Alessandro Di Bussolo - Ciudad del Vaticano
Se llevó a cabo en Nuevo Chimbote, Perú, el funeral de Nadia De Munari, la misionera laica de la Operación Mato Grosso que murió el pasado sábado tras el violento ataque que sufrió en la noche del martes al miércoles en su habitación del centro educativo "Mamma Mia" que dirigía en Nuevo Chimbote. El funeral fue presidido en la iglesia de la Asunción de la Virgen María por Monseñor Ángel Francisco Simón Piorno, obispo de Chimbote, la ciudad costera peruana donde trabajaba el voluntario permanente de Vicenza, de 50 años, que dirigía 5 jardines de infancia y una escuela primaria del movimiento fundado por Don Ugo De Censi. Un servicio para más de 500 niños en el poblado marginal de Nuevo Chimbote, que acoge a los migrantes en busca de un sustento, que han bajado de los pueblos muy pobres de los Andes, en lo que la gente del lugar ha llamado una "invasión". Concelebraron todos los sacerdotes misioneros italianos de la Omg presentes en Perú y muchos otros. También estaban presentes numerosos niños asistidos por la misionera.
Para la ocasión, el Papa Francisco envió un telegrama en español, firmado por el Cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, al Obispo de Chimbote, a través del Nuncio Apostólico en Perú, en el que reiteró la más firme desaprobación por este nuevo e injustificable episodio de violencia, que se suma a los muchos otros en los que misioneros han perdido la vida mientras realizaban su servicio con abnegación al servicio del Evangelio y de la asistencia a los más necesitados e indefensos.
A la vez que ofrece oraciones por el eterno descanso del alma de esta voluntaria y la confía a la intercesión de la Madre de Dios, el Papa expresa en el telegrama su propia cercanía paternal a sus padres, familia y allegados, asegurándoles su recuerdo en la oración y su bendición a todos los que participarán en el funeral, tanto en Perú como, lo antes posible, en Italia.
Para la llegada del cuerpo de Nadia a Italia, a Schio, donde nació Nadia y donde vive su familia, según el alcalde Valter Orsi, en estos días en contacto con sus padres gracias a su asesora Katia De Munari, prima de la víctima, se necesitarán unos 20 días. Ya se ha realizado la autopsia, la investigación está en marcha, pero aún tardarán más de dos semanas en autorizar el traslado del cuerpo. "Estamos en contacto permanente con la Farnesina y he pedido que el coste del viaje del cuerpo de nuestra Nadia sea apoyado por el ministerio - explicó el alcalde a la prensa local. La de Nadia es una familia muy unida, que está viviendo el dolor con gran dignidad, extremadamente probada por esta tragedia. Pero tardará unos días más, también porque Perú no ha adherido al convenio que podría acelerar la repatriación del cuerpo".
Días de espera, para sus ancianos padres Teresina y Remigio, para sus dos hermanas y para toda la comunidad de Giavenale, el caserío donde vive la familia, y de Monte Malo, donde vive la fraternidad misionera vinculada a la Operación Mato Grosso que apoyó a Nadia en su servicio en Perú. Se hace larga la espera para poder dar su último adiós terrenal y sepultura a esta hija del Véneto que pasó más de la mitad de su vida en América Latina, al servicio de los pobres.