Embarazada y madre que perdió su casa en el incendio: 'Dios hace las cosas por una razón'

LOS ÁNGELES (OSV News) -- Días después de que un incendio forestal destruyera su apartamento y todas sus pertenencias terrenales, Raúl y Claudia De La Rosa sólo tienen una cosa en la que apoyarse ante la adversidad: su fe católica.

Aunque ahora se han quedado sin hogar, estos antiguos residentes de Altadena dicen que intentan ser optimistas sobre su futuro e instan a sus cuatro hijos -- de 6 a 14 años -- a confiar en que Dios les ayudará a encontrar una nueva vivienda y a reconstruir sus vidas.

"Dios hace las cosas por una razón", dijo Claudia. "Hemos tenido que decirles que ya no tendrán casa, pero que Él proveerá. Ya veremos qué cosas mejores tiene planeadas para nosotros".

La pareja -- que pertenece a la Iglesia San Juan Bautista de Baldwin Park -- se encuentra entre los miles de residentes del condado de Los Ángeles que se han convertido en refugiados de los incendios forestales que azotaron partes del condado de Los Ángeles este mes.

Su complejo de apartamentos y gran parte de su vecindario se perdieron en el incendio de Eaton, que ha causado al menos 16 muertes y destruido más de 1.900 estructuras -- y dañado o amenazado a miles más -- desde que el fuego comenzó el 7 de enero.

Aunque los De La Rosa vivieron en su apartamento de la calle Pine durante sólo tres años, han llamado a Altadena su hogar durante décadas. Claudia vivió en la ciudad durante más de 30 años, y tiene buenos recuerdos de crecer allí. Raúl vive allí desde el año 2000.

La primera noche del incendio, la pareja estaba dentro de su apartamento con sus hijos cuando escucharon a alguien gritando fuera, diciendo que un incendio se avecinaba en la distancia.

Cuando la pareja salió y vio las colinas cercanas en llamas, decidió huir mientras tenía la oportunidad.

"Dimos dos o tres pasos y vimos el fuego en las montañas", explicó Claudia. "Así que volvimos corriendo a la casa. Cogimos a los niños. Y salimos corriendo. ... Ni siquiera esperamos a la evacuación".

La pareja recolectó sus Biblias, documentos legales y algunas mudas de ropa, y se dirigió a casa de la madre de Claudia, al otro lado de la ciudad, para ponerse a salvo, al tiempo que animaban a sus hijos a confiar en Dios, aunque acabaran perdiendo su casa en el incendio.

"Les dijimos que teníamos que evacuar y que no sabíamos si íbamos a tener casa o no, y que Dios es el único que sabe lo que va a pasar", dijo Claudia. "Estábamos tristes, pero tranquilos, y simplemente salimos".

La pareja podía ver el incendio forestal desde la casa de la madre de Claudia y no paraba de comprobar si estaba descendiendo hacia su barrio. Al ver que la mayor parte de las colinas estaban envueltas en llamas, Claudia supo instintivamente que habían perdido su casa.

"Le dije a mi marido: ya no tenemos piso", contó.

Aunque la pareja no pudo regresar debido al cierre de las carreteras, un vecino y un familiar visitaron su bloque y confirmaron con fotos y vídeos que su complejo de apartamentos había ardido hasta los cimientos.

Los De La Rosas fueron finalmente evacuados de la casa de la madre de Claudia también, y fueron a quedarse en la casa de un miembro de la familia en Pico Rivera.

Allí, han estado procesando los acontecimientos de la semana y recurriendo a su fe católica para capear el temporal.

La vida de la familia ha dado un vuelco desde el incendio. Perdieron sus camas, su ropa y todas sus posesiones. Raúl ha perdido su trabajo en la construcción, ya que la empresa de Altadena para la que trabajaba también quedó diezmada por los incendios. Y después de evacuar y trasladarse varias veces, Claudia dice que se siente como la Sagrada Familia de Nazaret buscando refugio.

"Estamos llamando a las puertas, a ver quién nos abre", dijo.

Aunque la familia se enfrenta a crecientes dificultades tras el incendio, intentan mantenerse fuertes y unidos contando sus bendiciones, rezando y esperando un futuro mejor juntos.

Claudia agradece que su familia estuviera despierta cuando se declaró el incendio, lo que les permitió salir ilesos. Y sus hijos no dejan de pedir a Dios y a la Virgen María que ayuden a la familia en estos momentos difíciles. El matrimonio pertenece al Camino Neocatecumenal de San Juan Bautista, donde siguen recibiendo palabras de consuelo y esperanza a través de reuniones semanales y misas.

"La vida que una vez tuvimos ya no va a volver a ser la misma porque todo ha quedado reducido a cenizas", dijo Raúl. "Todos nuestros recuerdos, todos los momentos que vivimos juntos como familia. Pero tenemos que seguir adelante de la mano de Dios, y veremos que Él proveerá en nuestras vidas".

Claudia está embarazada de seis meses del quinto hijo de la pareja. Dice que ve el inminente nacimiento como una señal de que Dios tiene un plan de renovación para su familia, después de sufrir una pérdida tan devastadora.

Un familiar de Raúl ha puesto en marcha una recaudación de fondos en GoFundMe para ayudar a los De La Rosa a trasladarse y empezar a reconstruir sus vidas.

Antes del incendio, estaban buscando mudarse más cerca de St. John's, que está a unas 20 millas de su apartamento en Altadena, por lo que Claudia ve esto como una oportunidad para seguir planeando la mudanza.

Aunque Claudia está triste por la devastación en su querida ciudad natal, y está de luto por sus vecinos que también lo perdieron todo, también tiene palabras de esperanza para ellos.

"Lo que le diría a la comunidad de Altadena es que tenga fe", dijo. "Dios tiene algo mejor para nosotros. Puede que no sea como nosotros, como humanos, queremos, pero Dios tiene algo mejor para nosotros. El Señor está con nosotros, y es fiel en todo momento y en toda situación".