Cardenal Aguiar Retes: El Espíritu Santo guía a los fieles a una vida sinodal y a corregir a los demás
Por Carol Glatz, Catholic News Service
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) -- Los fieles sabrán evitar dejarse llevar por las normas y preocupaciones mundanas cuando crean y confíen más profundamente en que Jesús y el Espíritu Santo siempre les ayudarán y guiarán, dijo el cardenal Carlos Aguiar Retes, el arzobispo de Ciudad de México, a los participantes en el Sínodo de los Obispos.
El "desorden egoísta de la humanidad es la causa de las malas acciones. Pero ¿cómo superar esa tendencia? Aprendiendo a dejarnos conducir por el Espíritu Santo; para lo cual el camino es conocer a Jesucristo, y asumir como buen discípulo, su testimonio de vida y sus enseñanzas", dijo en su homilía durante una Misa en la Basílica de San Pedro con los participantes en el Sínodo, que tuvo lugar el 16 de octubre.
Siguiendo al Espíritu, los fieles obtendrán los dones de "el amor, la alegría, la paz, la generosidad, la benignidad, la bondad, la fidelidad, la mansedumbre y el dominio de sí mismo", dijo el cardenal.
Los fieles adquirirán también, "como Jesús lo expresa en el Evangelio, la libertad de intervenir y corregir a los desviados, desorientados, o pretenciosos, que se ostentan como modelo de los demás, o exigentes de cargas que ellos no cumplen", dijo.
Es oportuno, "fortalecer nuestra confianza en la ayuda divina para afrontar con esperanza las distintas presencias y conductas, que tanto dentro de la Iglesia como fuera de ella, critican y obstaculizan aplicar la vida sinodal en nuestras comunidades eclesiales", dijo el cardenal a los participantes, que asisten a la segunda sesión del sínodo sobre la sinodalidad del 2 al 27 de octubre.
De hecho, añadió, cabe preguntarse "que tanto estamos comprometidos en vivir y promover la sinodalidad en nuestros propios ámbitos de responsabilidad eclesial y social".
"No lo dudemos hermanos, actuemos coherentemente, y obtendremos los frutos del Espíritu Santo", dijo. A través de la obediencia a la llamada del Espíritu, los fieles percibirán "la intervención divina, que nos sorprenderá frecuentemente, al lograr mucho más de lo que humanamente esperábamos".
Aprendiendo a reconocer la asistencia divina en el desempeño de las propias responsabilidades cotidianas, los fieles podrán también "reconocer los beneficios del Espíritu Santo en los demás y (nos capacitará) para alentar a los miembros de nuestras comunidades, que ante las habituales dificultades, como buenos discípulos, no desmayen en el camino", dijo el cardenal Aguiar.
"Así también obtendremos la libertad espiritual para intervenir mediante la corrección fraterna, solidaria y sincera a nuestros prójimos necesitados de ayuda", dijo, y "nos desarrollaremos como personas confiadas en el Señor Jesús, que sabemos evitar guiarnos por mundanos criterios, y seremos dichosos".
"Que experimentemos la alegría y la dicha de confiar siempre en el Señor Jesús, camino, verdad y vida", exhortó.