Obispo Edward Weisenburger manda un mensaje sobre el proceso sinodal para la Diócesis de Tucson:
PRESENTACIÓN - 17 de septiembre de 2021 - Obispo Edward Weisenburger
"Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
En Abril del 2021, el Papa Francisco inició un trabajo sinodal para todo el Pueblo de Dios, que comenzará en Octubre del 2021 en cada Diócesis del mundo. El proceso terminará en el mes de Octubre del 2023 en la Asamblea del Sínodo de los Obispos en Roma. El lema del sínodo es: "Por una Iglesia sinodal: Comunión, Participación y Misión". Reflexionando sobre el significado de la sinodalidad, el Papa Francisco ha afirmado que la sinodalidad "es un esfuerzo, es un caminar juntos y es lo que el Señor espera de la Iglesia del Tercer Milenio" (29 de noviembre de 2019). Aunque la sinodalidad no es una dinámica nueva en la vida de la Iglesia, todos, sin duda, nos familiarizaremos con un significado más completo de la sinodalidad en las próximas semanas y meses.
En el 2018, la Comisión Teológica Internacional definió la sinodalidad como "la acción del Espíritu en la comunión del Cuerpo de Cristo y en el camino misionero del Pueblo de Dios." Se trata de un proceso de discernimiento, con la ayuda del Espíritu Santo, en el que participan obispos, sacerdotes, religiosos y laicos católicos; cada uno según los dones y el carisma de su vocación. Este es un momento emotivo para la Iglesia, incluyendo la Diócesis de Tucson.
El proceso sinodal para la Diócesis de Tucson se abrirá con una misa especial en la Catedral de San Agustín el 17 de octubre. En las semanas y meses siguientes, nuestra diócesis se unirá a las diócesis de todo el mundo en la organización de sesiones de información para las diversas comunidades y grupos especiales, centrándose en este importante tema. En las próximas semanas se compartirá más información con los líderes diocesanos, párrocos y líderes parroquiales. Esta es una oportunidad invaluable para que todos los católicos de nuestra diócesis compartan sus opiniones y reflexiones mientras juntos aprendemos humildemente cómo nosotros mismos -como Pueblo de Dios- construimos nuestra comunión mutua y llevamos a cabo nuestra misión en el mundo.