Salvatore Cernuzio - Ciudad del Vaticano
Además de la falta de alimentos y de productos de primera necesidad, así como de la precariedad de la salud, existe hoy en día otra pobreza que no debe subestimarse y es la violencia contra las mujeres: "Una barbarie que hace del mundo de las mujeres un escenario de auténtica pobreza". Condena el fenómeno monseñor Rino Fisichella, presentando en la Oficina de Prensa del Vaticano el mensaje del Papa Francisco para la V Jornada Mundial de los Pobres que se celebrará el próximo 14 de noviembre con una misa en la Basílica de San Pedro presidida por el Pontífice.
"Ante los sucesos cotidianos de violencia contra las mujeres, no se puede dejar de condenar esta barbarie que hace del mundo de las mujeres un escenario de auténtica pobreza", afirma el presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, que organiza la Jornada Mundial por quinto año, a partir de su institución en 2016 al concluir el Jubileo de la Misericordia. "De forma aún más incomprensible para una cultura que ha alcanzado las formas más maduras de igualdad, se está obligado a constatar expresiones de desigualdad y de falta de dignidad que hieren no sólo a las pobres víctimas, sino a toda la sociedad, a menudo demasiado impotente y afónica como si se resignara a renunciar a las conquistas obtenidas con dificultad a lo largo de las décadas".
Monseñor Fisichella se detiene luego en el tiempo actual marcado por la pandemia de Covid, marcado por "formas de injusticia que se hacen cada vez más evidentes a medida que surgen nuevas expresiones de pobreza". "El Santo Padre es muy consciente de las consecuencias que están ante los ojos de todos cada día, hasta el punto de que «las personas más vulnerables se ven privadas de los bienes de primera necesidad. Las largas filas frente a los comedores para los pobres son el signo tangible de este deterioro".
En este trágico escenario, el mensaje que el Papa quiere subrayar con su documento es que "ante los pobres no se puede permitir ningún acostumbramiento que se convierta en indiferencia". Ellos, reitera Fisichella, "no son personas ‘externas’ a la comunidad, sino hermanos y hermanas con los cuales compartir el sufrimiento para aliviar su malestar y marginación"; tampoco los pobres y su condición son "fruto de la fatalidad", sino "un signo concreto" de la presencia de Cristo entre los hombres. Por ello, los cristianos deben "redescubrir el entusiasmo necesario para volver a hacer creíble su presencia en el mundo".
En estos puntos, el magisterio de Francisco es fuerte y puntual, sin caer en la retórica. También es fuerte el llamamiento del Pontífice a los gobiernos e instituciones mundiales "para que se sientan comprometidos con la construcción de un mundo mejor basado en la justicia" y para que lo construyan con una "planificación creativa" que lleve a soluciones a largo plazo. De hecho, se espera que los gobiernos y los gobernantes no sólo escuchen las palabras del Papa - que siempre tienen un gran eco- sino que pongan en práctica sus indicaciones: La pobreza no afecta sólo a un grupo de naciones, es un fenómeno planetario que toca a todo el mundo. Dar la espalda y vivir como si el problema no existiera hace que el Papa diga una hermosa expresión: a menudo hablamos de los pobres en nuestras políticas, pero luego nos encontramos como incompetentes, señaló Fisichella.
Finalmente, el prelado respondió a las preguntas de los periodistas, incluida una sobre las teorías de que la sobrepoblación es una de las principales causas de la pobreza. Teorías de larga data, señala el prelado, que definen ciertos análisis “no exentos de opciones ideológicas que conducen inevitablemente a una regulación de la natalidad y a formas sectoriales de presencia social”. "Cuestiones de este tipo -añade- deben ser analizadas desde diversas perspectivas y factores, pero no se puede hacer una lectura única y unívoca sobre las causas y las consecuencias de las mismas. Por ejemplo, la pobreza puede ser causada por los países ricos que en su riqueza quieren más productos, más consumo y así crean situaciones de pobreza". Por ello, una "lectura plural" es útil para "no caer en opciones ideológicas" que "alejen el análisis y las consecuencias".
El presidente del Dicasterio para la Nueva Evangelización anunció finalmente que también este año, con motivo de la Jornada de los Pobres, se pondrán en marcha diversas iniciativas como en 2020, cuando se logró distribuir 5.000 paquetes para familias necesitadas en las parroquias de Roma y 350.000 mascarillas para las escuelas de la periferia. Por el momento no hay indicaciones precisas porque cada evento y proyecto estará sujeto a las decisiones que se tomen a nivel internacional para combatir la pandemia. En cualquier caso, ya están pensando en "dar una señal" después del verano: "El descubrimiento de la vacuna, la posibilidad de que se distribuyan lo más posible a todos, en todas las partes del mundo, especialmente a los marginados y pobres, se convierte en la meta con la que retomar el camino diario interrumpido por Covid".
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