Por Robert Fastiggi, OSV News Al Papa Francisco se lo debe recordar por su profunda devoción mariana. Al dirigirse a un grupo de jóvenes en Roma el 29 de junio de 2014 -- Solemnidad de San Pedro y San Pablo -- dijo una frase que se volvió muy conocida: "Un cristiano sin la Virgen está huérfano".
En su Audiencia General del 3 de septiembre de ese mismo año, volvió a subrayar la importancia de tener a María y a la Iglesia como madre: "Comprendemos, entonces, cómo la relación que une a María y a la Iglesia es tan profunda: mirando a María descubrimos el rostro más hermoso y más tierno de la Iglesia; y mirando a la Iglesia reconocemos los rasgos sublimes de María. Nosotros cristianos, no somos huérfanos, tenemos una mamá, tenemos una madre, y esto es algo grande. No somos huérfanos. La Iglesia es madre, María es madre".
María como Madre de la Iglesia siempre estuvo en el corazón del Papa Francisco. En su libro más reciente, "Mary & the Church at Vatican II" (2024), la Dra. Laurie Olsen señala que algunos obispos durante el Concilio querían evitar el título mariano Mater Ecclesiae (Madre de la Iglesia). Sin embargo, San Pablo VI lo proclamó oficialmente el 21 de noviembre de 1964 durante un discurso.
El 11 de febrero de 2018, el Papa Francisco reafirmó la importancia de ese título al establecer la Memoria Obligatoria de la Bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia, celebración que se fijó para el lunes después de Pentecostés.
El Papa Francisco cultivó una profunda devoción a la Virgen durante su infancia en Argentina. En varias ocasiones mencionó la influencia de su abuela Rosa, quien le enseñó a mirar a María al pie de la cruz como un modelo de fortaleza frente a la enfermedad, el dolor y el sufrimiento. También cultivó una especial devoción a Nuestra Señora de Luján, venerada en el santuario mariano nacional de Argentina, donde se conserva una imagen de casi 400 años a la que se le atribuyen numerosos milagros.
Años más tarde, el Papa Francisco promovió la devoción a la Virgen Desatanudos, inspirada en una pintura alemana de 1700 d.C, cuyas raíces teológicas se remontan a san Ireneo (c. 135–202 d.C.).
Durante su pontificado, manifestó su devoción a María de muchas otras maneras. El 7 de octubre de 2019, incorporó la fiesta de Nuestra Señora de Loreto al calendario general romano como memoria opcional, a celebrarse el 10 de diciembre. En 2020, añadió tres nuevos títulos a la Letanía de Loreto: Mater Misericordiae (Madre de la Misericordia), Mater Spei (Madre de la Esperanza) y Solacium Migrantium(Consuelo de los Migrantes).
El Papa Francisco también tenía una devoción especial por el icono mariano Salus Populi Romani(Salvación del Pueblo Romano), que se encuentra en la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma. Incluso antes de ser Papa, solía visitar la imagen cada vez que iba a la ciudad. Según una antigua tradición, habría sido pintada por San Lucas.
Como Pontífice romano, el Papa Francisco rezó más de cien veces ante el icono de Salus Populi Romani, tanto antes como después de sus viajes apostólicos al extranjero. El 27 de marzo de 2020, en plena pandemia del coronavirus, hizo trasladar esta imagen a la Basílica de San Pedro, donde presidió un momento extraordinario de oración en una Plaza de San Pedro desierta y bajo la lluvia. Teniendo en cuenta su profundo amor a la Virgen, no resulta sorprendente que el Papa Francisco haya elegido ser sepultado en la Basílica de Santa María la Mayor, convirtiéndose así en el octavo pontífice romano enterrado allí y el primero desde Clemente IX, quien fue Papa entre 1667 y 1669.
Su devoción mariana fue profunda, sincera y auténticamente católica. Siempre promovió el rezo del Rosario. El 29 de septiembre de 2018, pidió a los católicos rezar la oración Sub tuum praesidium, junto con la oración a san Miguel Arcángel, después de cada Rosario durante el mes de octubre, como modo de proteger a la Iglesia frente a los ataques del demonio.
El Papa Francisco creía firmemente en el poder de la consagración a la Virgen. El 25 de marzo de 2022, luego de que Rusia invadiera a Ucrania, realizó un acto de consagración al Inmaculado Corazón de María, con estas palabras: "Por eso, Madre de Dios y nuestra, nosotros solemnemente encomendamos y consagramos a tu Corazón inmaculado nuestras personas, la Iglesia y la humanidad entera, de manera especial Rusia y Ucrania. Acoge este acto nuestro que realizamos con confianza y amor".
Si bien el Papa Francisco no consideraba necesario definir nuevos dogmas marianos, siempre abrazó y promovió las enseñanzas tradicionales sobre la Virgen. En su homilía del 1 de enero de 2020, durante la solemnidad de Santa María, Madre de Dios, subrayó el papel de María en la historia de la salvación. "De ella vino la salvación", dijo, "y por eso no hay salvación sin la mujer".
También reconoció a María como Mediadora entre Dios y la humanidad. En su homilía del 1 de enero de 2021, la describió como "el puente que nos une con Dios". También dijo que ella es "el camino que Dios recorrió para llegar hasta nosotros, y el camino que nosotros debemos recorrer para llegar a Él".
En su mensaje del 13 de mayo de 2023 al arzobispo Gian Franco Saba de Sassari, Cerdeña, Italia, el Papa Francisco escribió que "uno de los títulos más antiguos con los que los cristianos han invocado a la Virgen María es precisamente 'Mediadora de todas las gracias’". En su homilía del 5 de agosto de 2024 en la Basílica de Santa María la Mayor, con motivo de la memoria de Nuestra Señora de las Nieves, afirmó: "Ella es la Mediadora de la gracia que fluye siempre y únicamente por medio de Jesucristo, por la acción del Espíritu Santo".
Mientras lamentamos la muerte del Papa Francisco, demos gracias por su profundo amor y devoción a la Santísima Virgen María. Inspirados por su ejemplo, sabemos que no estamos solos ni huérfanos, pues tenemos a la Virgen María como nuestra madre y Madre de la Iglesia.