VATICANO (CNS) -- La misión caritativa de la Iglesia católica debe compartir el mensaje evangélico de unidad, justicia y paz, o corre el riesgo de convertirse en "sólo una apariencia de bien", dijo el Papa Francisco.
Al reunirse con los delegados de la asamblea general de Caritas Internationalis el 11 de mayo, el Papa subrayó la doble naturaleza del brazo caritativo de la Iglesia como servicio de caridad e institución católica dedicada a la atención pastoral.
El trabajo de Caritas "no se trata sólo de poner en marcha proyectos y estrategias que resulten victoriosas, que persigan la eficacia, sino saberse dentro de un proceso constante y continuo de conversión misionera", dijo.
Si la caridad pierde su conexión con el Evangelio, dijo el Papa, "sería fácil apoyar esas lógicas mundanas que inducen a perderse en el activismo pragmático y a extraviarse en los particularismos que desgarran" el cuerpo de la Iglesia.
Caritas Internationalis es la organización paraguas de 162 organizaciones caritativas católicas oficiales que operan en 200 países y territorios de todo el mundo. Su asamblea general, a la que asisten unos 400 delegados en representación de organizaciones nacionales y locales de Cáritas, estaba programada del 11 al 16 de mayo en Roma para elegir un nuevo presidente, secretario general, junta ejecutiva y cubrir otros puestos de liderazgo.
En noviembre de 2022, el Papa Francisco emitió un decreto suspendiendo al secretario general y otros altos cargos de Carita, citando "deficiencias" en la gestión y los procedimientos "perjudicando seriamente el espíritu de equipo y la moral del personal". El cardenal Luis Antonio Tagle también fue destituido como presidente de Cáritas, pero permaneció en la organización para ayudar al administrador temporal designado para supervisar la transición.
En su discurso a los delegados de Cáritas el 11 de mayo, el Papa Francisco explicó que lo que distingue a Cáritas de otras organizaciones de ayuda es su "vocación eclesial", que ofrece caridad en comunión con la Santa Sede y en línea con el magisterio de la Iglesia católica.
Desde su concepción, dijo, Cáritas debía mediar "entre la Iglesia universal y las Iglesias particulares" y apoyar "el compromiso de todo el Pueblo de Dios en el ejercicio de la caridad".
"Cuiden la formación de personal competente, capaz de llevar el mensaje de la Iglesia a la vida política y social", dijo a los delegados.
"El desafío de un laicado consciente y maduro es más actual que nunca, porque su presencia se extiende a todos los ámbitos que tocan directamente la vida de los pobres", dijo el Papa. "Son ellos los que pueden mostrar, con libertad creativa, el corazón materno y la solicitud de la Iglesia por la justicia social, comprometiéndose en la ardua tarea de cambiar las estructuras sociales injustas y promover la felicidad de la persona humana".
El Papa Francisco subrayó la centralidad de la caridad en la vida cristiana, explicando que mientras "la fe y la esperanza son ‘dones provisorios’, es decir, unidos a nuestra condición viática de peregrinos sobre esta tierra, la caridad, sin embargo, es un ‘don definitivo’, prenda y anticipo del final de los últimos tiempos, del Reino de Dios".
"Las acciones más extraordinarias, la generosidad más heroica, incluso el gesto de distribuir todos los bienes para darlos a los hambrientos, sin la caridad, no sirven de nada", dijo, haciendo referencia a la primera Carta de San Pablo a los Corintios.
El Papa Francisco también animó a los delegados a permanecer unidos y a aprender a valorar sus diferencias.
"Vuestra confederación está hecha de muchas identidades diferentes. Vivan esa diversidad como una riqueza, la pluralidad como un recurso", dijo. "Compitan en estimarse recíprocamente, dejando que los conflictos lleven al debate, al crecimiento, y no a la división".