(OSV News) -- Recientemente se cumplieron cinco años de la "rebelión de abril", una protesta en Nicaragua en contra de la reforma del sistema de pensiones que derivó en represión policial con más de 300 fallecidos y miles de heridos.
Pero lo sucedido en 2018 también marcó un antes y un después para la Iglesia católica en Nicaragua, institución que se transformó en los últimos años en una de las más perseguidas por el gobierno de Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.
En medio del recuerdo de este nuevo aniversario, donde las acusaciones de parte de la dictadura contra obispos nicaragüenses volvieron a quedar de manifiesto -- mencionándola como culpable de la violencia desatada en aquel entonces -- es que se ha publicado la tercera parte de un informe elaborado por la abogada Martha Patricia Molina denominado "Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?".
En esta nueva entrega del informe, que consta de 232 páginas y que fue publicado en mayo, Molina hace un recorrido por las hostilidades a la Iglesia católica en el período de abril de 2018 y marzo de 2023, además de referencias a las prohibiciones a procesiones durante Semana Santa y hasta una exhaustiva cronología de profanaciones, sacrilegios, robos y ataques en contra de la Iglesia en Nicaragua.
Entre los datos más destacables del informe, también reproducido por medios locales como Confidencial, aparece la estimación de que el régimen de Ortega ha prohibido un total de 3,224 actividades religiosas en todo el país desde abril de 2018 a marzo de 2023.
Al mismo tiempo, se indica que entre abril de 2018 y marzo de 2023 la Iglesia católica en Nicaragua ha sido víctima de unas 529 hostilidades de parte del régimen de Ortega. De los ataques en contra de la Iglesia, 90 de ellos tuvieron lugar en lo que va de este año.
Entre las víctimas aparecen religiosos, pero también agresiones a templos y hasta acciones represivas hacia actividades de laicos. Lo mismo en cuanto a mensajes de odio en iglesias, prohibiciones de procesiones, cierres arbitrarios de universidades y hostilidades hacia la Santa Sede.
"Esto significa que a medida que transcurre la dictadura en Nicaragua, continúan los ataques indiscriminados en contra de los religiosos", dijo Molina en entrevista con Confidencial.
El informe de Molina recuerda -- en base a datos publicados por la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) -- que en el país existen 397 parroquias, sin incluir capillas.
"Eso significa que cada uno de los 397 templos realiza al menos una procesión diaria en Semana Santa, sumándole la procesión que se efectúa el domingo previo al inicio de la Semana Mayor para un total de 8 procesiones por parroquia", estableció el informe, que indicó también que las prohibiciones fueron notificadas de manera verbal a los clérigos de parte de los agentes policiales.
"Si existen 397 parroquias en el país y cada una de ellas efectúa 8 procesiones para ese tiempo cuaresmal, entonces estadísticamente se prohibieron 3,176 (tres mil ciento setenta y seis) expresiones de la religiosidad nicaragüense", dedujo el informe.
"Históricamente las procesiones han tenido una ruta a seguir en cada barrio y en esta ocasión no fueron celebradas siguiendo la costumbre, sino que las imágenes de los santos quedaron recluidas en sus parroquias y unos pocos decidieron salir para recorrer un corto camino alrededor de los templos, siendo siempre vigilados y asediados por miembros de la Policía Nacional y adeptos del Consejo del Poder Ciudadano (CPC)", agregó.
En tanto, en la última parte del informe se detallan las diversas hostilidades y agresiones entre 2018 y 2023 donde aparecen algunas acciones como el explosivo en contra de la imagen de la Sangre de Cristo en julio de 2020.
Lo mismo con respecto a las acusaciones a obispos de "terroristas", el asedio a trabajadores de la iglesia, la expulsión de las Misioneras de la Caridad en 2022, el cierre de medios de comunicación y universidades, y lo vinculado al proceso de asedio y posterior condena a 26 años de prisión al obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, monseñor Rolando Álvarez. Todos sucesos que han generado gran consternación a nivel internacional.