Ciudad del Vaticano
El Papa ha realizado un gesto más de cercanía en el marco de su Viaje Apostólico a Eslovaquia.
De camino al Seminario de Kosice, entre otras cosas, Francisco se detuvo en la Casa de Ejercicios de los jesuitas para saludar a algunos hermanos que participaron en la organización de los actos, por lo cual no pudieron estar en la Divina Liturgia que se celebró esta mañana en la ciudad de Prešov.
En particular, el Santo Padre aceptó con mucha alegría la invitación del superior de la Casa, el padre Jan Benkovsky, para llevar un saludo y unas palabras de aliento también a las personas que trabajan en la cocina preparando el almuerzo para los obispos presentes en la misa.
En un ambiente muy fraterno, Francisco conversó "entre fogones" con el grupo de cocineros y los religiosos presentes. Finalmente, bendijo a todos antes de partir hacia Kosice.