Ciudad del Vaticano
“Se puede cambiar el sistema, las mujeres pueden cambiar el sistema si consiguen, por así decirlo, convertir el poder de la lógica de la dominación a la lógica del servicio, a la lógica del cuidado”, lo dijo el Papa Francisco en su discurso a los miembros del Centro Italiano Femenino, a quienes recibió en audiencia la mañana de este jueves, 24 de marzo, en la Sala Clementina del Vaticano.
En su discurso, el Santo Padre recordó el tema del Congreso electivo de esta organización, que es: "La identidad creativa del hombre y la mujer en una misión compartida". Asimismo, el Pontífice les agradeció por su contribución al diálogo sobre esta cuestión de la identidad de los hombres y las mujeres. “Este es un tema muy actual – precisó el Papa – no sólo y no tanto en un sentido teórico, sino en un sentido existencial, en la vida de las personas; pienso especialmente en los niños y niñas, en los chicos y chicas que, en su crecimiento, necesitan puntos de referencia, figuras adultas con las que compararse. Hombres y mujeres”.
El Papa Francisco también recordó que, el Centro Italiano de la Mujer nació en un contexto de defensa de la dignidad y los derechos de las mujeres, en ese periodo tan rico, tan fructífero para Italia tras la Segunda Guerra Mundial. En ese contexto, fuertemente polarizado en sentido ideológico, el FIC nació como una opción de responsabilidad, de compromiso con la salvaguarda de lo humano. Fue la elección de lo que hoy llamamos la cultura del cuidado, una alternativa a la cultura de la explotación y la dominación.
El Santo Padre señaló además que, la buena política no puede provenir de la cultura del poder entendida como dominación y avasallamiento, sino sólo de la cultura del cuidado, del cuidado de la persona y de su dignidad y del cuidado de nuestra casa común. Así lo demuestra, desgraciadamente de forma negativa, la vergonzosa guerra que estamos presenciando. “Creo que para los que pertenecen a mi generación es insoportable ver lo que ha ocurrido y está ocurriendo en Ucrania. Pero desgraciadamente esto es fruto de la vieja lógica del poder que sigue dominando la llamada geopolítica. La historia de los últimos setenta años lo demuestra: nunca han faltado las guerras regionales; por eso dije que estábamos en la tercera guerra mundial a trozos, un poco por todas partes; hasta que llegamos a ésta, que tiene una dimensión mayor y amenaza al mundo entero”.
En este sentido, el Papa dijo que, la verdadera respuesta no es más armas, sino más sanciones. “Me avergoncé cuando leí que, no sé, un grupo de Estados se ha comprometido a gastar el dos por ciento, creo, o el dos mil por ciento de su PIB en la compra de armas, como respuesta a lo que está sucediendo ahora. ¡La locura! La verdadera respuesta, como he dicho, no es más armas, más sanciones, más alianzas político-militares, sino un enfoque diferente, una forma diferente de gobernar el mundo ahora globalizado -no enseñando los dientes, como ahora-, una forma diferente y un enfoque diferente de las relaciones internacionales”. El modelo de la cura ya está en marcha, gracias a Dios, pero desgraciadamente sigue sometido al del poder económico-tecnocrático-militar.
Asimismo, el Santo Padre alentó a las integrantes de esta institución a mantener su identidad como mujeres y les dijo que, la fuerza profética de esta expresión es sorprendente. De hecho, las mujeres, al adquirir poder en la sociedad, pueden cambiar el sistema. Se puede cambiar el sistema, las mujeres pueden cambiar el sistema si consiguen, por así decirlo, convertir el poder de la lógica de la dominación a la lógica del servicio, a la lógica del cuidado. Hay que hacer una conversión: el poder con la lógica de la dominación, convertirlo en poder con la lógica del servicio, con la lógica del cuidado.
Finalmente, el Papa Francisco les recordó que, la cultura del cuidado, de la acogida, la cultura del hacerse vecino se vive desde el Evangelio. “Por todo esto les doy las gracias y los animo a seguir adelante. Como otras asociaciones católicas históricas, la suya ha cambiado con los cambios de la sociedad italiana. Por eso es bueno "aligerar" las estructuras que se han vuelto insostenibles, para dedicarnos mejor a la formación y a la animación cultural y social”.