El actual Congreso tiene ahora la oportunidad de ser 'valiente' abordando el tema de inmigración de una manera integral y productiva para proporcionar el tan ansiado alivio a los que ya viven como estadounidenses: lo dijo el cardenal Wilton Gregory, arzobispo de Washington, el 21 de julio durante una conferencia frente al Capitolio. El purpurado, ante los periodistas que acudieron a la convocatoria de la Coalición de Empresas Estadounidenses sobre Inmigración, se unió a los obispos católicos que alientan la legislación de una “reforma migratoria bipartidista que incluya la legalización y un camino hacia la ciudadanía para las personas indocumentadas”.
Debido a la enorme preocupación de la Iglesia por las familias inmigrantes divididas debido al actual sistema de inmigración deteriorado, el arzobispo de Washington manifestó su esperanza de que, independientemente de las opiniones políticas, los ciudadanos estadounidenses “apoyen la aprobación y aplicación de una legislación que mantenga unidas a las familias y proteja a los niños”.
El purpurado pidió pleno apoyo para que este año se promulgue una legislación de reforma de inmigración que permita a los ‘dreamers’, a los amparados con TPS y DED, a los trabajadores agrícolas estacionales y a los trabajadores esenciales indocumentados integrarse como miembros plenamente reconocidos de la sociedad del país, ya sea a través de la promulgación de una legislación independiente o de un paquete legislativo más amplio. Es el momento, afirmó, de arreglar el “sistema de inmigración obsoleto”.
Como "muchos de los miembros de nuestra propia familia hicieron una nueva vida aquí, después de encontrarse en estas costas estadounidenses hace muchas décadas, también nosotros estamos llamados a demostrar amabilidad y espíritu de acogida a nuestros hermanos inmigrantes y refugiados, que contribuyen enormemente a nuestra sociedad mediante el trabajo y el servicio", exhortó el arzobispo. Toda persona – aseveró - tiene derecho a vivir en su patria con seguridad y dignidad y con oportunidades de trabajo. También manifestó su gratitud a los inmigrantes que ofrecen su servicio en el país, en medio de la pandemia en curso, en puestos clasificados como trabajo esencial, asistencia sanitaria y servicio militar.
Adelys Ferro, directora de CDDA (Centro para el Desarrollo de Las Américas) y miembro de la coalición que lucha por un camino a la ciudadanía para inmigrantes con TPS, DACA y los trabajadores agrícolas, resaltó la importancia de legalizarlos, y señaló que la inacción es “inaceptable”:
"Producen y pagan impuestos. Esta es su casa. Aquí han hecho sus familias, aquí han nacido sus hijos. Son dueños de negocios, dan trabajo a otros. Muchos hacen trabajos que otros no quieren hacer. Son vitales para la economía del país". "Contribuyen con 329 billones de dólares en impuestos locales y federales. Ganan 1.3 trillones al año. Su poder adquisitivo supera los 927 billones".
Enrique Sánchez, un soñador que participó en la conferencia, quien ha logrado dos títulos universitarios en justicia criminal y en ciencias políticas y es oficial de policía en Utah, donde se instaló con su familia al llegar de México con dos años de edad, explicó: "Somos estadounidenses en todas las formas, excepto en el papel. Crecimos en EEUU, fuimos a las escuelas y trabajamos aquí, somos miembros de la comunidad. Es justo que se realice una reforma migratoria. Es tiempo que haya una solución permanente, ahora más que nunca”.
*Con información de El Pregonero
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