CIUDAD DEL VATICANO (CNS) -- Al acercarse el milésimo día desde que Rusia lanzó su invasión a gran escala de Ucrania, el secretario de Estado del Vaticano dijo que esperaba que el hito "provoque una sacudida de responsabilidad en todos, en particular, en aquellos que pueden detener la carnicería que se está produciendo".
Una entrevista con el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, fue publicada por los medios de comunicación del Vaticano el 18 de noviembre, la víspera del día 1.000 desde lo que él llamó "el comienzo de la guerra a gran escala contra Ucrania".
Aunque "los signos no sean positivos", dijo que "una negociación siempre es posible y deseable para todos aquellos que valoran el carácter sagrado de la vida humana".
"Negociar no es un signo de debilidad, sino de valentía", insistió el cardenal.
"Negociar una paz justa lleva tiempo", dijo el cardenal Parolin, pero convocar un alto el fuego o una tregua para preparar las conversaciones y detener la matanza "podría tener lugar incluso en el espacio de unas pocas horas, si sólo uno lo quisiera".
El primer paso, dijo, probablemente tendría que darlo "Rusia, que inició el conflicto y se supone que debe detener la agresión".
"Como repite a menudo el Santo Padre, necesitamos hombres que apuesten por la paz y no por la guerra, hombres que se den cuenta de la enorme responsabilidad que representa continuar un conflicto con resultados siniestros no sólo para Ucrania, sino para toda Europa y el mundo entero", dijo el cardenal Parolin.
El cardenal también habló de la necesidad, como ha dicho el Papa Francisco, de llegar a "compromisos honorables" para lograr la paz y detener por fin las matanzas, los bombardeos y la destrucción de las infraestructuras de Ucrania.
Sin embargo, señaló el cardenal, un diálogo "sólo puede darse cuando existe un mínimo de confianza entre las partes. Y eso requiere la buena fe de todos. Si uno no confía en el otro, al menos en un grado mínimo, y si no actúa con sinceridad, todo queda bloqueado".
Una preocupación clave expresada repetidamente cuando Rusia invadió en febrero de 2022 fue que podría utilizar armas nucleares, una amenaza que, según el cardenal Parolin, persiste.
"Esta guerra corre el riesgo de arrastrarnos a un enfrentamiento nuclear, es decir, al abismo", dijo en la entrevista.
"La Santa Sede intenta hacer todo lo posible, mantener canales de diálogo con todos, pero uno tiene la sensación de haber dado marcha atrás al reloj de la historia", dijo. "La acción diplomática, la paciencia del diálogo, la creatividad de la negociación parecen haber desaparecido, herencias del pasado".
Mientras tanto, dijo, "son las víctimas inocentes las que pagan el precio. La guerra roba el futuro a generaciones de niños y jóvenes, crea divisiones, alimenta el odio".
El cardenal Parolin, que visitó Ucrania en julio, dijo que el mundo necesita "desesperadamente" líderes "con visión de futuro, capaces de gestos valientes de humildad, capaces de pensar en el bien de sus pueblos".