CIUDAD DEL VATICANO (CNS) -- El sínodo sobre la sinodalidad debería dedicar un debate sustancial a abordar el abuso sexual en la Iglesia e incluir las voces de los sobrevivientes, dijo la Pontificia Comisión para la Protección de Menores.
"Pedimos que el abuso sexual en la Iglesia impregne sus debates cuando aborden la enseñanza, el ministerio, la formación y el gobierno", dijo la comisión en una "Llamada a la acción" escrita publicada el 27 de septiembre.
"Aunque a veces pueda parecer un conjunto desalentador de cuestiones que afrontar, les rogamos que se unan para afrontar el reto, de modo que podamos hacer frente a la amenaza que suponen los abusos sexuales para la credibilidad de la Iglesia en la proclamación del Evangelio", añade el comunicado.
La comisión papal internacional de 19 miembros, dirigida por el cardenal Seán P. O'Malley, de Boston, hizo público el llamamiento a la acción con ocasión de la asamblea del Sínodo de los Obispos, del 4 al 29 de octubre en el Vaticano, y del consistorio para la creación de nuevos cardenales, el 30 de septiembre.
Las tres prioridades principales, según la comisión, son: mayor "solidaridad hacia las víctimas y los sobrevivientes a la luz de las continuas revelaciones de abusos"; mayor compromiso y recursos por parte de los responsables de la Iglesia para promover la protección contra los abusos en todas partes; y dar a la protección de menores un lugar más destacado en los debates del sínodo sobre la sinodalidad.
"La realidad de los abusos sexuales en nuestra Iglesia va al corazón de la agenda del Sínodo”, dijo el comunicado. "Impregna discusiones sobre modelos de liderazgo, funciones en el ministerio, estándares profesionales de comportamiento y de justa relacion, unos con otros y con toda la creación".
"Les instamos a que dediquen un tiempo y un espacio significativo para integrar en su trabajo el testimonio de las víctimas/sobrevivientes", decía, así como la experiencia que los participantes en el sínodo han tenido al "enfrentarse o lidiar con el abuso sexual en la Iglesia".
La Iglesia y sus miembros deben perseguir una serie de "objetivos tan largamente esperados", que incluyen:
-- Ser un lugar de acogida, empatía y reconciliación para los afectados por los abusos y un firme defensor "contra la complacencia endémica de quienes, en la Iglesia y en la sociedad, silencian estos testimonios, minimizan su importancia y ahogan la esperanza de renovación".
-- Asumir "la plena responsabilidad por los males cometidos contra tantas personas a su cargo".
-- Proteger a todos los niños con "políticas y procedimientos de seguridad adecuados, conocidos y verificados".
-- Disponer de sistemas bien gestionados, "transparentes y accesibles de reparación de las faltas cometidas por los ministros de la Iglesia".
-- Implementar y asumir la responsabilidad de una "sólida salvaguarda" en diócesis, parroquias, escuelas, hospitales, centros de retiro, casas de formación y en todos los lugares donde la Iglesia está presente y activa.
La comisión instó a los participantes en el sínodo a trabajar por estos objetivos, "no sólo durante uno o dos días de su reunión, sino a considerarlos a lo largo de todo el proceso sinodal".
"Su logro será un signo distintivo del éxito del sínodo, un signo de que estamos caminando con los heridos y los olvidados como discípulos del único Señor, en busca de un camino mejor", decía.
La comisión también afirmó que "los casos hechos públicos recientemente ponen de manifiesto trágicas carencias en las normas destinadas a punir a los abusadores, así como a asegurar una adecuada gestión por parte de quienes tienen el deber de hacer frente a estas fechorías".
“Llevamos mucho retraso en la corrección de las lagunas en los procedimientos, que dejan a las víctimas heridas y a oscuras tanto durante como después de que los casos se hayan resuelto", afirmó, añadiendo que la comisión seguirá estudiando lo que no funciona y presionando para que se introduzcan los cambios necesarios.
También hizo un llamamiento a la conversión de todos los líderes eclesiásticos, ya que "persisten profundas frustraciones, particularmente entre quienes buscan justicia por los agravios sufridos".
"Nadie debería tener que suplicar justicia en la Iglesia. La resistencia inaceptable que persiste indica una escandalosa falta de resolución por parte de muchos, en la Iglesia, a menudo agravada por una seria falta de recursos.
Mientras el Colegio Cardenalicio se iba a reunir para el consistorio del 30 de septiembre, dijo la comisión, "hacemos un llamamiento a todos los que forman parte del sagrado colegio para que recuerden a las víctimas y a sus familias e incluyan como parte de su juramento de fidelidad el compromiso de permanecer firmes en honrar a quienes han sido por abusos sexuales uniéndose a ellos en la búsqueda común de la verdad y la justicia. Todos los obispos y superiores religiosos deberían hacerse eco de este compromiso".
"Junto con todos los que están desgastados por los abusos y sus consecuencias, digamos: ¡Basta!", dice la declaración de la comisión.