Por Benedict Mayaki, SJ
El cardenal Michael Czerny, subsecretario de la Sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio Vaticano para la Promoción del Desarrollo Humano Integral, pronunció el jueves un discurso ante los participantes en el 12º Foro de la Iglesia en el Mundo de Friburgo, que se celebra del 14 al 15 de octubre.
El foro, cuyo tema es "Contextualidad y sinodalidad - El Sínodo sobre la Amazonia y sus consecuencias", está organizado por el Instituto para el Estudio de las Religiones y el Diálogo Interreligioso (IRD) y el Centro de Estudios Pastorales Comparados de la Facultad de Teología de la Universidad de Friburgo, en colaboración con MISSIO Suiza.
El cardenal Czerny habló sobre "El rostro de una Iglesia 'franciscana' después del Sínodo de la Amazonia".
El cardenal dijo que el sínodo de la Amazonia, que tuvo lugar en Roma en octubre de 2019, estuvo muchos años en preparación y abordó muchas cuestiones. El proceso no terminó con la ceremonia de clausura ni con los documentos finales, señaló, y añadió que continúa "no solo haciendo nueva la región amazónica sino, con la gracia de Dios, renovando toda la Iglesia."
Explicó que la palabra "sínodo" viene de raíces griegas que significan "un camino recorrido con otros, un camino compartido". Es "un camino recorrido por la Iglesia a la luz de la acción del Espíritu en su historia, al servicio del pueblo de Dios" y es "el resultado de las intuiciones y semillas que surgieron como directrices para toda la Iglesia en el Concilio Vaticano II", especialmente en las constituciones Lumen Gentium, Gaudium et Spes y en el decreto Ad Gentes.
El sínodo amazónico es "un hermoso camino -mejor, una red de vías de agua- que queremos experimentar, analógicamente y mutatis mutandis, en otras partes de la Iglesia y del mundo", dijo. Y la Iglesia tiene que prepararse para una apreciación más profunda de la sinodalidad gracias al proceso sinodal mundial lanzado por el Papa Francisco el domingo.
El Cardenal Czerny rastreó los orígenes del Sínodo Amazónico de 2019 desde el Vaticano II y la Conferencia del CELAM de 1968, hasta las repetidas expresiones de alarma por el estado de deterioro del bioma; y de manera particular, hasta la reunión de 2007 de los obispos de América Latina en Aparecida.
Señaló que el documento de Aparecida sigue el patrón de ver, juzgar y luego actuar, y ofrece un plan pastoral unificado y decisivo: un programa, propuestas y orientaciones. Entre los puntos más destacados del documento se encuentran el llamado a evangelizar a nuestros pueblos para que descubran el don de la creación y aprendan a cuidarla; profundizar la presencia pastoral entre las poblaciones frágiles; buscar un modelo de desarrollo alternativo integral y comunitario que supere la lógica utilitarista e individualista; redoblar los esfuerzos para promover los esfuerzos gubernamentales y ciudadanos para la protección de la naturaleza, crear conciencia de la importancia de la Amazonia para toda la humanidad, y proporcionar los recursos necesarios para que la Iglesia en la Amazonia continúe su labor pastoral.
El Cardenal Czerny señaló entonces que unos meses después de que el Papa Francisco fuera elegido Pontífice, se reunió con los obispos brasileños y habló de "la Amazonia como una prueba de fuego para la Iglesia y la sociedad brasileña". El Papa también instó a todos a reflexionar sobre lo que dijo Aparecida sobre la Amazonia, llamando al respeto de la naturaleza y a la custodia de la creación. A continuación, el Papa Francisco "expuso su programa" en la Evangelii gaudium (2013) en la que habló de una "opción misionera" - "un impulso misionero capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los modos de hacer, los tiempos y los horarios, el lenguaje y las estructuras de la Iglesia puedan canalizarse adecuadamente para la evangelización del mundo de hoy y no para su autoconservación."
En 2015, el Papa Francisco publicó la Encíclica Laudato sí, que aplica la lógica evangelizadora de la Evangelii gaudium a "las cuestiones de justicia en los debates sobre el medio ambiente, para escuchar tanto el grito de la tierra como el de los pobres" (LS 49). El Papa subraya que todo está interconectado y nos invita a desarrollar una espiritualidad de la solidaridad global que brota de la Trinidad.
El Sínodo de la Amazonía en 2019, con el tema "Nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral" puso en primer plano, la importancia de buscar, trazar y seguir nuevos caminos para la Iglesia y para la ecología integral, dijo el Cardenal, porque "como los propios habitantes de la Amazonía, todos nosotros somos ciudadanos a la vez de la Iglesia y del mundo, necesitando ambos, amando ambos, cuidando ambos."
"Tanto la Amazonia como nuestro propio territorio son un locus theologicus, un tema teológico para la contemplación del misterio sagrado, así como para afrontar cuestiones sociales, económicas, medioambientales, políticas y culturales", añadió el cardenal Czerny.
El Sínodo de la Amazonia terminó con un documento final que recogía las deliberaciones durante el sínodo. El sínodo también articuló cuatro dimensiones interconectadas de la conversión como base de los nuevos caminos: Pastoral (que requiere un espíritu de escucha); cultural (inculturada e intercultural, comprometiéndose y abrazando la cultura del pueblo); ecológica/ambiental (la dimensión socio-enviromental de la evangelización con un enfoque social de la ecología); y sinodal (yendo hacia horizontes de comunión más profunda y participación inclusiva).
En 2020, el Papa Francisco formuló su exhortación postsinodal Querida Amazonia que enmarcó en términos de los sueños sociales, culturales, ecológicos y eclesiales.
"Lo que el Santo Padre ha sugerido con audacia es un mayor sentido eclesial que está abriendo horizontes", dijo el cardenal. "Es muy llamativo que el factor dinamizador no esté limitado por nuestras fronteras habituales -mi diócesis, mi estado, mi rincón del mundo-, sino que venga de esta Amazonia más grande, más diversa y más vulnerable, que es cada vez más vital para la salud del mundo".
A continuación, el Cardenal explicó que para poner en marcha el Documento Final del Sínodo y la Amazonia Querida, se empezó a trabajar inmediatamente, siguiendo las palabras del Santo Padre de que "las estructuras eclesiales deben encarnarse". Uno de los esfuerzos en este sentido fue la creación de la Conferencia Eclesial de la Amazonia (CEAMA), que cuenta con la participación de religiosos y religiosas, Cáritas y la Red Eclesial Pan-Amazónica.
Además, se crearon 16 grupos de trabajo para abordar los temas de la Amazonia, entre los que se encuentran la educación bilingüe intercultural y una nueva Universidad Amazónica; la inculturación y el encuentro de culturas en la atención sanitaria, la pastoral y el nuevo Rito Amazónico que se va a desarrollar; los nuevos ministerios reconocidos: de la mujer, de la comunidad celebrante y del cuidado de nuestra Casa Común; los pueblos amazónicos, las comunidades tradicionales y el territorio en el que se encuentran (Territorialidad); la Iglesia en las fronteras o limítrofes: poblaciones itinerantes, migrantes y refugiados.
Otros temas son los derechos humanos y la defensa; los jóvenes y la Amazonia; el diálogo ecuménico e interreligioso; las mujeres y la Amazonia; la vida misionera y las misiones itinerantes, la observación, la investigación y el mapeo continuos de la Amazonia desde el punto de vista pastoral y socioambiental; las redes regionales e internacionales; la justicia socioambiental y el buen vivir; la espiritualidad y la teología; la formación pastoral y los nuevos métodos y medios pastorales para la comunicación y la transformación.
El Cardenal Czerny continuó trazando el camino de la Iglesia, señalando que el año pasado, en medio de la pandemia de coronavirus, el Papa Francisco publicó Fratelli tutti sobre la Fraternidad y la Amistad Social, advirtiéndonos que "o somos hermanos y hermanas, o todo falla [y] nos destruimos unos a otros. La fraternidad es la frontera sobre la que debemos construir, el desafío de nuestro siglo, el desafío de nuestro tiempo".
En la carta encíclica de 2020, explicó el cardenal, el Papa Francisco "responde con una llamada aún más radical a la responsabilidad compartida como hermanos. Elabora sobre la cultura del encuentro, sobre el diálogo y la amistad en la sociedad, sobre el amor político, y sobre caminos de encuentro renovado que incluyen la reconciliación y el perdón."
De cara al Sínodo de octubre de 2023, sobre el tema "por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión", el cardenal Czerny señala que es la oportunidad de "reunir los pasos anteriores en un proceso continuo, convirtiendo la palabra 'Iglesia' en verbos: encontrar, reparar, funcionar, servir, rezar".
"La sinodalidad se refiere a la esencia misma de la Iglesia, a su realidad constitutiva, y por ello se orienta a la evangelización. Es un modo de ser eclesial y un modo profético de servir al mundo de hoy", explicó, añadiendo que la visión del Papa Francisco para la Iglesia "no es como un paisaje, ni mucho menos un retrato; más bien son caminos que se despliegan y convergen."
El cardenal concluyó su discurso con algunas preguntas para inspirar el debate sobre los desafíos que se avecinan, inspirado en la constatación de que "la Iglesia es sinodal en su propia esencia y vida" y "el camino sinodal no termina, como lo demuestra vivamente la experiencia en la Amazonia."
La Iglesia existe en muchas formas, desde la familia hasta la parroquia local, pasando por la diócesis, las asociaciones, los movimientos y las organizaciones, las conferencias episcopales y la Sede de Pedro, dijo. "Todas ellas necesitan procesos de escucha, cooperación y sinergia" para que "reguladas por la humildad y la docilidad al Espíritu Santo, puedan aspirar con confianza a un feliz discernimiento de los caminos a seguir y a una puesta en práctica compartida para que todos participen en el camino sinodal".
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