Compartan la alegría del amor de Dios, siembren semillas de esperanza en el mundo, dice el Papa a los jóvenes
Por Carol Glatz, Catholic News Service
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) -- Abrazar el amor incondicional de Dios y vivir de una manera que se base en la esperanza y la irradie, dijo el Papa Francisco a los jóvenes católicos.
La esperanza cristiana es "la celebración del amor de Cristo Resucitado, que está siempre con nosotros, aun cuando nos parezca lejano", dijo el Papa en su mensaje anual para las celebraciones locales de la Jornada Mundial de la Juventud.
La esperanza se alimenta de la oración y de las opciones concretas que uno hace cada día, dijo en el mensaje, publicado el 14 de noviembre en el Vaticano.
"Los exhorto a elegir un estilo de vida cimentado en la esperanza”, escribió. Por ejemplo, en lugar de compartir cosas negativas en las redes sociales, compartan cosas que inspiren esperanza.
"Traten de compartir cada día una palabra de esperanza. Conviértanse en sembradores de esperanza en la vida de sus amigos y de todos aquellos que los rodean", escribió el Papa.
También animó a todos los jóvenes, especialmente a los que se dedican a la pastoral juvenil, a releer el documento final del Sínodo de los Obispos de 2018 sobre los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional, y la exhortación apostólica "Christus Vivit" ("Cristo está vivo"), publicada en 2019.
"Ha llegado el momento de hacer juntos un balance y trabajar juntos con esperanza por la plena aplicación de aquel inolvidable sínodo", escribió.
Mientras que la próxima celebración internacional de la Jornada Mundial de la Juventud tendrá lugar en Seúl (Corea del Sur) en 2027, el Papa Francisco ha pedido a los jóvenes católicos de todo el mundo que se preparen para el Año Santo 2025 y su Jubileo de los Jóvenes en Roma, que formará parte de la celebración del Año Santo.
En los dos años que preceden al Jubileo de los Jóvenes, las diócesis de todo el mundo celebrarán a nivel local la Jornada Mundial de la Juventud en la festividad de Cristo Rey, que será el 26 de noviembre de este año y el 24 de noviembre de 2024. Los mensajes papales para ambos años están dedicados a la esperanza cristiana como preparación al año jubilar cuyo tema es "Peregrinos de la esperanza".
"Alegres en la esperanza", el tema del mensaje de este año, "es una exhortación de San Pablo a la comunidad de Roma, que se encuentra en un período de dura persecución", escribió el Papa.
Esta "alegría en la esperanza", escribió, "no es fruto del esfuerzo humano, del ingenio o el arte. Es la energía que nace del encuentro con Cristo. La alegría cristiana viene de Dios mismo, del sabernos amados por Él".
Citando al Papa Benedicto XVI, el Papa Francisco dijo que el cristiano proviene de una "certeza que viene de la fe: yo soy amado. Tengo un cometido en la historia. Soy aceptado, soy querido. ... A fin de cuentas, tenemos la necesidad de ser acogidos incondicionalmente. Sólo si Dios me acoge y estoy seguro de ello, sabré definitivamente: es bueno que yo exista ... incluso en tiempos difíciles".
El Papa Francisco instó a los jóvenes a ser parte de la respuesta de Dios al problema de tantas tragedias y dificultades que enfrenta hoy la humanidad. "Creados por Él a su imagen y semejanza, podemos ser expresión de su amor, que hace nacer la alegría y la esperanza, incluso allí donde parece imposible".
El Papa señaló a los santos Maximiliano Kolbe y Josefina Bakhita, así como a los beatos Józef y Wiktoria Ulma y sus siete hijos, como personas que "han sido testigos de esperanza incluso en medio de la más cruel perversidad humana".
También recordó la película italiana "La vida es bella", en la que un joven padre judío ayuda a su hijo pequeño a ver las cosas con "'ojos de esperanza', protegiéndolo de los horrores del campo de concentración, preservando su inocencia e impidiendo que la maldad humana le robe un futuro".
Hay que alimentar la esperanza, añadió, para que no se "apague por las preocupaciones, los miedos y las cargas de la vida cotidiana".
El Espíritu Santo, la oración y las decisiones cotidianas alimentan la esperanza, dijo, ya que la esperanza es una virtud que se construye día a día.
"Nosotros mismos nos convertimos en una pequeña antorcha" de esperanza, escribió, "en la medida en que su fe se haga concreta, apegada a la realidad y a las necesidades de nuestros hermanos y hermanas".
"Queridos jóvenes, ¡No tengan miedo de compartir con todos la esperanza y la alegría de Cristo Resucitado! La chispa que se ha encendido en ustedes, cuídenla, pero al mismo tiempo dónenla", escribió.
"Acérquense en particular a aquellos de sus amigos que aparentemente sonríen, pero que por dentro lloran, pobres de esperanza. No se dejen contagiar por la indiferencia y el individualismo. Permanezcan abiertos, como canales por los que la esperanza de Cristo pueda fluir y difundirse en los ambientes donde viven", escribió el Papa.