Patricia Ynestroza-Ciudad del Vaticano
Hoy es el "Día de la conciencia", inspirado en el testimonio del diplomático portugués Arístides de Sousa Mendes, que hace ochenta años decidió seguir la voz de la conciencia y salvó la vida de miles de judíos y otros perseguidos. Al respecto, el Papa hace un llamamiento pidiendo que se respete siempre y en todas partes la libertad de conciencia; y que cada cristiano dé ejemplo de coherencia con una conciencia recta e iluminada por la Palabra de Dios.
Al momento de saludar al pueblo polaco, Francisco recordó que hoy es la memoria litúrgica de San Hermano Albert Chmielowski, protector de los pobres, quien ayudó a los desamparados y marginados a encontrar un lugar digno en la sociedad. Imitando el ejemplo de San Francisco de Asís, se le llama el "Pobrecillo" polaco. El lema de su vida era: "Ser bueno como el pan". Sigámoslo con amor fraternal, dijo el Papa, llevando ayuda a los hambrientos, a los perdedores de la vida, a los pobres, a los necesitados y especialmente a los sin techo. Alabado sea Jesucristo.
En sus saludos, el Papa recordó también que este viernes celebraremos la Solemnidad del Corazón de Jesús. En francés pidió que no tengamos miedo de presentarle todas las intenciones de nuestra humanidad sufriente, sus miedos, sus miserias.
En italiano, el Santo Padre, invitó a todos a descubrir las riquezas escondidas en el Corazón de Jesús, a aprender a amar al prójimo. Esta fiesta, es tan querida por el pueblo cristiano. Pidió que dirijamos la mirada al Corazón de Jesús y encontraremos paz, consuelo y esperanza.
En español, Francisco recordó que también este viernes, coincidiendo con la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, quiso llamar a toda la Iglesia Universal a una Jornada Mundial por la Santificación de todos los Sacerdotes.
A los fieles de habla hispana, el Papa los animó a rezar por los sacerdotes, por su párroco. “Por aquellos que están cerca de ustedes y conocen…, para que a través de vuestra oración el Señor los fortalezca en su vocación, los conforte en su ministerio y sean siempre ministros de la Alegría del Evangelio para todas las gentes”, dijo.
En alemán el Pontífice recordó la figura del patriarca Moisés, que no reza por sí mismo, reza por los demás, se convierte en el gran intercesor del pueblo de Dios. También nosotros debemos comprender que nunca estamos ante Dios sólo como individuos, sino también como miembros de la Iglesia e hijos de la única familia humana. Esto también, señaló, debería ser visible en la forma en que rezamos por el otro.
En portugués, Francisco animó a que con la oración de intercesión y el ejemplo de vida cristiana, nos convirtamos en "luz" para nuestros hermanos y hermanas, especialmente para los que están en la oscuridad de su fragilidad, para que se dejen iluminar por la misericordia divina.
En árabe, el Papa recordó que Moisés nos insta a rezar con el mismo ardor que Jesús, a interceder por el mundo, a recordar que éste, a pesar de todas sus fragilidades, siempre pertenece a Dios. Y el mundo vive y prospera gracias a la bendición de los justos, a la oración de piedad que los santos elevan sin cesar a los hombres.