Lisa Zengarini – Ciudad del Vaticano
El número de escuelas católicas en Líbano, que junto con las confesionales corren el riesgo de cerrar debido a la inestabilidad económica y social que vive el país desde 2019, sigue aumentando. Las escuelas no estatales están cada vez más endeudadas, mientras que las familias empobrecidas por la crisis ya no pueden pagar las cuotas.
Como confirmó a la agencia Cath.ch el padre Raymond Abdo, provincial de los carmelitas descalzos del Líbano, la situación financiera de muchas escuelas católicas había comenzado a deteriorarse antes de la convulsión de 2019, sobre todo tras el aumento de los salarios de los profesores del sector privado impuesto por el gobierno en 2017, que supuso una carga adicional para las escuelas no estatales. Desde entonces, la situación se ha vuelto cada vez más insostenible, especialmente para las instituciones educativas que operan en las zonas menos ricas del país. "La crisis económica - explica el padre Abdo - ha completado el desastre". Una crisis que también está comprometiendo el derecho a la educación de cientos de miles de niños libaneses.
Desde las protestas populares de otoño de 2019 contra la corrupción y la ineptitud de la clase política libanesa, agravadas entretanto por la pandemia de Covid-19 y la explosión del puerto de Beirut, más de 1,2 millones de niños no han ido a la escuela. Si no se hace nada, advierte la ONG Save the Children, es posible que muchos de ellos no vuelvan nunca a clase, ya sea porque han olvidado lo aprendido o porque sus familias no pueden permitírselo. Sólo un tercio de las escuelas libanesas son estatales, mientras que las escuelas públicas - católicas, ortodoxas, protestantes y musulmanas - acogen al 70% de la población escolar total, es decir, 1,1 millones de alumnos, de los cuales 200.000 pertenecen a la secretaría general de las escuelas católicas.
La crisis social y económica del Líbano se ha convertido también en una catástrofe educativa, señala el padre Michel Abboud, presidente de Cáritas-Líbano: "El aumento de las desigualdades ha ampliado la brecha en el acceso a la educación de calidad en detrimento de los más pobres. La pobreza es uno de los principales obstáculos para el acceso de los niños a la educación", explica. Ante esta situación de emergencia, la organización caritativa que también coordina la ayuda a la red de escuelas católicas del Líbano ha establecido recientemente una colaboración con l'Œuvre d'Orient, una asociación católica francesa comprometida con la ayuda a los cristianos de Oriente Medio, para garantizar la vuelta a la escuela de 120.000 niños libaneses. El proyecto, al que la nunciatura apostólica en Beirut ha asegurado una contribución de la Santa Sede, implica a 235 escuelas cristianas y a las seis universidades católicas del Líbano.
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