(OSV News) -- Pocas secciones de la Escritura han sido debatidas, discutidas, y disputadas con tanta frecuencia e intensidad como los primeros capítulos del Libro del Génesis, que los estudiosos llaman los "Relatos de la Creación", la historia de cómo surgieron la humanidad, la tierra, y todas las cosas.
Hubo un tiempo en que muchos estados promulgaron leyes que obligaban a los maestros de escuelas públicas a enseñar que la creación se realizó en seis días, de 24 horas cada uno, y luego Dios descansó.
En 1925, la atención mundial se centró en Dayton, Tennessee, ubicada, aproximadamente, a una hora en coche al norte de Chattanooga, donde un maestro de biología en la escuela secundaria de Dayton, John Scopes, fue juzgado en un tribunal por contar a sus estudiantes la teoría de la evolución de Charles Darwin.
Fue un evento dramático, pero el juicio trajo el Génesis a la mente de todos en América, independientemente de su apego religioso personal.
(Scopes fue condenado y multado. La Corte Suprema de Tennessee anuló el veredicto por un tecnicismo. Scopes, que más tarde se convirtió al catolicismo, murió en 1970. En 1968, la Corte Suprema de Estados Unidos dictaminó que las leyes que requerían que los maestros de escuelas públicas siguieran una determinada opinión religiosa sobre los orígenes del mundo eran inconstitucionales.)
Años después, un guion basado en el juicio apareció en Broadway, "Inherit the Wind." Luego se realizó una película. Ambas fueron populares.
Las batallas continúan, en conversaciones personales, púlpitos, y aún en las escuelas.
Es una lástima. Los argumentos distraen de las grandes lecciones contenidas en el Génesis. Primero y ante todo, aprendemos que Dios existe. Que Dios es una persona. Que Dios está en la vida terrenal. Que podemos hablar con Dios. Que Él nos escucha. Que Dios está en nuestras vidas. Que Dios es supremamente sabio.
Dios nos ha dado el mundo para que lo administremos, para que lo entreguemos a la próxima generación, intacto y abundante. Nuestra tarea es cultivar y enriquecer el mundo creado, no agotar su abundancia en nuestro egoísmo. Dios creó el mundo para apoyarnos y alimentarnos. Dios nos guía hacia vidas saludables y plenas.
El mal es real. Las tentaciones se nos presentan, y pueden ser muy atractivas. Juegan con nuestros instintos y apetitos, y, en última instancia, nos incitan a olvidar el hecho de que, como humanos, somos limitados. Hacemos cosas tontas.
Nosotros mismos nos creamos problemas cuando ignoramos el camino que Dios nos ha mostrado, como el camino hacia la paz y el orden personal. Al pecar, cavamos nuestras propias tumbas. Dios nos advirtió sobre el peligro que surge para nosotros mismos cuando pecamos. ¿Por qué?
Dios nos ama. Dios es misericordioso. Los primeros humanos, Adán y Eva, pecaron. Por su propia libre elección, estropearon las cosas y tuvieron que vivir con las consecuencias, pero Dios no los destruyó. Sobrevivieron, capaces de reformarse. Todos los humanos, cualquiera sea su nombre, donde sea que vivan, donde sea que estén, pecan, por su propia libre elección. Pueden reformarse. Dios fortalece su deseo de reformarse.
¿Cuál es el enfoque de la Iglesia Católica sobre los Relatos de la Creación del Génesis? El Génesis fue escrito teniendo en cuenta el mejor conocimiento científico de su época. Ese conocimiento fue mejorado por investigaciones actualizadas, pero, independientemente, el propósito del Génesis es presentar ciertos hechos religiosos.
El punto no es que Dios colgó el sol y la luna en un cielo sólido como si fueran lámparas adheridas a un techo, sino que estas fuentes de luz fueron una de las miles de formas en que el Dios Todopoderoso creó todo con amor para hacer saber a los humanos que el Todopoderoso existe, que es todopoderoso, ilimitado en amor, generosidad, sabiduría, y misericordia; para enseñarles que la humanidad es la creación más maravillosa de Dios, con un rol muy especial en el mundo y una relación especial con el Creador.