Las víctimas y la Iglesia de Francia están hoy en el corazón del Papa, lleno de dolor por una "realidad terrible". Al final de la presentación en París del Informe, fruto de más de dos años de trabajo, el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni, anunció que el Papa Francisco, que hace pocos días se reunió con los obispos de Francia en visita ad limina, había sido informado del mismo.
"Su pensamiento va en primer lugar a las víctimas, con gran dolor, por sus heridas, y gratitud, por su valor en la denuncia, y a la Iglesia de Francia, para que, en la conciencia de esta terrible realidad, unida al sufrimiento del Señor por sus hijos más vulnerables, emprenda un camino de redención".
Las víctimas también están en el centro de la oración del Papa. En su oración, Francisco encomendó al Señor al "pueblo de Dios en Francia", especialmente a las víctimas, "para que les dé consuelo y alivio y para que, a través de la justicia, se produzca el milagro de la curación".
Las palabras y la oración llegan así al final de una mañana delicada y difícil. Tal como se anunció a la prensa, el Informe en su totalidad es extenso y detallado. El trabajo de los 21 miembros de la comisión independiente nombrada por los obispos y religiosos de Francia fue laborioso e intenso. En la apertura de la conferencia de prensa, el presidente, Jean-Marc Sauvé, citó una carta de una víctima para decir que lo que ha surgido en casi dos años y medio puede ser a veces "desestabilizador y desalentador", pero da esperanza "de un nuevo comienzo", de "otra relación" con esta historia de dolor. Una "atmósfera humana", subrayó un miembro de la Comisión, caracterizó la escucha de las víctimas -un aspecto central en la redacción del informe- recordando en particular las "lágrimas de una persona de 70 años" y la "rabia de una mujer". Escucha, por lo tanto, antes de la investigación de expertos.
En nombre de las víctimas, François Devaux, víctima del padre Preynat en la diócesis de Lyon y cofundador de la asociación La Parole Libérée, pronunció un discurso lleno de dolor y rabia, pero también de gratitud por el trabajo de la Comisión, saludando su "sacrificio por el bien común". "Es del infierno que ustedes, los miembros de la Comisión, han regresado. Has estudiado los detalles más oscuros y abyectos que el hombre sabe engendrar en sus neurosis". Pidió a la Iglesia reformas profundas, expresando su sensación de traición ante los silencios y las "disfunciones sistémicas" a las que se ha enfrentado en su lucha.
Aunque reconoce que este informe (que tiene 485 páginas, con más de 2.000 páginas de apéndices) no puede ser exhaustivo, el Presidente del ICASE presentó su contenido aportando un gran número de datos precisos que se recogieron atravesando varias disciplinas, desde la medicina hasta la teología, pasando por la sociología, la antropología, la psiquiatría y el derecho civil y canónico. Sobre todo, la investigación permitió entrar en contacto con miles de víctimas.
Como ya se ha comunicado en la prensa, el ICASE ha dado una estimación de 2.900 a 3.200 sacerdotes y religiosos implicados en delitos de pederastia en Francia entre 1950 y 2020. Pero esta horquilla es una estimación mínima: una gran encuesta de población general estima que un total de 216.000 personas en Francia hoy en día (con un margen de error de 50.000) han sido agredidas sexualmente por sacerdotes y religiosos católicos, un tercio de las cuales fueron violadas. Si incluimos las agresiones cometidas por profanos (especialmente en las escuelas), esta estimación se eleva a 330.000 personas.
Jean-Marc Sauvé ha señalado que, en el conjunto de la sociedad francesa, cinco millones y medio de personas (el 14,5% de las mujeres y el 6,4% de los hombres) han sufrido agresiones sexuales antes de los 18 años. Las familias y los amigos siguen siendo los principales lugares de agresión, pero la prevalencia de las agresiones en la Iglesia católica sigue siendo alta, incluso en los últimos tiempos, y el 80% de estos abusos afectan a varones.
Denunciando la mentalidad corporativista de la Iglesia católica, que durante mucho tiempo ha tratado de encubrir estos casos (en particular, condicionando el silencio de las víctimas a las indemnizaciones), Jean-Marc Sauvé pidió una "acción enérgica", que incluya el reconocimiento de los actos del pasado y medidas preventivas en la formación y el discernimiento vocacional. Advirtió sobre una excesiva sacralización de la persona del sacerdote. El informe del ICASE hace 45 recomendaciones específicas, entre las que se incluyen un refuerzo de los mecanismos de control interno, una mejor definición del papel del obispo para evitar que sea juez y parte, y una mayor participación de los laicos en el gobierno de la Iglesia.
Llamando a un "trabajo de verdad, perdón y reconciliación", Jean-Marc Sauvé subrayó que la Iglesia católica es "un componente esencial de la sociedad" y que debe trabajar para "restablecer un pacto que ha sido dañado". "Nuestra esperanza no puede ser ni será destruida. La Iglesia puede y debe hacer todo lo posible para restaurar lo que se ha dañado y reconstruir lo que se ha roto", concluyó, saludando el valor de las víctimas.
Los dos directores del informe estuvieron presentes e intervinieron. En su discurso, el Arzobispo Eric de Moulins-Beaufort, Arzobispo de Reims y Presidente de la Conferencia Episcopal, reconoció el "espantoso" alcance de la violencia sexual en la Iglesia. La voz de las víctimas "nos trastorna, nos sobrecoge", reconoció, elogiando en particular la franqueza y las "verdaderas palabras" de François Devaux. El Presidente de la CEF prometió que los obispos se tomarían el tiempo necesario para estudiar el informe y sacar las consecuencias. El tema será central en su asamblea plenaria de noviembre.
Por su parte, la presidenta de la Conferencia de Religiosos de Francia (Corref), Sor Véronique Margron, expresó su "infinito dolor" y su "absoluta vergüenza" ante los "crímenes contra la humanidad del sujeto íntimo, creyente y amante". Las 45 recomendaciones del ICASE son, sin embargo, un "signo de confianza exigente en la Iglesia", que deberá trabajar con otras instituciones, y en particular con las demás Iglesias. Citando a Bernanos, concluyó explicando que la forma más elevada de esperanza es "la desesperación superada".