Vatican News
En el curso la mañana el Santo Padre recibió a los representantes del mundo de los farmacéuticos a quienes llamándolos “queridos amigos” les dio los buenos y días y su bienvenida agradeciendo, ante todo, las palabras que le dirigió su presidente. “Ustedes – les dijo el Papa – son los dirigentes de la Federación Internacional de Farmacéuticos Católicos, pero sabemos que nuestras asociaciones eclesiásticas están siempre abiertas a todos y al servicio de todos, naturalmente según los principios de la moral cristiana, basada en la dignidad de la persona humana”. Además, el Pontífice afirmó que “la pandemia de Covid-19 ha puesto a los farmacéuticos, por así decirlo, en primera línea”.
Y añadió que “los ciudadanos, a menudo perdidos, han encontrado en ellos un punto de referencia para la asistencia, el asesoramiento, la información, y también – como bien sabemos – para poder realizar rápidamente las pruebas necesarias para la vida y las actividades cotidianas”.
“Creo que esta situación de crisis también ha provocado en su entorno profesional la necesidad de ‘arrimar el hombro’, de apoyarse mutuamente. Y esto debería ser un incentivo para asociarse. Felicito a su Federación porque ha sabido ver esta crisis como una oportunidad y ha relanzado el valor del compromiso asociativo, típico de la tradición católica”
Volviendo a su papel social, el Papa dijo que “los farmacéuticos son como un ‘puente’ entre los ciudadanos y el sistema sanitario”. En cuanto a la burocracia del sistema, que la pandemia puso a prueba en sus procedimientos causando más perjuicios para la salud de los enfermos, el Santo Padre afirmó que “los farmacéuticos hacen una doble contribución al bien común”:
“Aligera el peso del sistema sanitario y alivia la tensión social”
Francisco afirmó que “naturalmente, este papel debe llevarse a cabo con gran prudencia y seriedad profesional, pero para la gente es muy importante el aspecto de la proximidad – subrayo esto: la cercanía – el aspecto del consejo, de esa familiaridad que debe ser característica de la asistencia sanitaria ‘a medida del hombre’”.
“Esto es cierto. En los barrios, los farmacéuticos son la casa, están a mano. Hay que ir al médico, pero vas a ver a un farmacéutico, tocas el timbre y lo encuentras para darte una mano: ‘Toma esto’, es algo más familiar, más cercano”
Otro aspecto que mencionó el Santo Padre, y tiene “un significado social y cultural”, es la “contribución que los farmacéuticos pueden hacer a la conversión a una ecología integral”.
“Todos estamos llamados a aprender un estilo de vida más respetuoso con el entorno en el que Dios nos ha colocado, con nuestra casa común. Y este estilo de vida también incluye una forma de comer y de vivir saludable en general. Creo que los farmacéuticos también pueden ‘crear cultura’ en este ámbito, promoviendo una mayor sabiduría para llevar una vida sana”
Antes de despedirse, el Obispo de Roma sugirió que se inspiren “en la tradición milenaria que, aquí en Europa, se remonta a las antiguas farmacias de los monasterios”. Y aludió a las raíces que pueden “enriquecerse con los conocimientos y prácticas de otras culturas, como las de Oriente, o las de los pueblos originarios de América”.
“Yo diría que ustedes, farmacéuticos, pueden ayudarnos a desenmascarar los engaños de un falso bienestar y a educar en una verdadera ‘buena vida’, que no es privilegio de unos pocos sino que está al alcance de todos. El buen vivir no en el sentido de hacer una vida bella, sino el vivir en consonancia con el ambiente, en consonancia con el universo, con todos”
Tras desearles lo mejor en su trabajo y camino asociativo, el Papa los bendigo de corazón y los encomendó a la intercesión de la Virgen María y de su patrón, San Juan Leonardi, pidiéndoles, por favor, que no se olviden de rezar por él.