Salvatore Cernuzio - Ciudad del Vaticano
En primer lugar, el fin de la guerra en Ucrania, que ha causado "demasiadas víctimas y destrucción" en más de setenta días, y luego "una respuesta positiva y realista" a la solicitud del país del este de Europa de ingresar en la Unión Europea. Esta es la petición que el cardenal Jean Claude Hollerich, presidente de Comece, hace en nombre de las Iglesias del Viejo Continente en el día en que se celebra el Día de Europa. El aniversario recuerda la Declaración de Schuman, que "abrió el camino de la reconciliación duradera entre Francia y Alemania" y "el proceso de unificación europea". Este proceso está "lejos de completarse", dice Hollerich. Más aún este año, con un conflicto brutal que socava gravemente los cimientos de paz y unidad sobre los que se construyó la Unión.
En un comunicado difundido hoy, el cardenal recuerda la acción de la Iglesia europea desde el inicio de la agresión de las fuerzas rusas el 24 de febrero: por un lado, la incesante oración "por la paz"; por el otro, la "ayuda humanitaria, financiera y militar en apoyo de Ucrania" ofrecida por los Estados miembros. "Como tal vez nunca antes desde la firma del Tratado constitutivo de la Comunidad Europea de Defensa, hace setenta años, los dirigentes políticos están pensando y discutiendo sobre una cooperación mucho más estrecha en materia de defensa y seguridad", dice el cardenal, expresando la sincera esperanza "de que la paz en Europa y en el mundo sea menos frágil y el uso de las armas de fuego menos frecuente a través de estas discusiones y acuerdos posteriores."
Por ello, Hollerich insta a dar una respuesta "positiva y realista" a la solicitud de adhesión a la UE presentada por el gobierno ucraniano el 28 de febrero. "Ucrania, pero también Moldavia, Georgia y todos los demás países europeos, sobre todo de la región de los Balcanes Occidentales, que han hecho la misma petición en el pasado y han emprendido importantes reformas, necesitan una perspectiva de adhesión creíble", escribe.
Hollerich vuelve a hablar en nombre de la Iglesia católica cuando afirma que "seguirá siendo una compañera fiel y honesta" en el camino del continente hacia la paz y la reconciliación. Además, esto es lo que ha hecho la Iglesia en las últimas décadas: todos los Papas desde Pío XII en adelante, así como los obispos europeos, las órdenes religiosas y los movimientos laicos "jamás dejaron de abrazar sin reservas el proceso de unificación europea y sus valores subyacentes". "Expresar reservas a veces sobre cuestiones políticas aisladas no puede cambiar esto", subrayó el cardenal que anima a todos los dirigentes políticos a "aprovechar los nuevos retos y oportunidades que nos esperan".
El concepto sobre el que hay que reflexionar es el de "cambio", dice el presidente de la Comece. "Podría ser que el proceso de unificación europea nunca se complete debido a la dinámica siempre cambiante de la sociedad humana. Por lo tanto,la adaptación a las circunstancias cambiantes y la mejora del funcionamiento interno no son para temer. Por el contrario, hay que abrazarlo con valor y determinación".
La inspiración de Robert Schuman y de los otros fue "preservar la paz y la seguridad, lograr un crecimiento sostenible y una prosperidad mediante el ejercicio conjunto de partes de la soberanía nacional". Esto declinado en valores compartidos como "la libertad y el respeto a la dignidad de cada persona y a los derechos humanos, la democracia y el Estado de Derecho, la solidaridad y la subsidiariedad". Hoy, a pesar de todo, "podemos vivir en un mundo en el que la fidelidad a esta inspiración y a estos valores vuelve a suponer un cambio para la Unión Europea", dice Hollerich. De hecho, a veces el cambio "es necesario y positivo" precisamente "para preservar una buena inspiración inicial y sus valores de fondo".
En este sentido, el cardenal recuerda la ceremonia especial que se celebrará hoy en Estrasburgo, en la que se entregarán a los presidentes de las instituciones europeas las 49 propuestas de la Conferencia sobre el Futuro de Europa, aprobadas el pasado 30 de abril, sobre el medio ambiente, el cambio climático, la transformación digital, la economía social de mercado y el papel de la UE en el mundo. "No a todo el mundo le va a gustar cada una de ellas, pero si se las tomas todas juntas, no se podrá más que alegrarse de la creatividad y la frescura que brilla en esta lista. Es el resultado", asegura el cardenal, "de un audaz experimento de participación ciudadana más allá de las fronteras culturales, lingüísticas y políticas, y esperamos que el experimento continúe". "Como Iglesia estamos dispuestos a desempeñar un papel aún más activo", subrayó el cardenal. "Las expectativas son altas" y los europeos "desean una economía respetuosa, responsable, social y sostenible".