casa común y de las personas más afectadas por el cambio climático", dijo a OSV News José Aguto, director ejecutivo de Catholic Climate Covenant.
Antes de la adopción de la nueva resolución el 29 de marzo, el Secretario General de la ONU, António Guterres, informó de que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) de la ONU confirmó que los seres humanos son responsables de prácticamente todos los aumentos de la temperatura global en los últimos 200 años.
"El informe del IPCC muestra que es posible limitar el aumento de la temperatura a 1.5 grado(s), pero el tiempo se acaba. La ventana se está cerrando rápidamente para evitar los peores impactos de la crisis climática", dijo Guterres ante la Asamblea General, añadiendo que los países que menos han contribuido a la crisis climática "ya se enfrentan tanto al infierno climático como a los altos niveles de las aguas del mar".
"Para algunos países, las amenazas climáticas son una sentencia de muerte", dijo, señalando que la nueva resolución "ayudaría a la Asamblea General, a la ONU y a los Estados miembros a tomar medidas climáticas más audaces y contundentes que nuestro mundo necesita tan desesperadamente".
Horas después de su adopción el 29 de marzo, el primer ministro de Vanuatu, Alatoi Ishmael Kalsakau, calificó la resolución de "victoria de la justicia climática de proporciones épicas".
"Vanuatu ve la histórica resolución de hoy como el comienzo de una nueva era en la cooperación multilateral sobre el clima, una era más centrada en la defensa del Estado de derecho internacional, y una era que sitúa los derechos humanos y la equidad internacional al frente de la toma de decisiones sobre el clima", declaró a la prensa en la ONU.
Preguntado por la nueva resolución, un representante de la Soberana Orden de Malta -- una orden religiosa católica laica que tiene estatus de observador permanente en la ONU y relaciones diplomáticas bilaterales con 112 países de todo el mundo -- dijo que "lo que defiende esa resolución, lo defendemos nosotros".
"Vemos esto como un paso en una dirección centrada en compartir", dijo a OSV News el embajador Paul Beresford-Hill, observador permanente de la Orden de Malta en la ONU, el 30 de marzo.
"Algunas personas podrían verlo como una compensación, al fin y al cabo, si eres una nación insular … te enfrentas a la posibilidad de la extinción de tu isla y a la trashumancia (migración necesaria a tierras más altas) de tu población", dijo el embajador.
Anita Okuribido, ecologista y activista climática de Nigeria, dijo a OSV News que la nueva resolución de la ONU la hacía feliz.
"Realmente supone un gran avance porque tiene algo de legalidad", dijo Okuribido, que trabaja para proporcionar a las comunidades pobres de Nigeria fuentes de energía renovables respetuosas con el clima y pequeñas empresas agrícolas dirigidas por mujeres.
Ahora que interviene la CIJ, la resolución "no es sólo ese tipo de decisión que no tiene sello", afirmó. Okuribido añadió que la resolución "histórica" se hacía eco de sus creencias personales como católica practicante, así como de los principios establecidos en la encíclica "Laudato Si'" del Papa Francisco.
"La Tierra es nuestra casa común", dijo, "y tenemos que proteger nuestra casa común".