Por Rhina Guidos
Catholic News Service
WASHINGTON (CNS) -- La jueza federal Esther Salas manifestó que la muerte de su único hijo, Daniel, quien fue asesinado en la vivienda familiar por un abogado el 19 de julio, no puede ser en vano. Por eso, en un video emitido el 3 de agosto, pidió protección para "mis hermanos y hermanas en el banquillo".
La jueza pidió iniciar un diálogo sobre la información personal de los jueces que hay disponible en línea.
Salas contó cómo, después de una celebración del vigésimo cumpleaños de su hijo, Daniel Anderl, con sus amigos de la Universidad Católica de América, se encontraba hablando con él en el sótano de su casa cuando de repente sonó el timbre.
"Estábamos charlando, como siempre lo hacíamos, y Daniel dijo: 'Mamá, sigamos hablando. Me encanta hablar contigo', y fue en ese preciso momento cuando sonó el timbre", relató la jueza, respirando hondo y reprimiendo el dolor. "Daniel me miró y preguntó: '¿Quién es ese?' Y antes de que pudiera decir una palabra, corrió escaleras arriba."
"En cuestión de segundos, escuché el sonido de balas y alguien gritando: '¡No!'. Más tarde supe que este monstruo, que tenía un paquete de FedEx en la mano, abrió fuego, pero Daniel, siendo Daniel, protegió a su padre y se llevó la primera bala del tirador directamente al pecho. El monstruo después dirigió su atención a mi esposo y comenzó a dispararle, un tiro tras otro".
El abogado Roy Den Hollander, quien luego se suicidó, ha sido identificado como el tirador. Den Hollander, quien se describía a sí mismo como "antifeminista", fue encontrado muerto cerca de Liberty, Nueva York, un día después del tiroteo. Mark Anderl, el esposo de la jueza, permanece en el hospital.
"En mi caso, el monstruo sabía dónde vivía y a qué iglesia asistíamos y tenía información completa sobre mi familia y mi persona", declaró Salas en el video. "Por el momento, no hay nada que podamos hacer para detener esto y eso es inaceptable. La muerte de mi hijo no puede ser en vano, por eso les ruego a los que están en el poder que hagan algo para ayudar a mis hermanos y hermanas en el banquillo. Ahora, más que nunca, necesitamos identificar una solución que mantenga en privado la vida de los jueces federales".
Se dice que la familia pertenece a la parroquia de San Agustín de Canterbury en Kendall Park, Nueva Jersey, en la Diócesis de Metuchen, y Daniel Anderl, que estaba listo para comenzar su tercer año en la Universidad Católica en Washington, asistió a la escuela parroquial allí. Salas dijo que ella y su esposo, un abogado, acababan de regresar de la iglesia y le que habían dado a su único hijo permiso para faltar. Todos habían comenzado a limpiar, terminando un "glorioso" fin de semana de cumpleaños de "amor, risas, y sonrisas".
Ahora, mientras su esposo permanece en el hospital recuperándose de múltiples cirugías, "estamos viviendo la peor pesadilla de todos los padres: hacer los preparativos para enterrar a nuestro único hijo", acotó Salas.
"Mi familia ha experimentado un dolor que nadie debería tener que soportar", continuó. "Y estoy aquí pidiéndoles a todos que me ayuden a asegurar que nadie tenga que experimentar este tipo de dolor. Es posible que no podamos evitar que algo así vuelva a suceder, pero podemos dificultar los planes de que quienes nos escogieron como objetivo para encontrarnos y atacarnos".
La jueza agradeció al personal médico, así como a las autoridades federales, estatales, y locales que habían ayudado a ella y a su esposo, y a todos los que ofrecieron oraciones por la familia.
"A todos los que se acercaron y a todos los que rezaron, y a todos los que mantienen a mi familia en sus pensamientos, gracias", dijo llorando. "La efusión de amor ha sido abrumadora, y puedo decirles que nos ha levantado durante nuestras horas más oscuras. Solo quiero agradecerles a todos y (decirles que) los amo".
Salas, la primera latina en servir como juez federal en Nueva Jersey, fue confirmada en 2011 para servir en el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito de Nueva Jersey.