Por Justin McLellan, Catholic News Service CIUDAD DEL VATICANO (CNS) -- El Papa Francisco expresó su dolor por el asesinato de un trabajador eclesiástico en Honduras, solidarizándose con quienes ven violados sus derechos fundamentales y son blanco de ataques por su defensa de los pobres y del cuidado del planeta.
"Me he enterado con dolor de que en Honduras ha sido asesinado Juan Antonio López", dijo el Papa tras rezar el Ángelus el 22 de septiembre. "Coordinador de la pastoral social de la Diócesis de Trujillo y miembro fundador de la pastoral de ecología integral de Honduras".
López, activista católico por los derechos humanos y el medio ambiente, fue asesinado en su coche por un sicario el 14 de septiembre tras asistir a Misa, informó Vatican News. López, de 46 años, esposo y padre de dos hijos, había estado trabajando recientemente para cerrar una mina en un parque nacional que, según se decía, estaba contaminando dos ríos de la zona y amenazando el suministro de agua de la población local.
"Me uno al luto de esa Iglesia y a la condena de toda forma de violencia", dijo el Papa Francisco a los visitantes reunidos en la Plaza de San Pedro. "Estoy cerca de quienes ven pisoteados sus derechos elementales y de quienes trabajan por el bien común en respuesta al grito de los pobres y de la tierra".
En un comunicado tras el asesinato, la conferencia episcopal hondureña dijo: "Repudiamos enérgicamente este vil asesinato y pedimos a las autoridades que no sólo se hable de justicia, sino que se trabaje diligente y sinceramente en el deber de garantizarla a todos los ciudadanos".
El Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM) dijo el 15 de septiembre que el asesinato de López "es reflejo de una pequeña porción de la sociedad que es intolerante, injusta y que quiere imponer su voluntad por medio de la fuerza".
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos dijo en un comunicado que las medidas adoptadas por el Estado de Honduras fueron insuficientes para proteger la vida de López, a pesar de que estaba bajo protección gubernamental tras recibir amenazas, y pidió al gobierno que lleve a cabo una investigación pronta e imparcial para que los responsables rindan cuentas.
Después del Ángelus, el Papa Francisco también saludó a un grupo que trabaja para concienciar sobre las condiciones de los presos, señalando que los presos deben ser mantenidos en condiciones dignas ya que "todo el mundo puede cometer errores". También pidió por la paz en Ucrania, Palestina, Israel, Myanmar y los muchos países que están en guerra.
"Lamentablemente en los frentes de guerra la tensión es muy elevada", dijo. "Que se escuche la voz de los pueblos, que piden paz".