Mireia Bonilla – Ciudad del Vaticano
Mañana en Venezuela se realizará la tan esperaba beatificación del venerable doctor José Gregorio Hernández Cisneros. El pueblo venezolano lleva esperando muchos años este momento, y el Papa Francisco lo sabe: “Yo sé con cuánta ilusión esperaban, desde hace muchos años, el momento en que la Iglesia confirmase algo que ustedes creían firmemente: que el médico del pueblo está junto a Dios, y que junto a Nuestra Señora del Coromoto intercede por sus connacionales y por todos nosotros” ha expresado el Santo Padre a través de un video mensaje dirigido a todo el pueblo venezolano.
Recordando la figura del nuevo beato, el Papa Francisco ha asegurado que el doctor José Gregorio “se nos ofrece a los cristianos y a todas las personas de buena voluntad, como ejemplo de creyente discípulo de Cristo, que hizo del Evangelio el criterio de su vida, buscó su vocación, observó los mandamientos, participó cotidianamente en la Eucaristía, dedicó tiempo a la oración y creyó en la vida eterna, como dechado de bonhomía personal y de virtudes cívicas y religiosas, de apertura, de sensibilidad ante el dolor, de modestia y humildad en su vida y ejercicio profesional, y también como un hombre amante de la sabiduría, de la investigación, de la ciencia, al servicio de la salud y de la docencia”. Y añade: “Es un modelo de santidad comprometida con la defensa de la vida, con los desafíos de la historia y, particularmente, como paradigma de servicio al prójimo, como un Buen Samaritano, sin excluir a nadie”. “Es un hombre – puntualiza – de servicio universal”.
En el video mensaje, el Santo Padre destaca una de las facetas más relevantes y atrayentes de la personalidad de José Gregorio: “fue testimonio de superación personal y de servicio ciudadano – dice el Papa – un servicio entendido desde el ejemplo que Cristo nos dejó durante la Última Cena, cuando se puso a lavar los pies a sus discípulos y a todos, porque a todos amaba, también a Judas, aún sabiendo que lo iba a traicionar”.
En este sentido, el Papa se para en el mandato de Jesús a sus discípulos: “lávense los pies los unos a los otros”. “Me parece importante – dice – reseñar "los unos a los otros", porque el Señor nos exhorta no sólo a ser sujetos activos del servicio, sino también a tener la humildad de dejarnos lavar los pies por los demás”. El Papa anima al pueblo venezolano a “acogerse”, “recibirse los unos a los otros”, “ver al otro como un igual, como alguien como yo, sin menospreciar a nadie”. Pero también invita a “servirse los unos a los otros, a estar dispuestos a servir y dejar que los otros nos sirvan”.
Francisco además habla de la importancia del perdón, de “perdonarnos los unos a los otros y permitir que nos perdonen, sentirnos perdonados”. “En definitiva – aclara – lavarse los pies unos a otros, es amarse los unos a los otros”, y ese es el camino que nos enseñó el Beato que celebramos: “camino de servicio, de escucharnos, y de perdonarnos y de dejarnos perdonar”.
La beatificación del doctor José Gregorio tiene lugar en un momento difícil en el país; momento que el Papa conoce bien: “Al igual que mis hermanos obispos, conozco bien la situación que sufren, y soy consciente que sus prolongadas penalidades y angustias se han visto agravadas por la terrible pandemia del Covid-19 que nos afecta a todos” dice el Papa, a la vez que expresa su cercanía en esta importante celebración: “Tengo muy presente en el día de hoy a tantos muertos, a tantos contagiados por el coronavirus que han pagado con su vida, por mantenerse en sus tareas en condiciones precarias. Esta misma pandemia, que hoy día incide en esta gran fiesta de la fe de la beatificación, y que la reduce, para evitar contagios por razones de seguridad, de salud, nos mete en casa a todos, no nos permite salir a la calle a celebrar, a gritar, no... porque la pandemia es peligrosa. Los acompaño en esta celebración”.
“Esta beatificación es una bendición especial de Dios para Venezuela” dice el Pontífice, y nos invita “a la conversión hacia una mayor solidaridad de unos con otros, para producir entre todos la respuesta del bien común tan necesitada para que el país reviva, renazca después de la pandemia, con espíritu de reconciliación”. De hecho – asegura – “es una gracia que hay que pedir: el espíritu de reconciliación; porque siempre hay problemas en las familias, en las ciudades, en la sociedad, hay gente que se mira un poco de costado, que se mira mal, y hace falta la reconciliación siempre, ¡la mano tendida! Y es una buena inversión social la mano tendida”.
En el video mensaje, Francisco pide a los venezolanos que sigan el admirable ejemplo del futuro beato, de servicio desinteresado a los demás: “sean capaces de reconocerse mutuamente como iguales, como hermanos, como hijos de una misma Patria. Que se muestren disponibles para servir, y tengan la suficiente humildad para dejarse servir, para ayudar y dejarse ayudar, para perdonar y dejarse perdonar”. También asegura que este momento de unidad nacional, en torno a la figura del médico del pueblo, “supone una hora singular para Venezuela” y pide a Dios “por la reconciliación y la paz entre los venezolanos”.
Al final, el Papa expresa su deseo de visitar Venezuela: “yo quisiera ir a visitarlos a ustedes”, “cuánto desearía poder visitarlos, para al menos significar mi acompañamiento en este camino”.
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