Isabella Piro - Ciudad del Vaticano
“Con la pandemia no olvidamos las dramáticas crisis migratorias”: así lo escribe la Conferencia Episcopal Española (Cee) en un mensaje difundido de cara a la 107ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado que se tendrá lugar el próximo 26 de septiembre. Tomando como referencia el lema elegido por el Papa Francisco para la recurrencia, "Hacia un ‘nosotros’ cada vez más grande", los prelados ibéricos destacan que, incluso en este periodo de emergencia sanitaria provocada por el coronavirus, "las personas vulnerables en movimiento siguen llamando a nuestras fronteras". A menudo, huyen de "catástrofes, de guerras y consecuencias del cambio climático" y, por tanto, "intentan abrirse paso en nuestra sociedad", acabando aplastados por la "desigualdad". Pero, como dice el Papa Francisco, "estamos todos en el mismo barco en medio de muchas tormentas, -recuerda la CEE- donde o permanecemos juntos o perecemos juntos"; para ello, es necesario abrirse a un nosotros y emprender un camino “las fronteras del descarte y de los muros que hemos de detectar", porque "los migrantes y los refugiados no son peones sobre el tablero de la humanidad", sino personas que comparten "el mismo deseo legítimo de conocer, pero sobre todo de ser ‘algo más’".
Serán fundamentales, pues, "los ojos con que miramos", reza el mensaje episcopal: serán los ojos de "una Europa en invierno demográfico, - se preguntan los obispos españoles - desde el baile de los juegos geopolíticos y los intereses partidistas o con la mirada de nuestro Padre que nos pide humanizar las crisis, responder socialmente con mirada a largo plazo desde el horizonte de la fraternidad humana, denunciando la instrumentalización del dolor y la pobreza". De ahí la invitación dirigida a los cristianos a "acoger, proteger, promover e integrar" a los inmigrantes, porque "una comunidad no será madura hasta que no sepa vibrar, discernir e incorporar este clamor".
La herramienta fundamental para poner en práctica esta actitud será "la cultura del encuentro", continua la CEE, es decir, "la llave" que "allí donde camine la Iglesia se abran puertas". "Un clamor global como la migración pide una respuesta integral y en comunión -reiteran los prelados. Todos, por tanto, somos la posibilidad de un nosotros que "abraza y acoge".
Al mismo tiempo, la Conferencia Episcopal Española pide "una política migratoria eficaz", con una ética fuerte y en clave inclusiva. Todos estamos llamados, se subraya, “a poner todo el esfuerzo en constituir”, un “sistema que normalice la migración legal y segura a largo plazo, y que se base plenamente en una ética apoyada en los derechos humanos, en el horizonte de fraternidad universal y en el derecho internacional". El modelo de ciudadanía, por tanto, debe ser necesariamente recreado, añaden los obispos, para “que se propicie una cultura de la integración que, además, aprenda a globalizar la responsabilidad de vivir juntos en esta casa común".
En esta perspectiva, los obispos españoles recuerdan la importancia del "Pacto Global por las Migraciones" y esperan "políticas internacionales que garanticen estos derechos desde el ‘nosotros’ inclusivo y amplio que mire la fraternidad como nueva frontera". A continuación, los prelados hacen un fuerte llamamiento a los cristianos para que pongan de su parte: "No podemos dejar solos a los que toman las decisiones, ni a los gobernantes ni a quienes gestionan la crisis", escriben los prelados, sino que "Es hora de incorporar el grito de tantos y de acoger las huellas ya marcadas". El mensaje de la CEE concluye con el agradecimiento a todos aquellos que "hacen de puentes de esperanza para tantos desde sus comunidades" y con el subrayado de que es "la Iglesia quien está en los lugares de salida como de llegada".
SU CONTRIBUCIÓN A UNA GRAN MISIÓN: APOYARNOS PARA LLEVAR LA PALABRA DEL PAPA A TODOS LOS HOGARES