Vatican News
Al recibir este mediodía, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico a los cincuenta participantes y organizadores de la iniciativa titulada “Christmas contest”, "Concurso de Navidad”, el Papa Francisco les dio su cordial bienvenida y les agradeció su participación de diversas maneras en este evento. Además, el Santo Padre agradeció a la Fundación Pontificia Gravissimum Educationis y a las Misiones Don Bosco Valdocco por haber propuesto este concurso, que da voz a los jóvenes invitándolos a crear nuevas canciones inspiradas en la Navidad y sus valores.
“Por ello, una especial bienvenida a ustedes, jóvenes, que han aceptado el reto con entusiasmo; así como a quienes los acompañan: deportistas, con sus Federaciones, y cantantes”
Tras alegrarse por encontrarse con todos ellos en el umbral del Adviento, “el período que cada año nos introduce en la Navidad y en su Misterio”, el Papa afirmó que “también este año, sus luces se verán atenuadas por las consecuencias de la pandemia, que todavía pesa en nuestro tiempo”. De ahí que les haya dicho que “con mayor razón estamos llamados a cuestionarnos y a no perder la esperanza”.
“La fiesta del Nacimiento de Cristo no desentona con la prueba que estamos atravesando, porque es por excelencia la fiesta de la compasión, de la ternura. Su belleza es humilde y llena de calor humano”
Además, el Obispo de Roma recordó que la belleza de la Navidad se manifiesta en el intercambio de pequeños gestos de amor concreto”, algo que “no es alienante”, ni “superficial” o “evasivo”; sino al contrario, es algo que “ensancha el corazón, lo abre a la gratuidad, al don de sí mismo, y puede generar también dinámicas culturales, sociales y educativas”. Por otra parte, el Santo Padre destacó que:
“Con este espíritu hemos dado vida al Pacto Educativo Global, una amplia alianza educativa para formar personas maduras, capaces de superar fragmentaciones y contraposiciones y reconstruir el tejido de relaciones para una humanidad más fraterna”
Mientras para alcanzar estos objetivos, Francisco afirmó que se necesita valor: "El valor de poner a la persona en el centro" y "ponerse al servicio de la comunidad". Se necesita “coraje y también creatividad”, añadió el Papa. Y puso como ejemplo el hecho de que estos participantes “han compuesto nuevas canciones de Navidad y las han compartido para un proyecto más amplio, un proyecto que cree en la belleza como forma de crecimiento humano, para soñar juntos con un mundo mejor”. Hacia el final de su alocución, el Papa glosó las palabras de San Pablo VI:
“Este mundo en el que vivimos necesita belleza para no caer en la desesperación”
Y al preguntarse ¿qué belleza?, el Santo Padre dijo que “no esa falsa, hecha de apariencia y de riqueza terrenal, que es vacía y generadora de vacío. No. Sino aquella de un Dios que se ha hecho carne, aquella de los rostros – la belleza de los rostros – la belleza de las historias; aquella de las criaturas que forman nuestra casa común y que – como nos enseña San Francisco – participan en la alabanza al Altísimo”.
El Pontífice se despidió agradeciendo nuevamente a estos queridos jóvenes, artistas y deportistas, por “no olvidar” que son “custodios de esta belleza, que la Navidad del Señor hace resplandecer en cada gesto cotidiano de amor, de compartir y de servicio. Gracias ¡y mis mejores deseos para ustedes y sus familias!”.
SU CONTRIBUCIÓN A UNA GRAN MISIÓN: APOYARNOS PARA LLEVAR LA PALABRA DEL PAPA A TODOS LOS HOGARES