CIUDAD DEL VATICANO (CNS) -- Mientras los médicos se preparaban para certificar la muerte cerebral de un hombre brasileño en 2010, los miembros de un grupo de oración carismático católico local comenzaron a rezar por un milagro.
El Papa Francisco reconoció la curación del hombre "Paulo G." en Uberlandia, Brasil, como el milagro necesario para la canonización de la beata Elena Guerra, una religiosa italiana fundadora de las Oblatas del Espíritu Santo.
El Papa firmó el decreto el 13 de abril, pero el Vaticano no ha anunciado una fecha para la canonización de la religiosa que, en 1959, fue la primera persona beatificada por San Juan XXIII.
El Dicasterio para las Causas de los Santos publica en su página web breves biografías y descripciones de los milagros reconocidos. Para la beatificación, el Vaticano exige una prueba de que el candidato fue mártir o un milagro atribuido a su intercesión ante Dios. Para la canonización se requiere otro milagro.
Elena Guerra nació en Lucca (Italia) en 1835 y, según la página web del dicasterio, desarrolló "una devoción muy especial al Espíritu Santo" tras recibir el sacramento de la confirmación a los 8 años. En 1882 fundó la comunidad que se convertiría en las Oblatas del Espíritu Santo.
Más tarde, "entristecida al comprobar que la mayoría de los cristianos descuidaban la devoción al Paráclito", según el sitio web, escribió un folleto titulado "Pía unión de oraciones al Espíritu Santo" para difundir la devoción al Espíritu, especialmente en los días previos a Pentecostés.
A la beata Elena Guerra también se le conoce como la "abuela" de la Renovación Carismática.
En cuanto al milagro, el dicasterio dijo que Paulo estaba podando un árbol el 5 de abril de 2010, cuando cayó cerca de 6 metros, sufriendo una grave lesión en la cabeza. Cinco días después de someterse a una craneotomía y descompresión, una tomografía computarizada indicó un empeoramiento de su estado, y los médicos iniciaron el proceso para certificar la muerte cerebral. Durante 10 días, los miembros de un grupo de oración carismática rezaron al Beato Guerra para que intercediera ante Dios por la curación del hombre, y éste empezó a responder.
Menos de seis semanas después del accidente, salió del hospital. Sus visitas médicas, primero mensuales y luego anuales, siguieron mostrando que gozaba de buena salud y que no sufría "alteraciones" por el traumatismo, dijo el dicasterio.
El Papa Francisco también reconoció el martirio de un sacerdote y un laico asesinados en 1936 durante la Guerra Civil española, despejando el camino para su beatificación. El padre Gaetano Clausellas Ballvé pasó 20 años cuidando a los residentes de una residencia de ancianos. Antonio Tort Reixachs, casado y padre de 11 hijos, fue detenido y fusilado por esconder en su casa a sacerdotes y religiosos.