Michele Raviart - La Valetta
El país, en el extremo sur de Europa, se prepara para acoger al tercer Papa de su historia. Después de San Juan Pablo II, que visitó la República de Malta en dos ocasiones en 1990 y 2001, y de Benedicto XVI en 2010, el Papa Francisco visitará ahora el archipiélago el próximo sábado y domingo. Un viaje muy deseado por el Pontífice, ya anunciado para mayo de 2020, luego aplazado por la pandemia y que estará inevitablemente marcado por la guerra de Ucrania y el incesante flujo de refugiados que huyen de los bombardeos.
Una "tierra luminosa", la describió Francisco en la audiencia general del pasado miércoles, hoy más que nunca comprometida en "acoger a tantos hermanos y hermanas en busca de refugio". El tema de la acogida también está simbolizado por el logotipo del viaje, que representa las manos extendidas hacia los demás, que emergen de la barca en la que San Pablo naufragó en la isla hace más de dos mil años, de camino a Roma. "Una oportunidad para ir a la fuente del anuncio del Evangelio" y, para el Pontífice, "para conocer en persona una comunidad cristiana con una historia milenaria y vivaz". La comunidad cuenta con 408.000 bautizados, el 85% de la población total de 478.000 habitantes del archipiélago de Malta, Gozo y otras islas menores.
El Papa Francisco aterrizará en el aeropuerto internacional de Malta el sábado por la mañana, en torno a las 10 horas, y, tras la ceremonia de bienvenida, se trasladará al Palacio del Gran Maestre en La Valeta. En lo que fue la sede de los Grandes Maestres de los Caballeros de San Juan, que construyeron el edificio en 1571, Francisco se reunirá con el presidente de la República de Malta, George William Vella, y después con el Primer Ministro, Robert Abela, que acaba de ser reelegido para dirigir el gobierno del país. El discurso en el Gran Salón del Consejo ante las autoridades maltesas y el cuerpo diplomático cerrará la primera parte de la jornada que, tras una parada en la Nunciatura Apostólica, continuará con una visita al santuario mariano de Ta' Pinu en la "isla hermana" de Gozo. En la gran plaza frente al santuario, el lugar de peregrinación más importante de Malta, el Papa presidirá un encuentro de oración con los fieles, junto con el cardenal maltés Mario Grech, secretario general del Sínodo de los Obispos, que estará en el séquito papal, monseñor Charles Scicluna, arzobispo de Malta, y monseñor Anton Teuma, obispo de Gozo.
El domingo 3 de abril por la mañana, Francisco mantendrá un encuentro privado con miembros de la Compañía de Jesús y después, hacia las 8.30 horas, se dirigirá a la gruta de San Pablo en Rabat. El lugar en el que, según la tradición, desembarcó el Apóstol de los Gentiles tras el naufragio en el año 60 d.C. -un acontecimiento decisivo para la cristianización de la isla- ya fue visitado por San Juan Pablo II en 1990 y por Benedicto XVI en 2010, con motivo del 1950 aniversario del acontecimiento. Tras encender una lámpara votiva, Francisco rezará una oración a San Pablo y saludará a los 14 líderes religiosos presentes y a los enfermos asistidos por la Cáritas local. Uno de los mayores espacios abiertos de Malta, el Plaza de los Graneros en Floriana -la ciudad que se extiende más allá de las murallas de La Valeta- acogerá en cambio la Santa Misa celebrada por el Papa a las 10.15 horas, seguida del rezo del Ángelus.
“Nos mostraron una hospitalidad poco común” es el lema de este 36º viaje apostólico de Francisco, que concluirá en torno a las 18.15 horas con una visita al Centro de Migrantes "Juan XXIII Peace Lab" de Hal Far, que acoge a personas procedentes de Somalia, Eritrea y Sudán que han embarcado en Libia para cruzar el Mediterráneo. Un lugar donde se realiza una gran labor educativa en el ámbito de los derechos humanos, la justicia, la solidaridad y la asistencia médica. Unos 200 migrantes se encontrarán con el Papa en el teatro al aire libre de la estructura. A las 18.15 horas habrá una ceremonia de despedida en el aeropuerto y el regreso a Roma está previsto para las 19.40 horas.