CRS y religiosas describen el impacto de los recortes de la ayuda exterior de EEUU en programas que salvan vidas
Por Kate Scanlon, OSV News
WASHINGTON (OSV News) -- Religiosas de África y un representante de Catholic Relief Services (CRS), el brazo caritativo en el extranjero de la Iglesia Católica en los EE.UU., ahondaron sobre los recortes de la administración Trump a la ayuda exterior durante un panel organizado el 13 de marzo por la Iniciativa sobre el Pensamiento Social Católico y la Vida Pública de la Universidad de Georgetown.
Poco después de su segunda toma de posesión, el presidente Donald Trump emitió una amplia pausa en la ayuda exterior. En pocas semanas, el multimillonario Elon Musk, CEO de Tesla, apuntó a la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, la agencia gubernamental de ayuda humanitaria en países de todo el mundo, para su cierre como parte de su Departamento de Eficiencia Gubernamental, un grupo no oficial que busca frenar el gasto federal.
Los cambios y recortes de USAID, como se le conoce a la agencia por sus siglas en inglés, ya han afectado en gran medida a la labor de CRS, socio de USAID desde hace mucho tiempo, y a otras entidades religiosas de todo el mundo que han colaborado con la agencia cuyo trabajo en el extranjero ha sido clausurado.
Bill O'Keefe, vicepresidente ejecutivo de misión, movilización y defensa de CRS, dijo en su intervención en el panel que su "preocupación es que las necesidades están aumentando en todo el mundo, debido a los conflictos, debido a los cambios climáticos y en la agricultura; el hambre -- que durante décadas ha ido disminuyendo, en los últimos cinco años más o menos -- ha vuelto a aumentar".
"Así que tenemos una situación en la que las necesidades aumentan y las respuestas de los gobiernos disminuyen", dijo O'Keefe. "Creo que la suma de todo eso sólo va a significar más sufrimiento y muerte para personas inocentes y sufrimiento y muerte que son francamente evitables".
La hermana Florence Muia, fundadora de Upendo Village, un centro en Naivasha, Kenia, diseñado para ayudar a las personas que viven con el VIH en comunidades de bajos ingresos, dijo que su principal preocupación "es la pérdida de los logros que hemos conseguido en los últimos 42 años desde la pandemia del Sida".
Kenia tiene alrededor de 1,4 millones de personas que viven con el VIH/SIDA, dijo la Hermana Florence. "Al pronunciar la cifra, me entran escalofríos, porque sin la disponibilidad de los medicamentos antirretrovirales, que salvan vidas, peligra la vida de todas estas personas", dijo la hermana Florence, miembro de las Hermanas de la Asunción de la Santísima Virgen María de Nairobi.
El futuro del PEPFAR, el Plan de Emergencia del Presidente de Estados Unidos para el Alivio del Sida, también se ha puesto en tela de juicio por la pausa de la ayuda exterior, así como por las acusaciones de algunos legisladores republicanos de que la administración Biden permitió indebidamente que parte de su financiación se destinara a abortos.
O'Keefe dijo: "Espero que nuestro país quiera ser recordado -- y nosotros como personas queramos ser recordados -- como un país que acabó con el VIH a través del programa PEPFAR, que acaba con el hambre en el mundo y que ataca estos graves problemas que nuestros hermanos y hermanas de todo el mundo comparten con nosotros y encuentra --a través de nuestra propia innovación y asociación con otros -- una salida".
"Y creo que podemos hacerlo", afirmó. "Y creo que es un fallo moral que nos alejemos de la oportunidad de resolver estos problemas y en su lugar nos retraigamos en las sombras".
La hermana Eneless Chimbali, de las Siervas de la Santísima Virgen María de Blantyre, Malawi, está especialmente preocupada por la financiación de la inmunización infantil. La religiosa es responsable de programas de la Conferencia Panafricana: Sister to Sister.
"La mayoría de los países que están trabajando con un sistema de salud que no es funcional sin apoyo", dijo la hermana Eneless.
Según ella, bajo las órdenes de paralización de la ayuda exterior, las vacunas no sólo no se distribuyen, sino que se desperdician por completo, y añade que muchas madres no tienen acceso a hospitales privados a los que llevar a sus hijos para que reciban las vacunas necesarias.
"¿De qué estamos hablando? ¿Queremos que todos estos niños mueran?", preguntó.
O'Keefe dijo que el trabajo de CRS continuará a pesar de los recortes de fondos, "pero no hay manera, particularmente en estas grandes emergencias y para estos enormes problemas como el VIH, de que los donantes privados puedan intervenir de manera sostenible".
"Sólo los gobiernos pueden movilizar el tipo de recursos a la escala necesaria para hacer frente a estas situaciones", afirmó. "Y creo que ahí es donde realmente es tan importante la asociación que tenemos".
La hermana Florence afirmó que "Dios puede llegar donde no llegan las palabras, puede cambiar los corazones más duros que no pueden escuchar ninguna voz humana, y por eso me voy cada día con la esperanza de que vamos a navegar a través de esta tormenta. Vamos a capearla y vamos a sobrevivir. Vamos a seguir adelante, a pesar de las dificultades a las que nos enfrentemos. Dios sigue dirigiendo el barco hacia la orilla".