(OSV News) -- Cuando la Sociedad Internacional para la Investigación con Células Madre celebró recientemente su reunión anual en Boston, a los más de 4.000 científicos reunidos, provenientes de 75 países, se les prometió que "el futuro comienza aquí".
En el discurso plenario de la profesora Magdalena Zernicka-Goetz de la Universidad de Cambridge en Inglaterra y el Instituto de Tecnología de California, se dijo a los participantes que ese futuro ahora incluye embriones humanos sintéticos.
"Podemos crear modelos similares a embriones humanos mediante la reprogramación de células (troncales embrionarias)", anunció Zernicka-Goetz.
No se utilizaron óvulos ni espermatozoides; en cambio, los "modelos" se crearon a partir de células madre vivas individuales, que se derivaron de un embrión humano real. Estos "modelos" no se desarrollaron más allá de un período de 14 días, ya que las normas que rigen el uso de embriones humanos en investigación no lo permiten en el Reino Unido y en la mayoría de los demás países.
Después de que se produjo un revuelo mediático, Zernicka-Goetz recurrió a Twitter: "Estos pequeños grupos de células que imitan aspectos de los embriones humanos posteriores a la implantación que nosotros y otros hacemos, no tienen potencial de desarrollo y no son embriones reales", publicó. "Sin embargo, ayudan a comprender por qué fallan muchos embarazos". En otro tuit, enfatizó: "Es importante recalcar que estos no son embriones sintéticos, sino modelos de embriones y nuestra investigación no es para crear vida, sino para salvarla".
Si bien esta situación aun no se asemeja al criadero del centro de Londres de la novela distópica "Un Mundo Feliz" ("Brave New World") de Aldous Huxley -- donde el nacimiento natural ya no existía y los bebés se producían en masa a partir de embriones cultivados en un laboratorio -- el anuncio de la Sociedad Internacional para la Investigación com Células Madre y otro similar del Instituto de Ciencias Weizmann en Israel generaron preguntas éticas y morales de dos destacados expertos católicos que hablaron con OSV News.
"La pregunta ética (y pública) fundamental aquí es si estos 'embrioides' son organismos embrionarios humanos vivos que no pueden desarrollarse a lo largo de todas las etapas gestacionales simplemente debido a limitaciones técnicas temporales, o si son solo un artefacto de laboratorio al que no puede llamarse correctamente un organismo", expresó el profesor O. Carter Snead, director del Centro de Nicola para la Ética y la Cultura de la Universidad de Notre Dame.
"Si es lo primero", explicó Snead, "entonces volvemos a los antiguos debates sobre la ética de los embriones que comenzaron hace muchas décadas, con los albores de la fertilización in vitro. Nosotros, los católicos, junto con otros que reconocen la dignidad intrínseca e igual de todo ser humano, en todas las etapas de desarrollo desde la concepción hasta la muerte natural, nos oponemos a esta práctica y apoyamos vías alternativas de investigación que no impliquen el uso y la destrucción de embriones humanos vivos", manifestó Snead.
El padre Tad Pacholczyk, director de educación y especialista en ética del personal del Centro Católico Nacional de Bioética, expresó una preocupación similar.
"Dado que estos embriones sintéticos se desarrollaron a partir de células madre embrionarias, que se obtuvieron originalmente mediante la destrucción de un embrión humano, también vale la pena señalar que tenemos un problema ético inherente desde los orígenes de esta tecnología recientemente anunciada", indicó el padre Pacholczyk a OSV News.
"La gran pregunta relacionada con esta investigación sería: ¿son realmente embriones los 'embriones sintéticos' humanos?" preguntó el padre Pacholczyk. "Si lo son, nos hemos metido directamente en el dilema ético de crear humanos jóvenes con fines de investigación o experimentales, aunque a través de un método inusual".
El uso para la investigación y la destrucción de un embrión humano vivo, como "un organismo de la especie humana", dijo Snead, siempre ha sido un tema bioético controvertido, al igual que la creación de embriones humanos con el mismo propósito.
El Catecismo de la Iglesia Católica afirma: " Puesto que debe ser tratado como una persona desde la concepción, el embrión deberá ser defendido en su integridad, cuidado, y atendido médicamente en la medida de lo posible, como todo otro ser humano ... Es inmoral (…) producir embriones humanos destinados a ser explotados como ‘material biológico’ disponible" (2274-2275).
El padre Pacholczyk enfatizó que "los embriones sintéticos se comportan como embriones regulares de muchas maneras, creciendo de manera similar y generando células que típicamente pasan a formar partes importantes como la placenta, el saco vitelino, etc.".
Además, la precisión biológica de términos como "sintético" y "no embrionario" necesita aclaración.
"El hecho de que estos embriones sintéticos no puedan causar un embarazo cuando se implantan no significa necesariamente que no sean embriones reales", señaló el padre Pacholczyk. "A veces, los embarazos de las mujeres fracasan debido a abortos espontáneos, no porque su hijo embrionario 'no fuera un embrión', sino porque su hijo embrionario tenía algún tipo de defecto".
Esto, observó el padre Pacholczyk, "plantea la cuestión de si los embriones sintéticos podrían ser en realidad embriones reales que hayan desarrollado algún tipo de defecto a través de manipulaciones y procedimientos de laboratorio. Parece peligroso partir de la suposición de que son 'sintéticos' y, por lo tanto, 'no-embrionarios'", dijo. "Hay mucho en juego en los experimentos con embriones sintéticos, y se debe alentar a los investigadores a prestar atención a dos consideraciones éticas críticas: primero, evitar todas las células madre embrionarias humanas en su investigación; y segundo, estudiar embriones sintéticos solo en animales no humanos, " aconsejó el padre Pacholczyk.
Si bien la cobertura de noticias ha informado que la implantación uterina de embriones sintéticos es actualmente "ilegal", la ley relevante, en sí misma, es un poco nebulosa, acotó Snead. "No conozco ninguna ley aplicable en Estados Unidos que lo prohíba, en esas muchas jurisdicciones estatales que permiten la investigación con embriones", comentó.
Snead indicó que la Enmienda Aderholt, una ley federal de asignaciones, impide "la creación o modificación de un embrión para incluir una 'modificación genética hereditaria'". Pero si un genoma embrioide nunca se modifica, es posible que no se aplique. La Enmienda Dickey-Wicker, dijo Snead, "podría prohibir la financiación federal para la investigación en la que tales 'embrioides' se crean, destruyen, o ponen en peligro, si caen dentro de su definición de 'embrión'".
"Esto definitivamente es algo que preocupa al congresista", reveló Michael Finan, director de comunicaciones del representante Chris Smith, republicano por Nueva Jersey, quien también es copresidente del Caucus Pro-Vida del Congreso.
Dado que la investigación del grupo internacional de células madre se anunció recientemente, Snead dijo que quiere "aprender más sobre las técnicas científicas involucradas en estos experimentos".
"Mi consejo para los formuladores de políticas", agregó Snead, "es que estudien los aspectos científicos y técnicos cuidadosamente, piensen detenidamente qué son estos seres sintéticos: ¿organismos humanos vivos o algo más? Vean cómo se aplican o no las medidas regulatorias existentes, y qué cambios se deben hacer. Escuchen todo tipo de opiniones en este ámbito".
"Pero mientras tanto, al igual que en la política ambiental, exhorto a los científicos y la industria que no se precipiten con ninguna acción que pueda causar daños irrevocables, éticos, o de otro tipo", agregó.