MIAMI (OSV News) -- Una directora de cine graduada de las escuelas católicas de Miami, quien estrenó un documental sobre la inmigración maya guatemalteca a los Estados Unidos, dijo que el proyecto le aclaró su propia historia como inmigrante venezolano-estadounidense.
"Para mi familia y muchas otras, venir a los EE.UU. no fue una decisión que se tomó a la ligera. Huimos de un país en crisis, un lugar donde la inseguridad, la inestabilidad política y el colapso económico hacían imposible vivir con seguridad", declaró Victoria Alonso Noujaim, graduada en 2021 de la escuela secundaria de Immaculata-La Salle (ILS), en Miami, y guionista y directora del premiado cortometraje "The Miami Kids and the Maya" (Los Jóvenes de Miami y los Mayas).
La película se estrenó el 19 de octubre en el Kravis Center for the Performing Arts, de West Palm Beach -- cerca de la comunidad maya de Guatemala que se estableció allí hace unos 30 años y encontró empleo principalmente en la industria agrícola de La Florida. La cinta, de 45 minutos de duración, es principalmente en inglés con subtítulos también en inglés.
En el documental, Alonso Noujaim cuenta su historia como estudiante de secundaria, en la que conoció a familias y sobrevivientes del genocidio de indígenas en Guatemala durante la década de 1980, así como sus luchas lingüísticas, económicas y legales en los EE.UU.
A través del programa de servicio comunitario y liderazgo de su escuela secundaria, la joven entró en contacto por primera vez con los guatemaltecos en un proyecto de voluntariado del condado de Palm Beach y del Guatemalan-Maya Center (Centro Maya Guatemalteco). Este es un centro comunitario y de apoyo, sin fines de lucro, establecido hace décadas en Lake Worth para guatemaltecos desplazados.
El documental ha sido aclamado por la crítica, y ha recibido varios premios y reconocimientos de prestigio por su impactante narración y su arte visual.
En la actualidad, Alonso Noujaim cursa el penúltimo año en Savannah College of Art and Design (S.C.A.D.), en Georgia, donde se especializa en estudios de cine y vídeo.
Dijo que sus padres son cineastas, y que creció ayudándoles en sus proyectos cuando se establecieron en Miami, tras dejar atrás la transición turbulenta hacia el socialismo de su Venezuela natal.
Después de estudiar en escuelas católicas de Caracas, su padre trasladó a la familia a los EE.UU., donde pasó un año desorientada en escuelas públicas de La Florida, antes de que la matricularan en Immaculata-La Salle, una escuela de la Arquidiócesis de Miami.
Allí se incorporó al club de Servicio y Liderazgo para Hoy y Mañana (S.A.L.T.T., por su siglas en inglés), donde los relatos desgarradores de otras comunidades de inmigrantes, y las condiciones de pobreza en las que a menudo vivían, despertaron su fe católica.
"Aprendí que el servicio no solo se trata de hacer horas comunitarias, sino de vivir nuestros valores y ayudar al prójimo. Me di cuenta de que esa era la fe con la que conectaba", aseguró Alonso Noujaim.
Recordó estar un día en la casa deteriorada de una familia guatemalteca cerca de West Palm Beach, y pensar en las similitudes y en las marcadas diferencias con su propia experiencia de inmigración.
"La mayoría de los remolques apenas se sostenían, y yo reflexionaba sobre cómo esas familias habían huido de su país y perdido a seres queridos", contó. "Pensé que yo les ayudaría, y me di cuenta de que, en cierto modo, ellos también me ayudaron al permitirme vivir esa experiencia, que no fue un requisito (escolar) más".
Durante las décadas de 1970 y 1980, el genocidio guatemalteco, también conocido como genocidio maya, consistió en la matanza masiva de indígenas mayas durante la Guerra Civil de Guatemala por parte de gobiernos militares sucesivos. Según informes de la Organización de las Naciones Unidas, la represión alcanzó niveles genocidas en las provincias septentrionales, predominantemente indígenas. Se calcula que unos 200.000 guatemaltecos murieron durante la guerra, y que al menos 40.000 personas "desaparecieron".
"Me parece que, como inmigrantes, muchos de nosotros enfrentamos luchas similares, y tratamos de construir una nueva vida en un nuevo país. Conocer a esa comunidad realmente me abrió los ojos porque encuentras personas que toman caminos distintos, y no llegan aquí en avión, como lo hice yo, sino a través de una ruta peligrosa", observó Alonso Noujaim.
En 2014, representantes del club S.A.L.T.T. de su escuela viajaron a Washington, D.C., para recibir un reconocimiento en el Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción por sus obras de "caridad en acción".
Una delegación de estudiantes y jóvenes del Centro Maya Guatemalteco asistieron a la proyección del documental en el Kravis Center en la tercera semana de octubre.
"Estamos inmensamente orgullosos de Victoria, y del legado de aprendizaje a través del servicio en ILS. Nuestros alumnos y maestros siguen marcando la diferencia, sobre todo con los niños inmigrantes", expresó la hermana Kim Keraitis, directora de la escuela Immaculata-La Salle.
La joven agradece a su padre por permitirle pasar tiempo con él en rodajes y proyectos, que incluían la producción de vídeos musicales y otras películas en el mercado hispanohablante a nivel internacional.
Con las polémicas elecciones venezolanas recientes, y la dura retórica en los EE.UU. en cuanto a la inmigración ilegal y los reportes sobre la delincuencia de los inmigrantes, Alonso Noujaim dijo que le encantaría hacer algún día una película sobre su Venezuela amada, aunque reconoce que no estará exenta de controversia en su país. Añadió que ha sido difícil ver tantas imágenes negativas de los venezolanos en los medios de comunicación estadounidenses.
"Sin duda es un tema delicado, pero es importante abordarlo, sobre todo si se tiene en cuenta toda la cobertura que ha recibido últimamente. La realidad es que los venezolanos, como cualquier comunidad inmigrante, son diversos", indicó Alonso Noujaim. "Venimos de diferentes condiciones sociales, con distintas historias, desafíos, y motivos para estar aquí".